Después de que la Cámara de Diputados aprobó la extinción de 109 fideicomisos, el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) hizo un exhorto a la Cámara de Senadores, a quien le toca el turno de discutir el tema, a revisar de manera imparcial y objetiva tal extinción y a promover caminos alternativos para la gestión eficiente de los recursos públicos.
En un comunicado, explicó que los fideicomisos habían sido diseñados para atender directamente requerimientos sociales en materia de salud, derechos humanos, cultura, educación, protección en desastres naturales, innovación y deporte, entre otros.
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El IMEF destacó que los recursos financieros de los fideicomisos ascienden a 68 mil millones de pesos, que el gobierno federal estaría canalizando principalmente a la atención de la pandemia, así como para estabilizar su balance fiscal. Los objetivos de algunos fideicomisos seguirían atendiéndose mediante procedimientos diferentes y asignaciones directas de recursos.
Detalló que, en términos de la gestión de sus recursos, los fideicomisos son auditables, están sujetos a la ley de transparencia y no cuentan con secreto fiduciario, por lo que el impulso a una mayor efectividad y transparencia de estos, en aquellos que lo requieran, debería promoverse mediante la revisión de sus procedimientos, pero su cancelación implicará la pérdida de reglas de operación que estaban diseñadas para la atención de su misión y estará marginando a actores de la sociedad civil experimentados en los temas para los cuales los fideicomisos fueron creados.
La institución añadió que aún en el escenario de asignación directa de los recursos, la efectividad de estos podría verse mermada, especialmente por la ausencia de mecanismos de operación alternativos que hayan probado su efectividad y que eviten la discrecionalidad en el uso de los recursos.
En materia de finanzas públicas, recordó que en el IMEF han reiterado su preocupación por el riesgo macroeconómico que representa su creciente debilidad estructural, derivada principalmente de la menor capacidad de recaudación fiscal por la contracción económica, de la política de no endeudamiento y de la reasignación del presupuesto federal hacia algunos proyectos de infraestructura, al sostenimiento de Petróleos Mexicanos (Pemex) y a programas sociales específicos.
Sin embargo, dijo, el balance fiscal ha venido respaldándose con una política de austeridad que amenaza la efectividad operativa del gobierno federal, así como con recursos del Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios (FEIP), la recaudación atrasada de grandes contribuyentes y ahora los recursos de los fideicomisos, los cuales son fuentes de recursos no recurrentes o no sustentables en el mediano plazo.
En este contexto, el IMEF considera que la estabilidad de las finanzas públicas debería fomentarse mediante la generación de condiciones propicias para una rápida y sostenible recuperación económica, la ampliación de la base tributaria y la reasignación de recursos gubernamentales de proyectos de infraestructura hacia la atención de la salud y otros temas de mayor impacto social.
lvm