El presidente del Consejo de Cámaras y Asociaciones Empresariales del Estado de México (Concaem), Gilberto Javier Sauza Martínez, señaló que la creatividad y la manera disruptiva de pensar de las empresas, a fin de sostener los costos de producción y de venta, para lograr que sus productos se mantengan estables en el mercado, sin mayores afectaciones al consumidor final, es el desafío que enfrenta el sector productivo, y ello requiere de políticas públicas que les respalden.
Por ello, es indispensable que se establezcan criterios más flexibles para que, principalmente las micro y pequeñas empresas, tengan oportunidad de acceder a créditos blandos, que les permita seguir generando empleos y dinamizar la economía.
Explicó que lo complejo de los requerimientos para que las empresas obtengan una línea de crédito, los criterios de revisión y autorización de financiamiento para pequeñas empresas, aunando al encarecimiento del crédito bancario a nivel nacional, ha afectado de manera significativa la capacidad de endeudamiento de las empresas.
Empresas buscan otras alternativas
El costo por adquirir una línea de crédito resulta demasiado elevado y, en algunos casos, incosteable, por ello las empresas han tenido que buscar otros medios para mantener sus operaciones.
"En el último año el financiamiento interno ha crecido de manera considerable porque no hay necesidad de asistir al mercado financiero, es decir, han acudido a la Banca de Desarrollo, la venta de acciones, el uso de amortizaciones, incluso el Infonavit y Fovissste", informó Gilberto Javier Sauza Martínez.
Insistió en que es incosteable adquirir un crédito de los servicios financieros, pues el incremento en la tasa de interés es equivalente a los de una tarjeta de crédito, que para costos de producción no resulta rentable. El líder empresarial indicó que, una de las principales preocupaciones y ocupaciones de las empresas es mantenerse competitivas, con el fin de no reducir ventas, por lo que han evitado, hasta donde es posible, impactar los precios al consumidor.
“La calidad de vida de la población también debe estar garantizada, toda vez que es necesario que las personas no vean disminuida su capacidad de compra, que mantengamos el mercado en movimiento y reactivemos la economía”, detalló.
En 2022, el financiamiento interno alcanzó 2.8 por ciento
Sauza Martínez refirió que, de acuerdo con el Banco de México, al cierre de 2022, el financiamiento interno de las empresas alcanzó uno de los niveles más altos de los últimos años con un crecimiento del 2.8 por ciento para ubicarse en 48.5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) nacional.
Finalmente, enfatizó la urgencia de establecer políticas económicas que fortalezcan la capacidad de financiamiento de las empresas, como un medio para blindar el poder adquisitivo de las familias, la operatividad de las empresas, la reactivación y el crecimiento económico del país, así como la generación de empleos a nivel nacional.
JGM