Cuando Dolly, la perra de la pareja divorciada de los actores Justin Theroux y Jennifer Anniston, murió el último domingo de julio, la envolvieron en una manta y esparcieron flores frescas sobre su cuerpo. “Esta noche, después de una heroica batalla, nuestra protectora y la integrante más leal de la familia, Dolly A, bajó su espada y escudo”, publicó Theroux en Instagram.
Si consideras esto como un comportamiento extraño, probablemente no tengas un perro. Tratar a las mascotas como parientes cercanos se remonta a los antiguos egipcios. Pero el antropomorfismo de los animales domésticos está alcanzando nuevas dimensiones en todo el mundo, no solo en California.
También es un tema financiero. El crecimiento del mercado para mascotas, desde alimentos saludables hasta servicios personales y nuevos medicamentos, empieza a atraer a los inversores. Zoetis, la compañía de productos farmacéuticos para animales, superó firmemente el desempeño de su antiguo propietario, Pfizer, desde que se separó en 2013; las acciones de Chewy, el minorista en línea de suministros para mascotas, aumentaron 50% en su primer día de operaciones en junio.
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Wall Street está tan entusiasmado que David Einhorn, un inversionista activista, evocó el recuerdo de Pets.com, el minorista en línea que se fue a la quiebra hace dos décadas. “Para aquellos que piensan que la burbuja del 2000 fue la gran cosa, consideren a Chewy”, escribió a sus inversores.
Las mascotas ahora proporcionan 45% de los ingresos de Zoetis, y los medicamentos de gran éxito como Cytopoint, un tratamiento de inmunoterapia para la dermatitis canina, son comunes. Zoetis también aprovecha el sector wellness: la semana pasada compró Platinum Performance, una compañía de California que produce fórmulas nutricionales para caballos, perros y gatos.
La industria prosperó gracias a la humanización de las mascotas, la necesidad de tratarlas más como compañeras que como animales. Dos tercios de los hogares de Estados Unidos (EU) poseen una mascota, y muchos no solo contratan paseadores de perros, sino que alimentan a sus compañeros peludos de manera costosa. El año pasado, General Mills pagó 8,000 millones de dólares (mdd) para adquirir Blue Buffalo, una marca líder de comida para mascotas.
Un mejor cuidado y la renuencia de los propietarios de poner a dormir a sus mascotas aumentó la esperanza de vida, especialmente para los perros. Eso incrementa la demanda de medicamentos para el cáncer y enfermedades crónicas como la osteoartritis, con más propietarios dispuestos a pagar por lo que recomiendan los veterinarios.
Mercados como el de EU y el Reino Unido han madurado. Pero China y otras economías empiezan a ponerse al día, gracias al aumento de los ingresos y la urbanización. Alrededor de 74 millones de personas en ciudades chinas tenían mascotas en 2017, y la economía del sector en el país asiático se expande rápidamente.
La cualidad más atractiva de esta industria para los inversores es la consistencia. Se espera que los estadounidenses gasten 75,000 mdd en mascotas este año, incluyendo 16,000 mdd en suministros de salud y medicamentos. Esa suma registró un aumento constante de alrededor de 5% anual durante dos décadas, incluso después de la crisis financiera de 2008, cuando las personas compraron menos para ellas.
Pero el éxito tiene sus inconvenientes. Si bien las compañías farmacéuticas y de alimentos para animales eran oscuras, su poder de fijación de precios no se notaba mucho.
Hay mucho para examinar, incluso si tratar a los animales como personas es realmente sensato. Un ejemplo es la tendencia a alimentar a las mascotas con comidas sin granos, como si fueran igual de intolerantes al gluten que sus dueños. Los llamados alimentos Beg •de empresas boutique, con ingredientes exóticos y sin granos• aumentaron su popularidad.
La Administración de Alimentos y Medicamentos de EU (FDA, por sus siglas en inglés), que supervisa la salud animal y humana, investiga la muerte de 500 perros por enfermedades del corazón, que tal vez fueron causadas por ese tipo de dieta. La mayoría se alimentó de comidas sin granos de marcas como Taste of the Wild, Earthborn Holistic y Blue Buffalo.
La pregunta más general es si la industria restringe la competencia. La mayoría de los medicamentos se vende a través de veterinarios en lugar de farmacias, lo que permite a las empresas establecer precios en lugar de tener que negociar con intermediarios, como ocurre con los medicamentos para seres humanos.
Los productores de alimentos detectaron el valor de una conexión con los propietarios. En abril, Nestlé Purina tomó una participación en Independent Vetcare Group, que administra 1,100 clínicas y hospitales en toda Europa. Mars compró varias cadenas, incluida VCA, que administra 800 hospitales de animales en EU, por 9,100 mdd en 2017.
Un día, esperemos que antes de que cada veterinario sea un agente de ventas de marca, se producirá una reacción en contra. Ya hay señales de esto, como un proyecto de ley del Congreso de EU para alentar a los propietarios a comparar precios al surtir las recetas. Por ahora, la consolidación continúa: se dice que Bayer evalúa una fusión de su división animal con Elanco Animal Health para competir con Zoetis.
La humanización de las mascotas es atractiva, pero hasta ahora ha funcionado más para los intereses de la industria que para el de los propietarios.