El uso de edulcorantes en alimentos y bebidas sigue siendo debatido entre los especialistas, de hecho, hoy la regulación mexicana establece que los productos que contengan este tipo de elementos deben tener una leyenda en su empaquetado que especifique su contenido y la advertencia de que no son recomendables en menores de edad.
Lo cierto es que su presencia en dulces, postres, refrescos y otras bebidas es cada vez más constante y es un mercado que ya vale millones de dólares.
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En el país se estima que hay 14.1 millones de personas que viven con diabetes; las opciones de productos sin azúcar se han convertido en una opción para el apego al tratamiento de quienes tienen esta condición o para quienes intentan dejar de ingerir azúcar; sin embargo, algunos de los productos con edulcorantes artificiales en el mercado suelen ser más caros, lo que hace que el acceso a ellos no esté al alcance de todos los consumidores.
Por ejemplo, una caja de chocolates Turín de 200 gramos tiene un precio en el mercado de 119 pesos; la opción sin azúcar, que contiene 175 gramos, tiene un precio aproximado de 159 pesos, un incremento de 8.4 por ciento.
Recientemente, Coca-Cola anunció un incremento en el precio de varios de sus productos, la presentación de 3 litros de la marca sin azúcar fue la que tuvo el mayor aumento y pasó de 30 a 37 pesos y de 105 a 131 pesos por caja.
La investigadora de mercados Euromonitor International señala que la categoría más relevante para productos sin azúcar es sin duda la de bebidas. El año pasado, el segmento de bebidas sin azúcar representó ventas por mil 200 millones de dólares aproximadamente.
En el caso de alimentos, la división más relevante es botanas, en la que se encuentran confitería, helados, y galletas dulces entre otros. Este segmento alcanzó los 470 millones de dólares en 2022.
Euromonitor indica que para el segmento de bebidas se estima un crecimiento de 9 por ciento durante los próximos cinco años; en lácteos esperan que sea de 8 por ciento.
¿Por qué los productos sin azúcar llegan a ser más caros?
Beatriz Torres, analista de investigación para Euromonitor International, destaca que México se ha vuelto relevante en el desarrollo de productos.
“La regulación de etiquetado, las restricciones a la publicidad dirigida a menores de edad y los impuestos especiales a los productos con exceso de azúcar y altamente calóricos han incentivado que las empresas reformulen sus productos. En los últimos años hemos visto mucho desarrollo en ese sentido con los productores experimentando con diferentes tipos de endulzantes naturales y artificiales que les permitan ofrecer sabores y consistencias similares, pero con menor contenido de azúcar”, señaló a MILENIO.
Dentro de dicho segmento, las bebidas, refrescos, galletas, chocolates y helados son las categorías con más presencia en ventas, en términos de volumen.
Alicia Páramo, directora general de la Asociación del Sector de Confitería y Chocolates (Aschoco), la opción de productos sin azúcar es un mercado emergente y tuvo un impulso a raíz de la emergencia sanitaria por la pandemia de covid-19.
Fue principalmente el segmento joven de consumidores quienes influyeron en su crecimiento, ante la intención por cambiar sus hábitos alimenticios.
"En 2020 cerca de 20 por ciento de los lanzamientos de consumo de confitería fueron con esta intención de que fueran sin azúcar, aunque el consumo no es masivo”, sostuvo.
La representante de la industria aseguró que detrás de estas propuestas hay un cambio radical para el sector, que ha invertido en innovaciones, tecnologías, y reformulaciones, lo que puede influir en el precio inicial de los desarrollos.
Actualmente, la Aschoco estima que dos de cada 10 chocolates en el mercado son opciones sin azúcar, aunque la tendencia de crecimiento podría darles una mayor cuota de mercado.
“Los edulcorantes son más caros que el azúcar; además hay una textura distinta, implica investigación y desarrollo, diseño, ajuste, lo que podría influir en un aumento al costo”, destacó.
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Para Juan Carlos Salgado, investigador Por México del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conacyt), el caso podría explicarse debido a que los costos de producción pueden ser diferenciados, considerando el cambio en la formulación que requieren estos productos.
“Otra puede ser la escalada de producción, en el sentido de que si tuviera una mayor demanda, quizá se eficientaría la producción y hacerlo menos costoso”, señaló a MILENIO.
Beatriz Torres señala que en algunos casos se puede ver una diferencia de entre un 10 y un 20 por ciento, aunque consideró que podrían compensarse con el Impuesto Especial sobre Productos y Servicios (IEPS) que pagan los productos con alta densidad calórica; con ello, aseguró que en algunos casos los productos reducidos en azúcar podrían ser incluso más económicos.
“Existen varios factores, pero los principales son el uso de distintos ingredientes, ya sea tanto como endulzantes como en la formulación de los mismos. También es un mercado más pequeño, más de nicho, que un producto endulzado de manera convencional, lo cual viene de la mano con un gasto añadido para branding y marketing.
No siempre son productos más caros, en bebidas los refrescos de cola sin azúcar, por ejemplo, son más baratos que los convencionales. Esto último tiene que ver con la carga impositiva a los productos altos en azúcar a través del IEPS”, consideró Alberto Trueba, analista de investigación para Euromonitor.
¿Los productos con edulcorantes son dañinos?
En mayo de 2023, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó un informe en el que señaló que los edulcorantes no suponen una alternativa para reducir el peso corporal o el riesgo de padecer enfermedades no transmisibles. Ello avivó la discusión sobre si el ingrediente puede causar daño en la salud de las personas.
La directora de la Aschoco consideró que cada vez es más notoria la demanda de los consumidores por ciertos tipos de chocolate u otros productos de confitería. Estos contemplan opciones sin azúcar, gluten, granos, cereales o a base de plantas.
“El mercado nos está pidiendo mucho. Menos gluten, no es una moda, sí llegó para quedarse, es convirtió en una tendencia y son oportunidades de innovación para la industria. El consumidor es más consciente de lo que come y busca opciones más saludables, por eso las marcas de confitería se han esmerado en tener estas opciones del mercado”, recalcó.
Entre los edulcorantes más comunes se encuentran el acesulfamo-K, el aspartamo, el advantamo, los ciclamatos, el neotamo, la sacarina, la sucralosa, la estevia y los derivados de la estevia, señala la OMS.
En medio del debate, organizaciones como la Federación Mexicana de Diabetes (FMD) cuenta con un aval en algunos productos como una opción para el consumo de personas que viven con dicha condición; los productos, señala el organismo, son sometidos a pruebas de laboratorio para validar que no representen algún riesgo y entre las disposiciones es preciso que no contengan azúcares añadidos.
En este tenor, la implementación de la NOM-051 desde 2020 ha representado un cambio en las formulaciones del sector que continúa en crecimiento.
Alejandra Contreras, investigadora Por México y colaboradora de El Poder del Consumidor, compartió que para evitar que sus productos tengan menos sellos de advertencia, los fabricantes han optado por disminuir la cantidad de azúcar en su portafolio pero también han reducido el uso de edulcorantes.
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Recalcó que anteriormente se estimaba que 26 por ciento de los productos tenían algún edulcorante y que la cifra se redujo a 27 por ciento.
En el caso de bebidas azucaradas, pasaron de un 78 a 69 por ciento en el uso de edulcorantes. Para el caso de galletas, expuso, su uso pasó de 18 a 5 por ciento; en cereales para el desayuno, de 17 a 7 por ciento.
“Hay productos que tienen hasta siete edulcorantes, como el caso de los postres; los panes pueden tener hasta cuatro edulcorantes.Hemos visto que el comportamiento de la industria ha sido igual que en el caso de Chile, donde al no contar con la leyenda de uso de edulcorantes la reformulación se fue a un incremento en su uso”, expuso.
Así, la especialista aseguró que anteriormente cerca de 13 por ciento de los productos empaquetados con presencia en supermercados tenían algún tipo de edulcorante y que tras la implementación del etiquetado de advertencia se redujo a la mitad.
CMOG