La compañía sueca de equipos de telecomunicaciones, Ericsson, comunicó que esta investigando las informaciones por las cuales la capital de Irak, Bagdad, ha suspendido los permisos de trabajo de sus empleados en el país, asi como las posibles repercusiones para los clientes y el personal.
Irak expulsó ayer al embajador sueco por haberse autorizado la quema del Corán en una protesta en Estocolmo, que llevó a los manifestantes a asaltar la embajada sueca en Bagdad. La agencia estatal de noticias informó de se había suspendido el permiso de trabajo de Ericsson en Irak.
El jueves, en Estocolmo, dos manifestantes patearon y destruyeron parcialmente un libro que, según ellos, era el Corán, pero no lo incendiaron. Sin embargo, en los últimos años se ha registrado varias quemas del Corán en Suecia, la mayoría propagadas por activistas de extrema derecha y antimusulmanes.
"Los incidentes ocurridos en Suecia, con la quema del Sagrado Corán, son profundamente ofensivos para las creencias religiosas y los valores apreciados por los musulmanes de todo el mundo", dijo un portavoz de Ericsson en un correo electrónico. "Este acto no refleja el valor fundamental del respeto de Ericsson".
Ericsson, que tiene 30 trabajadores a tiempo completo en Irak, dijo que la seguridad de su personal, socios y clientes era su máxima prioridad.
"Respetamos todas las culturas y religiones y damos gran importancia al respeto de nuestros clientes y empleados, así como de las comunidades en las que operamos", declaró el portavoz. "Es profundamente problemático cuando la libertad de expresión se convierte en alienación entre diferentes culturas o religiones".
Irak es un mercado relativamente pequeño en ventas para Ericsson.
PNMO