Ante la falta de inversión por parte del gobierno en investigación y desarrollo (I+D), son más empresas las que están optando por el desarrollo de productos y servicios disruptivos y basados en la tecnología que favorezcan la transición hacia sociedades digitales y ecológicas, señaló la empresa de productos biodegradables, Bioelements.
El ceo de la empresa, José Ignacio Parada, aseguró que ante la falta de inversión por parte de los gobiernos existe una importante área de oportunidad para la iniciativa privada, quienes deben de tomar las riendas de I+D para hacer al país competitivo a escala internacional.
"Nosotros desde que iniciamos operaciones teníamos muy claro que invertir en investigación era clave para poder seguir siendo punteros en nuestro sector y poder inspirar a otras empresas", expresó.
El directivo explicó que hacer una inversión importante en I+D, incentiva la competitividad, ofrece soluciones a los problemas mundiales y permite hacer negocios con gran éxito. “Esta característica es fundamental para empresas de reciente creación, que son unicornios en América Latina".
Bioelements invierte entre 7 y 8 por ciento de sus ingresos en I+D que son destinados a la creación de una resina que es materia prima para la elaboración de productos biodegradables que realmente se integran al medio ambiente en un tiempo máximo de 20 meses y que son una alternativa al plástico convencional.
“Con esta propuesta, por ejemplo, se solucionaría el gran dilema del uso plástico y de esta manera es como la inversión en desarrollo científico y tecnológico desde la iniciativa privada resuelve los grandes problemas a los que se enfrentan las sociedades actuales”, dijo José Ignacio Parada.
De acuerdo con la UNESCO, México es uno de los países del G20 que destina el menor porcentaje de su Producto interno Bruto a I+D con una inversión cercana a 0.30 por ciento. Además, el país cuenta con menos de 200 investigadores por millón de habitantes, dato que nos coloca entre las naciones que menos recursos destinan a este rubro.
La directora de la División de Investigación y Posgrado (DINVP) de la Universidad Iberoamericana, Marisol Silva Laya, señaló que la revolución científica y tecnológica se aceleró en los últimos años y es importante aumentar la discusión y los estudios en áreas prioritarias como el género, la sustentabilidad y la comunicación de la ciencia.
Aunque reconoce que las universidades son los motores que impulsan la investigación en los países de América Latina y el Caribe, éstas no cuentan con recursos suficientes y aunque se espera que el Estado invierta al menos 1 por ciento del PIB en investigación, y desarrollo científico y tecnológico, no se avizoran señales para que esto se haga realidad.
RM