Las emisiones mundiales de dióxido de carbono (CO2) relacionadas con la energía alcanzaron un récord el año pasado, en parte por el aumento del uso de combustibles fósiles en países donde las sequías dificultaron la producción hidroeléctrica, informó la Agencia Internacional de la Energía (AIE).
Según los científicos, en los próximos años será necesario reducir drásticamente las emisiones de CO2, procedentes principalmente de la quema de combustibles fósiles, si se quiere limitar el aumento global de las temperaturas y evitar un cambio climático brusco.
"Lejos de reducirse rápidamente, como se requiere para cumplir los objetivos climáticos globales establecidos en el Acuerdo de París, las emisiones de CO2 alcanzaron un nuevo récord", dijo la AIE en un informe.
Las emisiones mundiales procedentes de la energía aumentaron 410 millones de toneladas, o 1.1 por ciento, en 2023, a 37 mil 400 millones de toneladas, según el análisis de la AIE.
Influencia de la sequía y otras causas
La expansión mundial de tecnologías limpias como la eólica, la solar y los vehículos eléctricos contribuyó a frenar el crecimiento de las emisiones, que había sido del 1.3 por ciento en 2022. Pero la reapertura de la economía china, el aumento del uso de combustibles fósiles en países con escasa producción hidroeléctrica y la recuperación del sector de la aviación provocaron un aumento general, según el informe de la AIE.
Las medidas para sustituir la pérdida de generación hidroeléctrica debida a sequías extremas representaron alrededor del 40 por ciento del aumento de las emisiones, es decir, 170 millones de toneladas de CO2.
"Sin este efecto, las emisiones del sector eléctrico mundial habrían disminuido en 2023", señaló la AIE.
PML