Ante los efectos de la pandemia por covid-19, los incrementos de los productos de la canasta básica y los niveles de inflación de más de seis por ciento, las familias enfrentan el inicio de una espiral de precariedad del que con dificultades se podrá salir.
El coordinador del Observatorio de Salarios de la Universidad Iberoamericana Puebla, Miguel Calderón Chelius, destacó que el problema actual consiste en el peligro de que las familias se adapten a la pobreza.
De acuerdo con datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), en Puebla, en el último trimestre del año 2019, es decir, antes de la pandemia, 43.5 por ciento de los habitantes de la entidad se encontraban en pobreza laboral; mientras que, en el cuarto trimestre de 2021, al cierre del año pasado, 52.4 por ciento, es decir, más de la mitad de la población no puede comprar una canasta alimentaria a pesar de destinar todos los recursos que reciben los integrantes de una familia.
El porcentaje de las personas en situación de pobreza laboral en el cuarto trimestre 2021 sigue siendo superior al observado en el último trimestre de 2019, es decir, antes de la emergencia sanitaria, en 20.4 por ciento.
“Debemos advertir sobre de los peligros de la adaptación a la pobreza. Los parámetros que utilizan las instancias públicas para conformar las canastas básicas. Los indicadores contemplan el consumo de alimentos que no son saludables, pero que forman parte la dieta diaria por su accesibilidad. Esta mirada provoca un espiral de precariedad del que difícilmente una persona puede salir”, advirtió.
El investigador de la institución que forma parte del Sistema Universitario Jesuita destacó que, actualmente, el concepto de bienestar se convierte en un paraguas que engloba una serie de valores abstractos, pero que no siempre ataja realidades concretas.
“En medio de las dinámicas sociales es necesario impulsar el desarrollo como la búsqueda del bienestar y la dignidad. Mientras hay pobreza y hay desigualdad no puede haber bienestar”, explicó.
Al mismo tiempo, el académico resaltó la importancia de la intervención en contextos de vulnerabilidad. “La función de los científicos sociales es entender la realidad para generar estrategias de acción”.
El reporte del Coneval muestra que la inflación general anual promedio del cuarto trimestre de 2021 fue de 7.0 por ciento, es decir, 3.1 puntos porcentuales mayor a la presentada en el tercer trimestre de 2020, 3.9 por ciento; y 1.2 puntos porcentuales mayor a la del tercer trimestre de 2021, 5.8 por ciento.
Del mismo modo, estima que la Línea de Pobreza por Ingresos es de tres mil 916 pesos en los entornos urbanos; mientras que es de dos mil 784 pesos en los entornos rurales. La Línea de Pobreza por ingresos se calcula a partir del costo de la canasta básica alimentaria.
AFM