Las acciones de Boeing y del proveedor Spirit AeroSystems se desplomaron mientras los inversionistas sopesaban las consecuencias financieras del accidente en pleno vuelo de la semana pasada en una aeronave de Alaska Airlines.
Investigadores estadunidenses anunciaron el domingo que localizaron la puerta que salió volando del Boeing 737 Max durante el vuelo. El incidente provocó un aterrizaje de emergencia y la puesta en tierra de algunas aeronaves.
El tapón de la puerta —un “componente clave” para los investigadores— se ubicó en el patio trasero de un residente de Portland la noche del domingo, de acuerdo con Jennifer Homendy, presidenta de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB, por su sigla en inglés), la agencia independiente del gobierno de Estados Unidos responsable de investigar los accidentes de transporte civil.
En el vuelo de Alaska Airlines viajaban el viernes pasado 171 pasajeros y seis miembros de la tripulación cuando se arrancó una sección del fuselaje. Todos los que estaban a bordo aterrizaron sanos y salvos en Portland, Oregón.
La Administración Federal de Aviación (FAA, por su sigla en inglés), regulador de las aerolíneas estadunidenses, ordenó el sábado la puesta en tierra temporal de algunos 737 Max 9 que son operados por aerolíneas de Estados Unidos o en territorio estadunidense, mientras que la NTSB inició una investigación sobre el incidente.
Las acciones de Boeing cerraron la jornada bursátil con una caída de 8 por ciento para llegar a 229 dólares, mientras que las de Spirit AeroSystems bajaron 11.1 por ciento a 28.20 dólares. La compañía, un proveedor clave de Boeing, instala la puerta que se conecta como parte de la construcción del fuselaje del 737 Max para algunos aviones. Su papel estuvo bajo escrutinio durante el año pasado en medio de problemas de fabricación.
Homendy dijo que los pilotos reportaron advertencias de presurización en tres vuelos en el mes anterior al incidente. Esos reportes fueron descritos ante la NTSB como “benignos” y no está claro si las luces de advertencia anteriores tenían alguna correlación con el incidente del viernes, señaló.
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Sin embargo, “sin duda es una preocupación en la que queremos profundizar”, añadió.
Alaska Airlines impuso una restricción al avión que le impedía realizar viajes largos al extranjero, así como a Hawái, para que pudiera regresar rápidamente a un aeropuerto si fuera necesario. La aerolínea también ordenó mantenimiento adicional a la luz que no se había completado en el momento del incidente, agregó Homendy.
En las fotos y los videos que compartieron pasajeros en las redes sociales se mostraban una parte de una pared lateral del avión y una ventana faltante, así como las máscaras de oxígeno desplegadas.
Homendy describió la situación a bordo después de que estalló el tapón de la puerta como “caos” y describió grandes daños dentro de la aeronave, incluidos asientos deformados y bandejas arrancadas. “Cuando vi eso la impresión que me dio es que debió ser una experiencia aterradora”, explicó.
Boeing convocó hoy a una reunión de seguridad de toda la empresa para discutir su respuesta al incidente.
El director ejecutivo David Calhoun, quien será el anfitrión de la reunión desde la fábrica de Renton, Washington, donde se ensambla el Max, dijo que el encuentro reforzará el enfoque de la compañía en la seguridad.
“Cuando ocurren accidentes graves como éste, es fundamental para nosotros… comprender y abordar las causas del suceso y garantizar que eso no vuelva a suceder”, indicó en un memorando a los empleados el domingo.
El accidente ocurrió a alrededor de 16 mil pies (4 mil 877 metros) y apenas 10 minutos del inicio del vuelo, detalló la NTSB. No había nadie en los dos asientos junto a la puerta de salida de la cabina desactivada que estalló, lo que dejó un enorme agujero en el fuselaje del avión.
Si bien a menudo se utiliza como salida adicional en aerolíneas de bajo costo con mayor densidad de pasajeros, la puerta está siempre tapada en los aviones de Alaska Airlines.
“Lo más sorprendente para mí es que la puerta se salió”, dijo John Cox, piloto retirado y director ejecutivo de Safety Operating Systems, una consultora de seguridad del sector de la aviación. Otros tipos de aviones utilizan de manera similar puertas que se conectan, señaló, y agregó: “No conozco ningún caso en el que esto haya ocurrido antes”.
Dado que el avión solo tiene dos meses, los investigadores van a examinar “con gran detalle los registros de ensamblaje y las inspecciones de control de calidad de esa parte del avión”, añadió Cox.
Homendy dijo el sábado que si bien la revisión se centra en el incidente de Alaska Airlines y no en la flota Max de Boeing en general, “vamos a ir adonde nos lleve la investigación”.
El accidente fue el último golpe para Boeing, que ha batallado con defectos de fabricación en el 737 y sigue experimentando las consecuencias de una puesta en tierra a escala mundial de 20 meses impuesta por los reguladores después de un par de accidentes fatales con cinco meses de diferencia en 2018-2019.
La compañía aeroespacial indicó en un comunicado el sábado que apoyaba la puesta en tierra temporal.
“La seguridad es nuestra principal prioridad”, señaló Boeing. “Estamos de acuerdo y apoyamos plenamente la decisión de la FAA de exigir inspecciones inmediatas de los aviones 737-9 con la misma configuración que el avión afectado”.
Hay 215 aviones Max 9 en servicio en todo el mundo, de acuerdo con los datos de la consultora Cirium. Los operadores más importantes son United Airlines y Alaska Airlines en EU, Turkish Airlines y Copa Airlines de Panamá.
Copa suspendió de manera temporal los vuelos de 21 aviones Boeing 737 Max 9, mientras que Turkish retiró su pequeña flota de cinco aviones Max 9.
Alaska Airlines canceló 21 por ciento de sus vuelos el domingo, mientras que United canceló 8 por ciento, de acuerdo con el sitio web de datos de vuelos FlightAware. Copa y Aeroméxico reportaron cancelaciones de 14 y 11 por ciento, respectivamente.
La Agencia de Seguridad Aérea de la Unión Europea (EASA, por su sigla en inglés) adoptó la directiva de emergencia de la s autoridades, pero que se trata de una “medida de precaución, ya que lo que entendemos tanto de la FAA como de Boeing es que ninguna aerolínea europea en los estados miembros de la EASA opera actualmente con un avión en la configuración afectada”.
La Autoridad de Aviación Civil de Gran Bretaña indicó el sábado que como no hay ningún avión 737 Max-9 registrado en Reino Unido, “el impacto en los aviones operados en el país y en los consumidores es mínimo”. La agencia escribió a todas las aerolíneas de permisos extranjeros y fuera de Reino Unido para “solicitar confirmación de que se llevaron a cabo inspecciones antes de cualquier operación en el espacio aéreo local”.