Fed contempla posibles beneficios y riesgos de otra subida de tasas

Las subida de tasas podría causar daños a la economía y al mercado de trabajo.

Fachada de la sede de la Reserva Federal de Estados Unidos, en Washington DC. Julio de 2013. Foto: (Reuters)
Washington /

Desde que la Reserva Federal (Fed) decidió mantener las tasas de interés sin cambios en su sesión de política monetaria del 13 y 14 de junio, los dirigentes monetarios del banco central estadunidense han dado todos los indicios de que podrían a aprobar otra pequeña alza de tasas cuando vuelvan a reunirse la próxima semana.

Sin embargo, los recientes datos que muestran que la inflación ha empezado a ralentizarse de forma más rápida y persistente probablemente intensifiquen el debate sobre si la próxima subida será la última necesaria, y los responsables de política monetaria se enfocaran en el punto clave sobre si la economía ha absorbido plenamente el impacto del agresivo endurecimiento monetario hasta la fecha o si sólo está empezando a ajustarse. 

Por un lado, las subidas de tasas de interés podria garantizar la continuidad de la "desinflación"; por el otro, las presiones sobre los precios ya están en camino, y hacer más podría causar daños innecesarios a la economía y al mercado de trabajo.

La retórica de los dirigentes se ha inclinado hacia nuevas subidas más allá de la reunión del 25 y 26 de julio, cuando se espera que el comité de política monetaria de la Fed incremente las tasas de interés de referencia a un día en un cuarto de punto porcentual hasta el rango 5.25 por ciento - 5.50 por ciento.

El presidente de la Fed, Jerome Powell, se ha pronunciado por la opinión mayoritaria de que serían necesarias dos subidas adicionales de tipos, y el gobernador Christopher Waller apoya una política monetaria más restrictiva en las últimas declaraciones de la cúpula del banco central antes del periodo sin comentarios públicos previo a la reunión de este mes.

Las subidas de tasas del año pasado "deberían hacer efecto en la actividad económica y la inflación mucho más rápido de lo que se suele predecir", dijo Waller, y por tanto "no podemos esperar mucha más ralentización de la demanda y la inflación de ese endurecimiento" Aunque los recientes datos de inflación fueron alentadores, declaró, "un dato no hace tendencia".

Los economistas consideran que el impacto de la política monetaria alcanza su punto máximo entre 18 y 24 meses después de los cambios de tasas de interés, pero los responsables de la Fed han señalado que su uso de la "orientación anticipada" para definir la senda de la política monetaria implica que las tasas de mercado se ajustaron mucho antes de las subidas de tasas de interés que llevaron a cabo a partir de marzo de 2022. 

Los demás dirigentes de la Fed están convencidos de mantener abiertas las opciones de subidas de tasas y no dar margen a los inversores para pensar que el banco central ha acabado, socavando así la batalla contra la inflación con unas condiciones financieras más relajadas.

Se podría considerar que, por primera vez desde la primera alza de tasas de un cuarto de punto porcentual de la Reserva Federal en marzo de 2022, la probabilidad de que este próximo movimiento sea el último ha ganado fuerza más allá de las ilusiones de los inversores y ha empezado a verse apoyada por los datos entrantes.


Compensación de la inflación


A pesar de la ralentización del ritmo de incremento de los precios al consumo en junio, los datos sobre los precios de importación y los costes de los insumos de producción fueron más débiles de lo esperado.


El índice de precios a la producción, en particular, insinúa que la inflación al consumo podría seguir ralentizándose. La caída de los precios de importación es importante para las esperanzas de la Reserva Federal de que los descensos totales de los precios de los bienes, que se dispararon durante la pandemia por coronavirus, puedan contrapesar la inflación del sector servicios, que ha sido normalmente más alta y más persistente, incluso antes de la pandemia.

Por el momento, esto ha ocurrido sin grandes cambios en el mercado laboral, que presenta una tasa de desempleo aún baja de 3.6 por ciento y que genera nuevos puestos de trabajo y un crecimiento salarial a tasas superiores a las de antes de la pandemia. Un elemento clave en la decisión de la Reserva Federal es si esto supone un riesgo —una razón para que la inflación se mantenga alta a medida que los hogares gastan unos ingresos crecientes— o una sorpresa positiva que hay que apoyar con paciencia sobre futuros movimientos de las tasas. 

Respecto situación actual "aún nos deja con la duda de si la inflación puede asentarse mientras los consumidores sigan gastando y el mercado laboral se mantenga así de robusto", dijo la semana pasada el presidente de la Fed de Richmond, Thomas Barkin. La débil lectura de la inflación en junio no le convenció de que se encuentre en una senda descendente estable.

Pero en el mercado laboral parecen estar apareciendo indicios de un nuevo statu quo, debido a la continua caída de la proporción entre trabajadores disponibles y puestos de trabajo vacantes, y al reciente aumento de la prevalencia del trabajo a tiempo parcial o por señales más sutiles.

Por ejemplo, aunque el número de trabajadores del sector de la restauración y el alojamiento sigue estando unos puntos porcentuales por debajo del máximo anterior a la pandemia, la contribución del sector al producto interior bruto real ha incrementado desde ese punto: está haciendo más con menos y puede que no necesite los niveles de plantilla de 2019.

"Cada vez hay más indicios de 'aterrizaje suave', hacia un nuevo equilibrio", declara Nick Bunker, director de análisis del Indeed Hiring Lab, refiriéndose a un escenario en el que el endurecimiento monetario ralentiza la economía, y la inflación, sin desencadenar una recesión. "Tiende hacia un mercado laboral más estable pero aún robusto" que recuerda a las condiciones de 2019, con tasas de participación en recuperación, un ritmo sostenible de creación de empleo y salarios en aumento para las ocupaciones peor pagadas.

"Ciclo económico extraño"


Hasta que la Fed declare el fin de su guerra contra la inflación, los economistas y analistas de mercado creen persistirán los riesgos para un resultado benigno.

Jason Furman, profesor de la Universidad de Harvard que fue el principal asesor económico de la Casa Blanca en la administración Obama de 2013 a 2017, todavía prevé la tasa subyacente de inflación, según la medida preferida de la Fed, en torno a 3.5 por ciento. 

"En 3.5 por ciento, julio no será la última vez que la Fed suba", afirma Furman en una entrevista. "Creo que no hemos aprendido casi nada sobre lo que se necesita para que la inflación pase de 3.5 por ciento a 2 por ciento... Me preocupa que el último tramo pueda requerir más desempleo".

Ed Al-Hussainy, analista de tasas de Columbia Threadneedle, por su parte, se muestra escéptico de que ya se haya absorbido el impacto de las rápidas subidas de tipos.

"Hemos conseguido generar este descenso de la inflación, que parece ser cada vez más persistente, sin hacer mucho daño", dijo. "¿Por qué?". Las tasas de interés de referencia han pasado de ser negativas ajustadas a la inflación a ser fuertemente positivas, y "creo que no hemos visto todos sus efectos", dijo. "Decir que tenemos la misma economía con tasas reales negativos de 2 por ciento que con tasas positivas de 2 por ciento, no me lo creo".

Los dirigentes de la Fed han señalado que los datos podrían estar cambiando a su favor, para esto se necesita más tiempo para que los responsables de política monetaria acepten lo que están viendo como genuino y "se inclinen" por la idea de que un aterrizaje suave puede estar a la vista, declaro el presidente de la Fed de Atlanta, Raphael Bostic, a principios de este mes. Bostic cree que la política monetaria está funcionando con retrasos y apoya la idea de mantener las tasas sin cambios.

El presidente de la Fed de Chicago, Austan Goolsbee, dijo a la CNBC a principios de mes que los responsables de política monetaria no deberían tener reparos en mostrar su fe en una economía que no ha dejado de sorprender. "La premisa es que necesitamos una recesión para eliminar la inflación", dijo Goolsbee. "No lo creo... Éste ha sido un ciclo económico muy extraño".

PNMO

  • Agencia Reuters
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