Anthony Fauci y su busqueda por la vacuna de covid-19

FT MERCADOS

El científico habla sobre las tensiones en su relación con el presidente Donald Trump y la búsqueda de la vacuna contra covid-19.

Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas de EU
Hannah Kuchler
Ciudad de México /

Escucho a Anthony Fauci antes de verlo. Fuera de la vista de nuestra videollamada, le pregunta a su asistente: “¿Limpiaste la mesa?” El asistente técnico, que ya roció la silla del médico de 79 años, se apresura a desinfectar el escritorio. El principal asesor del grupo de trabajo sobre coronavirus (covid-19) de la Casa Blanca no puede permitirse el lujo de enfermarse. 

De todos los trabajos poco envidiables en esta pandemia, el doctor Fauci puede tener el más complicado. Es un destacado científico de salud pública que se describe a sí mismo como humanista en una sociedad en la que los extractos tienen más difusión que los buenos consejos. Después de 36 años como director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos (EU), se enfrenta a un desafío que eclipsa incluso las epidemias con las que luchó anteriormente: el SIDA y el SARS. 

Ahora, Fauci informa a su sexto presidente: Donald Trump. El presidente ignora su consejo y, me dice Fauci, ni siquiera se ha reunido con él desde hace más de un mes. Me parece que Trump está preocupado por las encuestas y los datos económicos, más que el creciente número de casos de covid-19 en el país. 

Nos reunimos la semana pasada ya que la situación se está volviendo aún más grave. Los hospitales desbordados en Houston comienzan a parecerse a los de Nueva York en abril, mientras que Texas, California, Arizona y Florida comienzan a cerrar nuevamente. 

“No creo que sea una exageración decir que tenemos un problema grave en este momento, mientras hablamos”, dice Fauci. Advirtió al Congreso a finales del mes pasado que el número de casos nuevos podría aumentar a 100,000 por día. “Lo que me preocupa es la pendiente de la curva”, explica, usando sus dedos para dibujar una gráfica en el aire. “Todavía parece que es exponencial”. 

Fauci llegó a la pantalla rebotando en su silla acolchada en su oficina en Bethesda, Maryland, vistiendo una camisa azul y corbata. Con vitalidad a pesar de sus años, todavía tiene más arrugas y canas que Brad Pitt, quien lo interpretó Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas de EU en el programa Saturday Night Live, una señal de su repentina popularidad entre los estadounidenses que anhelan un liderazgo sobrio. 

Lo dice...

Tengo una reputación, como probablemente habrás deducido, de decir la verdad en todo momento y de no endulzar las cosas.

​Muestra su sándwich de pavo y provolone a la cámara. “¡Destruiste mi rutina!” Bromea. Fauci normalmente no almuerza, ya que las 17 o 18 horas de trabajo las sostiene solo con el desayuno, antes de regresar a casa para la cena. 

Fauci me dice que el problema es que muchos estados comenzaron a abrirse antes de que sus casos se redujeran a un nivel de referencia, donde los nuevos pudieran rastrearse fácilmente. “Creo que debemos darnos cuenta de que algunos estados se adelantaron. Otros estados lo hicieron correctamente”, dice. “Pero la ciudadanía no escuchó las pautas”. 

El país no responderá bien a un nuevo confinamiento, teme. La creciente desconfianza de los expertos hace que todo sea más difícil. Fauci puede haber desarrollado una base de admiradores, pero también ha sido menospreciado e incluso recibió amenazas de muerte de personas que creen que el covid-19 es una estafa. 

EU siempre ha valorado los derechos individuales, menciona, pero advierte que esto podría dificultar la lucha contra la pandemia, incluso cuando tengamos una vacuna contra el coronavirus. 

Fauci vio por última vez a Trump en persona en la Casa Blanca el 2 de junio, y dice que no ha informado al presidente durante al menos dos meses. Él dice estar “seguro” de que sus mensajes se transmiten, pero evidentemente Trump no está escuchando. 

Fauci anda sobre una delgada línea y en una entrevista con la revista Science en marzo dijo que cuando Trump se equivoca, él prefiere que sean sus asesores quienes corrijan al presidente. “No puedo saltar frente del micrófono y hacerlo ver mal”, dijo. Ese comentario, me dijo Fauci, sí causó una pequeña “pelea”. 

A veces, Donald Trump parece que perdió la paciencia con Fauci. A principios de mayo, la Casa Blanca impidió que testificara frente al Congreso. Ahora, se informa que la Casa Blanca le impide aparecer en la televisión. “Tengo una reputación, como probablemente habrás deducido, de decir la verdad en todo momento y de no endulzar las cosas”, dice. 

Su trabajo durante la crisis del SIDA le valió los elogios de ambos presidentes Bush. En un debate presidencial en 1988, George H. W. Bush describió a Fauci como uno de sus héroes. Le pregunto a Fauci si cree que Donald Trump haría lo mismo. Suelta una carcajada. 

El “trabajo cotidiano” de Anthony Fauci es liderar la investigación de 6,000 mdd en busca de una vacuna que pueda terminar con la pandemia. Él dice que cree que “salvo cualquier problema técnico”, una podría estar lista para fin de año. 

Incluso en su país, hay preguntas sobre si una vacuna sería asequible para los más de 27 millones de estadounidenses sin seguro médico. Fauci tiene la seguridad de que todos tendrán acceso, pero todavía no se resuelven los detalles. 

Admite que no estaba preparado para que lo interpretara Pitt, pero comprende por qué despegó la Faucimanía. “Creo, de hecho estoy seguro, que el país necesitaba un símbolo de alguien que diga la verdad, algo que yo hago”, explica. Sin embargo, grandes extensiones del país no quieren escuchar la verdad. 

Quiere que sepa que esta pandemia en verdad es “la grande”. El coronavirus tiene los peores elementos de epidemias anteriores combinadas. “En este momento estamos viviendo en la tormenta perfecta”, dice.

​srgs

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