El Brexit desestabiliza la relación entre Alemania y Francia

FT Mercados

La dinámica relación entre ambos países se vio afectada, aún así siguen comprometidos.

El acuerdo de salida del Brexit no puede renegociarse durante la prórroga. (AP)
GIDEON RACHMAN
Ciudad de México /

Ah, su última visita a Alemania sin una visa”, bromeó un alto funcionario alemán cuando entraba a su oficina en Berlín a principios de este mes. Pero, a pesar del cruel saludo, no encontré mucho antagonismo hacia el Reino Unido y su primer ministro, Boris Johnson. Por el contrario, la persona que realmente irrita al gobierno alemán en este momento es Emmanuel Macron, el presidente de Francia.

Esto no se debe a que los funcionarios alemanes, con los que hablé, de repente decidieron que Johnson es un tipo maravilloso y que el Brexit es una gran idea. Tampoco a que de repente perdieron toda su admiración por Macron.

Por el contrario, en el idioma de las relaciones, los alemanes ahora “ya se olvidaron” tanto de los británicos, que ya no se sienten enojados con ellos. En contraste, todavía están atrapados en un matrimonio disfuncional con Francia.

El divorcio es inconcebible, pero su pareja se vuelve cada vez más irritante. Al parecer, el gobierno de Merkel ya decidió que el Brexit es inevitable y se ve genuinamente interesado en seguir adelante. Como resultado, los funcionarios alemanes adoptan una actitud bastante positiva con Johnson, ya que consideran que es más fácil negociar con él, que con su predecesora, Theresa May.

El gobierno alemán tampoco parece indignado porque Johnson quiera que Gran Bretaña, una vez concretado el Brexit, se desvíe significativamente de las regulaciones actuales de la Unión Europea (UE).


Pero a los diplomáticos alemanes, que participan estrechamente en las negociaciones, les preocupa que los británicos no entiendan completamente qué cantidad de divergencia regulatoria va a complicar la fase dos de las conversaciones: la negociación de un acuerdo comercial.

Aún así, psicológicamente, parece que la élite de Berlín dejó atrás el Brexit y ya se adapta a una Unión Europea sin Gran Bretaña. Sin embargo, en lugar de simplificar la vida de Alemania, el Brexit la complica más.

El Reino Unido es un importante contribuyente al presupuesto de la UE y, sin el dinero británico, la contribución de Alemania está destinada a dispararse.

La posición alemana es que el presupuesto de la UE no debe ubicarse por encima de 1% del Producto Interno Bruto. Pero incluso si pueden mantener lalínea en eso, calculan que la contribución anual de Alemania aumentaría en 10,000 millones de euros al año. En el pasado, se podía depender del Reino Unido para resistirse a la expansión del presupuesto de la UE.

Un funcionario dice que los británicos solían jugar un papel importante en lo que él llama el “control de tonterías”. Si alguien (el presidente francés, por ejemplo) sugiriera una idea loca, los británicos podrían plantear una lista de preocupaciones predecibles: costo, legalidad, practicidad.

“No habríamos tenido que decir nada; los británicos lo habrían hecho por nosotros”, comenta un diplomático con melancolía. Macron recientemente hizo algunos comentarios sobre la OTAN —dijo que la alianza tenía “muerte cerebral” en una entrevista con The Economist—, los cuales provocaron consternación en Berlín.

Por extraño que parezca, los alemanes realmente no están en desacuerdo con algunos de los puntos que Macron hizo sobre la OTAN, en particular las dificultades planteadas por la incursión de Turquía en Siria y por el vacilante compromiso de Estados Unidos (EU).

Simplemente consideran que fue profundamente descortés por parte del mandatario criticar la alianza occidental en público. Esto, combinado con las antenas francesas puestas en Rusia, provocó alarma en Polonia y otros miembros de Europa central.

Un funcionario alemán comenta que para Francia las preocupaciones de Polonia parecen muy distantes, pero en Berlín “estamos a 80 kilómetros de la frontera polaca”.

Los comentarios cada vez más francos de Macron reflejan la frustración francesa de que el gobierno de Merkel respondiera con tanta cautela a sus ambiciosos planes para la reforma de la UE, en todo tipo de cosas. Los franceses consideran que un gobierno alemán demasiado cauteloso no ha captado la gravedad de la situación internacional.

También les preocupa que los partidos políticos de Alemania estén cada vez más preocupados por las maniobras internas. Pero estas quejas no reciben mucha atención en Berlín.

Un funcionario alemán incluso considera que el presidente francés se está entregando al “trumpismo intelectualizado”, el cual se caracteriza por la afición a las iniciativas desestabilizadoras que sorprenden incluso a sus propios funcionarios de alto nivel.

Los alemanes dicen que el progreso real se logra mediante una diplomacia minuciosa y detallada, en lugar de hacer declaraciones llamativas a la prensa. Durante casi medio siglo en la UE, los británicos a menudo sintieron que quedaban fuera de la relación íntima entre la “pareja francoalemana”.

Sin embargo, el hecho de que los británicos ahora abandonen el bloque al parecer tuvo un efecto extrañamente desestabilizador en la dinámica de la relación entre Francia y Alemania. Lo que no ha cambiado es que ambas partes siguen profundamente comprometidas entre sí. Un funcionario de Berlín suspiray dice que “estamos condenados a hacer que esto funcione”.


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