La representante de Comercio de Estados Unidos, Katherine Tai, anunció hoy que Estados Unidos solicitó el mecanismo de consultas de resolución de disputas con México bajo el Tratado Comercial entre Estados Unidos, México y Canadá (T-MEC), por la prohibición de importar maíz transgénico a México, derivado de dos decretos emitidos uno en 2020 y otro a principios de este año por el presidente Andrés Manuel López Obrador.
“Estados Unidos expresó repetidamente su preocupación de que las políticas biotecnológicas de México no se basan en la ciencia y amenazan con interrumpir las exportaciones estadounidenses a México en detrimento de los productores agrícolas, lo que a su vez puede exacerbar los desafíos de seguridad alimentaria”, dijo Katherine Tai.
Agregó que las políticas de biotecnología de México también sofocan la innovación agrícola que ayuda a los agricultores estadunidenses a responder a los desafíos climáticos apremiantes, aumentar la productividad agrícola y mejorar los medios de vida de los agricultores.
Estas consultas se refieren a las medidas establecidas en el decreto de México el pasado 13 de febrero, específicamente la prohibición del uso de maíz biotecnológico en tortillas o masa, y la instrucción a las agencias gubernamentales mexicanas de sustituir gradualmente.
“Es decir, prohibir, el uso de maíz biotecnológico en todos los productos para el consumo humano y para la alimentación animal”, comentó la representante de Comercio del Estados Unidos.
Además de que se refieren a los rechazos de solicitudes de autorización que cubren la importación y venta de ciertos productos biotecnológicos.
“Las medidas de México parecen ser incompatibles con varias de sus obligaciones en los capítulos de Medidas Sanitarias y Fitosanitarias (MSF) y Acceso a Mercados del T-MEC”, dijo.
“Continuaremos trabajando con el gobierno mexicano a través de estas consultas para resolver nuestras inquietudes y ayudar a garantizar que los consumidores puedan continuar accediendo a alimentos y productos agrícolas seguros y asequibles”, dijo Katherine Tai.
A finales 2020 México publicó un decreto presidencial sobre maíz genéticamente modificado (GM) en cual mencionó que prohibiría el cereal GM en las dietas de los mexicanos y terminaría con el uso del herbicida glifosato para el 31 de enero de 2024.
El presidente Andrés Manuel López Obrador comentó que las semillas transgénicas pueden contaminar las variedades nativas de México y cuestionó su impacto en la salud humana.
Ante eso el gobierno mexicano cambió el decreto el pasado febrero, ante la presión de Estados Unidos, el principal socio comercial, para que no obstaculice exportaciones de maíz estadunidense cercanas a 17 millones de toneladas al año.
Esto tuvo como consecuencia que los funcionarios estadounidenses resaltaran que los planes de México por no contar con validación científica y advirtieron que una restricción de su maíz transgénico podría derivar en una disputa comercial frontal en virtud del T-MEC.
Por lo que los poderosos grupos de presión de la industria agrícola de Estados Unidos pidieron a Washington que tome medidas contra México, alegando importantes trastornos económicos para los agricultores estadounidenses, incluso con el decreto modificado.
Incluso empresas como Bayer AG y Corteva se pronunciaron en contra de la nueva orden, al señalar que los productos biotecnológicos son vitales para mejorar la seguridad alimentaria y aliviar el impacto del cambio climático en la producción agrícola.
Mientras que expertos del sector mostraron su preocupación sobre dicha restricción ya que pueda sentar un precedente e incitaría a otros países a adoptar un enfoque similar y perturbaría el comercio mundial de maíz.
Argumentaron que si se restringe la biotecnología, la producción caerá y los costos de los alimentos aumentarán, “en momentos en que la población mundial continúa creciendo”.
- Te recomendamos ¿Buscas empleo? Tren Maya tiene nuevas vacantes con sueldo de hasta $30 mil al mes Negocios
MRA