De permanecer cerrados un mes y medio más, al menos 3 mil 500 bares, discotecas y lugares de entretenimiento en la entidad podrían dejar de operar definitivamente y al menos 40 mil empleos están en riesgo, por ello la Asociación de Bares y Restaurantes (Asbar) del Estado de México ha propuesto a la Secretaría de Desarrollo Económico (Sedeco) que les permitan abrir antes del cambio del semáforo epidemiológico a verde.
“Estamos proponiendo en conjunto con la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y Alimentos Condimentados (Canirac), implementar algunos protocolos para que los bares y discotecas puedan abrir en semáforo amarillo, pues como está la Gaceta de Gobierno deben hacerlo hasta el verde”, detalló su presidente Patricio González Suárez.
El gobierno federal -refirió- contempla abrir estos establecimientos en semáforo amarillo y la intención es que la decisión de homologue a nivel estatal, siempre cuidando la salud de los clientes y con aforos específicos. “Quitando la pista de baile para los lugares que la tengan, lo mismo que la música en vivo y bajar los decibeles”.
A la fecha -apuntó- en la entidad hay 12 mil negocios bajo estas circunstancias y si esperan hasta el cambio de semáforo 80 por ciento ya no podrá volver a abrir. “Para el semáforo verde nos resta mes o mes y medio, aunado a los cuatro meses que llevamos cerrados acumulando deudas de rentas, sueldos y todo, es prácticamente imposible e inviable seguir operando”.
Lo más importante -explicó- es buscar las alternativas para que las personas puedan estar seguras en estos establecimientos. Afirmó que siguen trabajando en las propuestas para la reapertura y a la brevedad esperan llegar a un acuerdo con las autoridades para que la economía de estos negocios deje de peligrar.
“El sector de alimentos y bebidas en la entidad contempla 76 mil unidades económicas, de las cuales 15 por ciento son bares y discotecas, alrededor de 12 mil, por lo que al menos 40 mil empleos están en la cuerda floja”.
Solución contra fiestas clandestinas
Asimismo, dejarán de proliferar las fiestas clandestinas en municipios como Ecatepec, Texcoco o Toluca, aunque en general es en todo el territorio mexiquense, por la misma necesidad de la gente de salir a divertirse un poco, especialmente, después de cuatro meses de aislamiento. “Mucha gente está desesperada, esto no quiere decir salir sin los cuidados debidos pero incorporar la vida social es muy importante”.
Lamentablemente -añadió- estas fiestas representan un riesgo para los asistentes porque no tienen salidas de emergencia, sin ventilación y que no cumplen con las medidas sanitarias, por lo que en cierto modo también representan un foco de contagio. “Por ello preferimos que los bares y centros de entretenimiento puedan abrir con ciertas medidas y vigilados por las autoridades”.
KVS