El principal supervisor de estabilidad financiera de Europa advirtió sobre un posible “tsunami” de insolvencias corporativas una vez que se retire el apoyo de los gobiernos durante la era de la crisis y pidió un cambio hacia políticas más específicas que ayuden a las empresas viables que tienen dificultades con demasiada deuda.
El número de empresas que se declararon insolventes se redujo drásticamente en la mayoría de los países europeos después de que la pandemia de coronavirus golpeó la región en marzo pasado y se mantuvo anormalmente bajo durante el resto del año.
Las insolvencias corporativas se evitaron gracias en parte a 1.5 billones de euros de medidas de apoyo público, incluidas garantías de préstamos y moratorias, de acuerdo con un informe publicado ayer de la Junta Europea de Riesgo Sistémico (JERS), que supervisa el sistema financiero de la Unión Europea.
- Te recomendamos Relaciones con EU están peores que en la Guerra Fría, dice canciller Ruso Internacional
Una vez que se retire ese apoyo, “en el peor escenario, las insolvencias pospuestas se van a materializar repentinamente y van a desencadenar una dinámica recesiva, lo que puede causar más insolvencias”, señaló la JERS, que lidera Christine Lagarde, la presidenta del Banco Central Europeo (BCE).
“La baja tasa actual de insolvencias será similar a cuando el mar se retira antes de un tsunami”, se lee en el informe. “La prevención implicará que las empresas no salgan de la crisis con una carga de deuda que las haga quebrar y puedan adaptarse a un cambio estructural duradero a raíz de la crisis”.
Recomendó que los gobiernos tomen una serie de acciones para mitigar el riesgo de una oleada de insolvencias corporativas, entre ellas la elaboración de políticas más específicas para impulsar la solvencia de empresas que de otro modo serán viables y la racionalización de los procedimientos de reestructuración de la deuda e insolvencia.
“Las intervenciones políticas deben evitar el apoyo a las ‘empresas zombis’, ya que esto puede desacelerar significativamente la recuperación posterior al covid”, señaló el informe.
En lugar de brindar un apoyo general a todas las compañías afectadas por las medidas de confinamiento que se introdujeron para contener la pandemia de coronavirus, la JERS indicó que los gobiernos deben enfocarse en ayudar solo a las empresas que seran viables una vez que se levanten las restricciones y, al mismo tiempo, garantizar que las empresas inviables se liquiden con rapidez.
Algunos gobiernos ya han propuesto formas para lidiar con el exceso de deuda empresarial que dejó la pandemia. Francia, por ejemplo, propuso convertir algunos de sus 130 mil millones de euros de préstamos garantizados por el Estado en subvenciones para ayudar a las pequeñas empresas más afectadas por la crisis.
En total, la JERS indicó que las empresas recibieron 435 mil millones de euros de préstamos con garantías estatales en toda Europa, de los cuales 289 mil millones de euros aún estaban en vigor en el tercer trimestre del año pasado.
Agregó que los cambios en el marco temporal de la ayuda estatal de la Comisión Europea permitieron a los gobiernos “convertir préstamos públicos y garantías en subvenciones hasta un cierto límite máximo para ayudar a las empresas a capear la crisis” hasta finales del próximo año.
Otra forma de ayudar a las empresas sobreendeudadas es agilizar y facilitar las reestructuraciones financieras, afirmó la JERS, y citó una reforma holandesa a principios de este año que introdujo un procedimiento de preinsolvencia para que las empresas reestructuren sus deudas.
La JERS también pidió que se mejoren los marcos de insolvencia, que varían mucho en toda Europa desde Finlandia, donde los acreedores garantizados recuperan un promedio de 88 centavos por cada euro que se les adeuda mediante procedimientos de ejecución hipotecaria o de administración judicial, hasta Grecia, donde solo recuperan 32 centavos por cada euro que se les adeuda.
“De acuerdo con la encuesta entre los miembros de la JERS, la mayoría de los países tienen cuellos de botella en sus regímenes de insolvencia que pueden quedar expuestos si se materializa una gran ola de insolvencias”, advirtió el regulador.