América Latina debe abordar la peor desigualdad del mundo, mejorar los servicios públicos y conseguir que el sector privado ayude a crear una sociedad más justa, o correr el riesgo de quedarse más atrás que las economías rivales, advirtió el jefe del principal banco de desarrollo de la región.
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Luis Alberto Moreno, presidente saliente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), dijo que las protestas callejeras que se presentaron en toda la región en 2019 después de varios años de estancamiento económico señalaron la necesidad de un cambio fundamental.
“Antes, había presidentes que decían ‘esto es lo que voy a hacer’, y todos como que obedecían”, dijo en una entrevista con el Financial Times. “En la actualidad, un gran cambio social (significa que la gente le dice a los líderes) ‘esperen un momento, esto es lo que les exijo y no solamente les exijo mejores servicios públicos sino, lo que es más importante, mejores oportunidades”.
Los disturbios estallaron en octubre en Chile, un país que era considerado como la gran historia de éxito económico de la región, con manifestantes que exigían una mejor educación, pensiones y atención de salud. Violentas protestas golpearon a Ecuador y Bolivia, el parlamento se disolvió en Perú y en Colombia, país natal de Moreno, también vio manifestaciones masivas.
Analizando las razones del descontento, Moreno —que se prepara para dejar el cargo de la institución con sede en Washington después de cumplir tres mandatos de cinco años— dijo que América Latina logró importantes avances para sacar de la pobreza a 60 millones de personas y mejorar la prestación de servicios básicos, como el saneamiento, la electricidad y el agua. Pero todavía hay grandes interrogantes sobre la calidad de esos servicios y el acceso a una buena educación.
“Creo que nivelar todas estas cosas es el mayor tema de nuestro tiempo en América Latina y sigue siendo la discusión que aún no hemos visto. Es un nuevo despertar a una realidad que es muy real y está en las calles”, dijo.
El sector privado tiene un papel clave que desempeñar para mejorar la productividad y darse cuenta de que “el papel de las empresas es uno en el que tienen que ser más parte de la solución que simplemente quedarse al margen”, agregó.
El crecimiento en América Latina ha sido el peor del mundo desde que terminó el auge de las materias primas, con un promedio de solamente 0.8 por ciento anual desde 2014. Los economistas predicen que este año será apenas mejor, incluso antes del efecto de freno del brote de coronavirus en el crecimiento global.
Pocas de las economías de la región han tenido éxito en desarrollar industrias de exportación sofisticadas que van más allá de la venta tradicional de materias primas. Como resultado, países asiáticos como Corea del Sur, Malasia y Taiwán lograron superar a sus rivales latinoamericanos en los últimos 40 años.
Moreno lamentó que no todavía no se implementan muchas de las políticas que pidió en un artículo de 2010 para el Financial Times, como una mejor educación, servicios públicos de mayor calidad, una mejor infraestructura y energía más limpia.
“De alguna manera en América Latina, cuesta manejar los buenos tiempos y nos olvidamos de nuestros retos centrales”, comentó.
La imagen no es tan sombría. Brasil logró aprobar una reforma histórica de su sistema estatal de pensiones incosteable el año pasado. Uruguay desarrolló una economía digital avanzada, en parte gracias a una iniciativa pionera de 2007 que entregó una laptop a cada niño en edad escolar, y Costa Rica cuenta con una próspera economía de subcontratación de procesos empresariales.
El Banco Interamericano de Desarrollo presta más de 12 mil millones de dólares al año a la región, y Moreno señaló un proyecto de 120 millones de dólares para mejorar la salud neonatal y reproductiva en el sur de México como un ejemplo de lo que se podría lograr combinando la filantropía del sector privado, la experiencia bancaria y un marco que paga de acuerdo con los resultados para garantizarlos.
En el sector privado, la economía digital está comenzando a tomar forma, sobre todo en Brasil, donde Sao Paulo cuenta con un próspero sector de fintech (tecnología financiera) y una creciente presencia en el capital de riesgo.
Pero estos siguen siendo ejemplos aislados. Moreno citó la mejora de la productividad, una política fiscal más redistributiva, una mejor educación y abrazar la revolución digital como algunos de los retos clave de la región.
También hay nuevos retos, dijo. La implosión económica de Venezuela bajo el gobierno socialista revolucionario del presidente Nicolás Maduro y la migración masiva que provocó hacia los países vecinos representa una “gran amenaza” para la estabilidad regional: “La capacidad de desestabilizar el resto de la región es real”.
Sobre Argentina, donde el nuevo gobierno peronista trata de sacar a la economía de la recesión, reducir la inflación de más de 50 por ciento y renegociar más de 100 mil millones de dólares de deuda externa, Moreno se mostró diplomático. “Creo que ven a Argentina como un caso especial”, dijo.
Y ADEMÁS
EL BANCO SE ALISTA PARA EL RELEVO
Hacia finales del presente año el Banco Interamericano de desarrollo deberá elegir al sucesor de Alberto Moreno, luego de tres periodos de cinco años al frente del organismo. Moreno dice que su sucesor tendrá que lidiar con la creciente velocidad del cambio y hacer frente con un número sin precedentes de retos a la vez que van desde el cambio climático hasta la revolución digital, la delincuencia, los temas fiscales y la comunicación.
BARAJAN NOMBRES DE CANDIDATOS
Se dice que entre los principales candidatos a ocupar el cargo de presidente del BID se encuentran el viceministro de Economía de Brasil, Marcos Troyjo, el ministro de Finanzas de Ecuador, Richard Martínez, a la ex presidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla. También se menciona a Gustavo Béliz, un funcionario presidencial argentino. El voto de EU, el principal accionista del BID con una participación de 30 por ciento, será crucial en esta elección.