La implementación del nuevo etiquetado a alimentos y bebidas procesados, aunado a la prohibición de la venta de productos con alto contenido calórico a menores de edad, representará un reto adicional en toda la cadena de suministro, logística y costos de implementación, en donde se involucra el sector mayorista, señaló la Asociación Nacional de Abarroteros Mayoristas (Anam).
En un comunicado, la instancia señaló que más de 56 por ciento de la población tiene capacidad limitada de compra, de ahí que el canal mayoreo es indispensable para hacer llegar los productos a las manos del consumidor mexicano a lo largo y ancho del país, donde otros canales no llegan.
El canal en sus distintos formatos surte en promedio más del 80 por ciento de las compras del canal tradicional con sus 225 centros de distribución y más de 7 mil 500 unidades de transporte, 3 mil 402 proveedores logran llegar a través de los mayoristas a más de 620 mil puntos de venta en todo el país.
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“Estos puntos de venta; misceláneas y minisupers; juegan un rol muy importante en la comunidad con crédito informal, vigilancia, cercanía, etc…”, dijo Iñaki Landáburu, presidente del organismo.
Expuso que el sector mayorista ha mostrado adaptación para sortear los retos en medio de la crisis, pues sostuvo que el desempeño de abarrotes por semana a lo largo de la pandemia, es positivo: 22 semanas de 25 revisadas creciendo por arriba de la línea de desempeño.
“El mercado deberá adaptarse a los nuevos patrones de consumo que han surgido de la crisis actual y que se mantendrán por mucho tiempo”, finalizó.
srgs