Para Agustín Carstens, director general del Banco de Pagos Internacionales (BIS por sus siglas en inglés), los desafíos que enfrenta el sistema financiero global son cada vez más transfronterizos e intersectoriales, ante ello, aseguró que exigen una cooperación internacional.
"Los riesgos nuevos y emergentes, como los que surgen de la digitalización de la banca, los riesgos financieros relacionados con el clima y la intermediación financiera no bancaria, requieren una mayor cooperación con una amplia gama de partes interesadas, expresó Carstens.
Durante su participación en la conferencia internacional conjunta de la Autoridad Bancaria Europea y el Banco Central Europeo, Frankfurt, señaló que la actual digitalización de las finanzas puede amplificar los riesgos financieros tradicionales, como crear tensión de liquidez.
"Puede agudizarse debido a la velocidad con que se pueden retirar los depósitos, mientras que el uso de modelos automatizados puede exacerbar la prociclicidad", aseveró.
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Además, de que también observó probable que introduzca riesgos y desafíos que tradicionalmente no están dentro del ámbito de competencia de los supervisores bancarios.
“Por ejemplo, mayores riesgos cibernéticos y fraudes digitales sofisticados, riesgos de concentración asociados con la dependencia de terceros críticos, la ética del uso de modelos de inteligencia artificial (IA) y el uso y la gobernanza adecuados de los datos personales”, comentó.
“Si bien será necesaria la cooperación con otras autoridades del sector financiero, como los reguladores de valores y de conducta, también es probable que los esfuerzos de cooperación deban extenderse más para incluir también a las autoridades de competencia, privacidad y seguridad”, agregó Carstens.
Destacó que a medida de que aumentan las demandas sobre los supervisores, es importante preguntarse si cuentan con los recursos adecuados y quién debe pagar la factura, por lo que es fundamental que las autoridades supervisoras cuenten con financiación suficiente e independencia operativa.
El director general del BIS también indicó que deben ser capaces de atraer y retener el capital humano adecuado y realizar las inversiones necesarias en tecnología para dotar a su personal de las herramientas que necesitan financiación.
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“Es posible que sea necesario revisar los modelos, incluido el uso de gravámenes industriales, para garantizar que los supervisores puedan seguir cumpliendo con sus mandatos”, instó.
En cuanto a los recientes avances en materia de IA, Carstens abundó en que merecen una atención especial. “Es esencial que los supervisores se mantengan al tanto de los usos que hacen los bancos de esta tecnología y que busquen formas de aumentar sus propias capacidades de supervisión”.
“Trabajar con inteligencia artificial requiere habilidades que escasearán en la mayoría de los organismos supervisores”, reiteró.
Además, comentó que es importante que las autoridades puedan contratar y mejorar las habilidades del personal en áreas como la ciencia de datos, el desarrollo de modelos y la validación de modelos para mantenerse al día con los últimos avances tecnológicos.
“Si bien los avances relacionados con la digitalización pueden presentar nuevos riesgos, también pueden ayudar a los bancos centrales y a los supervisores a abordar algunos desafíos clave”, indicó.
Ante ello, señaló que es muy valioso fomentar una mayor colaboración transfronteriza para desarrollar la capacidad de supervisión y desarrollar herramientas para abordar estos desafíos.
“Tenemos que trabajar juntos para desarrollar nuevos conjuntos de herramientas que permitan a los supervisores aprender de las experiencias de otros y aprovechar las economías de escala y otras eficiencias mediante la puesta en común y el uso compartido de recursos”, concluyó.
KL