En México, sólo tres estados con proyectos de hidrógeno

Edición Fin de Semana

El presidente de la Asociación Mexicana del Hidrógeno, Israel Hurtado, comentó que aunque en México aún no se produce hidrógeno verde, actualmente se están construyendo tres plantas de generación en el país.

El hidrógeno verde es aquel que se produce por medio de electricidad limpia. (Especial)
Sebastián Díaz Mora
Ciudad de México /

El negocio del hidrógeno verde está en uno de sus mejores momentos; este año dicho mercado global valdrá 445.1 millones de dólares (mdd) y crecerá a tasas de 55.7 por ciento hasta llegar a 6 mil 836 millones en 2027, según la agencia Blue Wave Consulting.

En México, el gobierno federal no ha manifestado mucho interés por desarrollar esta alternativa de energía limpia, a pesar de que la iniciativa privada le ha propuesto diseñar una estrategia que la detone, reveló a MILENIO Israel Hurtado, presidente de la Asociación Mexicana de Hidrógeno (AMH2).

De acuerdo con datos de la AMH2, en el mundo hay 30 países —principalmente de Europa y Asia— con una estrategia nacional para la implementación del hidrógeno verde, que normalmente son impulsadas desde los gobiernos. México, explicó Hurtado, no está dentro de esas naciones.

“Supongo que en otras áreas de la administración tal vez estén preocupados por otros temas de generación de energía eléctrica, y tal vez este tema del hidrógeno sí lo tienen en el radar, pero todavía no lo detonan”. afirmó.

A falta de ese impulso por parte de la autoridad, la AMH2 ha puesto manos a la obra y se encuentra diseñando “una hoja de ruta para poder detonar la industria e identificar posibles barreras a la entrada, los retos y las oportunidades para desarrollar hidrógeno verde”.


Sin embargo, Hurtado advirtió que el impulso desde la asociación puede resultar insuficiente.

“No sé en realidad si vamos a poder lograr rápidamente una estrategia nacional de hidrógeno, pero yo esperaría que en los próximos meses se pueda convocar a todos los interesados y desarrollar una estrategia nacional de hidrógeno, pero eso creo que tiene que venir del gobierno”, sentenció.

A decir del presidente de la AMH2, es necesario “meter el acelerador” en México pues existe el riesgo de que el país quede detrás no sólo de las naciones más avanzadas, sino incluso de sus pares de América Latina.

“Yo veo más avanzados a Chile y a Colombia, hablando de América Latina. También Brasil y Uruguay ya están trabajando su estrategia nacional de hidrógeno, por lo tanto México no se puede quedar atrás”.

Tres grandes proyectos


En México, señaló Hurtado, hay tres grandes proyectos de hidrógeno verde en desarrollo que representan inversiones por mil 400 millones de dólares: uno se encuentra en Baja California, otro en Guanajuato y el tercero está ubicado en Durango.

“Todavía no se produce el hidrógeno verde en México; esperamos que se produzca pronto. En otros países como Chile, ya se está produciendo, aunque en escala pequeña”, expresó.

Para el presidente de la asociación de hidrógeno, México tiene el potencial para no sólo producir hidrógeno y consumirlo nacionalmente en proyectos de movilidad y de descarbonización de las industrias, sino también para convertirse en una potencia exportadora.

Consideró que la zona noreste del país tiene mucho potencial para convertirse en una región, tanto productora, como consumidora de hidrógeno verde. El Bajío, los estados fronterizos de Baja California, Chihuahua y Sonora, así como la región del corredor transístmico en Oaxaca y Veracruz pueden ser otras áreas en donde el hidrógeno verde tenga un mayor impacto.

Incluso Pemex y la Comisión Federal de Electricidad (CFE) pueden convertirse en productores de hidrógeno verde y utilizarlo para descarbonizar sus operaciones, externó.

Propuesta para el Tren Maya

La Asociación Mexicana de Hidrógeno propondrá pronto al gobierno federal, en particular al Fondo Nacional de Promoción Turística (Fonatur), que el Tren Maya en lugar de utilizar diésel funcione con hidrógeno verde.

“Ahora, también es un proyecto que si todo está planeado para que se utilice diésel o baterías en los tramos eléctricos, tal vez cambiar eso pueda ser un poco complicado”, explicó.
“Pero sí lo vamos a plantear para buscar hacer lo que ya están haciendo en Alemania o en otras partes del mundo, incluso con autobuses de hidrógeno para transporte de pasajeros. Entonces nosotros lo vamos a plantear, pero no sé qué tan a tiempo estaremos de poder hacerlo”, enfatizó.

De acuerdo con el informe Hidrógeno para el cero neto, elaborado por el Consejo Mundial del Hidrógeno y la consultora McKinsey, hasta ahora se han anunciado 522 proyectos de hidrógeno verde a gran escala, con inversiones por 140 mil millones de dólares. La mitad de esos se están construyendo en Europa, mientras que 121 radican en Asia y China; sólo 77 están ubicados en América. La inversión acumulada puede alcanzar los 700 mil millones de dólares hacia 2030, según la misma fuente.

En la actualidad, se producen 90 millones de toneladas de hidrógeno al año, con ventas por 150 mil millones de dólares. El banco Morgan Stanley estima que en 2050 las ventas pueden llegar a valer 600 mil millones de dólares, con una producción de 500 millones de toneladas.

Tragedia de Hindenburg lo condenó

El hidrógeno como fuente de energía no es nuevo. Se utilizaba desde el siglo pasado, pero la tragedia en 1937 del zepelín Hindenburg lo condenó a que fuera considerado una fuente de energía peligrosa.

El dirigible alemán de 245 metros de longitud tuvo que ser rellenado desde que hizo sus primeros vuelos en 1936 con hidrógeno pese a que estaba diseñada para funcionar con helio, debido a restricciones de exportaciones hacia la Alemania nazi impuestas por Estados Unidos. La versión oficial indica que cuando la aeronave estaba aterrizando en Nueva Jersey, una descarga de electricidad atmosférica cerca de una fuga de gas en el dirigible provocó que el Hidenburg se prendiera en llamas en el aire, matando a 36 personas. Se llegó a especular incluso que el hecho se había tratado de un acto de sabotaje contra el régimen nazi.

Hay varios tipos de hidrógeno que se clasifican por colores. Cada uno está definido por la forma en que es producido. El hidrógeno negro, por ejemplo, es el que se produce a partir de carbón; el gris, con gas natural; el azul con carbón y gas natural, aunque se utiliza la técnica de Captura y Almacenamiento de Carbono (CCS, por su sigla en inglés) para almacenar los gases contaminantes que se emiten.

El hidrógeno verde es aquel que se produce por medio de electricidad limpia. Para obtenerlo se separan los elementos del agua —hidrógeno y oxígeno— mediante electricidad, un proceso al que se le conoce como electrólisis. Este tipo de hidrógeno es considerado el menos contaminante.

Actualmente, aclaró Hurtado, 95 por ciento del hidrógeno que se utiliza en el mundo es gris. “La idea es sustituir este hidrógeno gris por hidrógeno azul o por hidrógeno verde. En realidad la apuesta es por el hidrógeno verde, pero bueno, un puente entre el gris y el verde es el azul'', añadió.

Ante la necesidad de descarbonizar la economía para contener el calentamiento global, el hidrógeno es una de las alternativas que espera sustituyan los combustibles fósiles contaminantes.

El presidente de la AMH2 explicó que aunque el hidrógeno tiene múltiples usos y aplicaciones, son dos los sectores en los que esta fuente de energía tendrá un mayor impacto: en las industrias que se utilizan hornos a gas natural —como la petroquímica, cementera, acerera, alimenticia— y en la movilidad.

En el caso de la movilidad, las celdas de combustible de hidrógeno —que hacen una combustión y generan vapor de agua— pueden ser una alternativa frente a las baterías de litio de los autos eléctricos.

Opinó que para motores de maquinaria pesada o de vehículos de gran tamaño como trenes, sería más eficiente utilizar celdas de combustible, en lugar de utilizar motores eléctricos.

Asimismo, para las casas se podrían utilizar baterías de celdas de combustible de hidrógeno, para que se pueda almacenar la energía sin usar una batería de litio.

Aquellos casos en los que se necesiten motores que funcionen a gas natural o con electricidad, como motores para maquinaria pesada, es más eficiente utilizar celdas de combustible. Al final, la electricidad que llega para ese motor que se va a echar a andar.

Asimismo, el hidrógeno, dijo Hurtado, cuenta con virtudes que no tienen otras energías limpias. Una de esas ventajas es que no es intermitente como sí lo son la energía eléctrica eólica o solar, que ante la falta de tecnología para almacenarlas únicamente están disponibles cuando hay sol o viento. El hidrógeno en cambio se puede almacenar y transportar fácilmente.

AMP

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