¿Apple realmente puede ayudar a arreglar el problema de la banca?

La firma no está tratando de convertirse en un banco en ningún sentido oficia, una decisión acertada teniendo en cuenta cómo les ha ido a otras compañías de tecnología cuando han intentado entrar en el negocio financiero tradicional

Apple (Reuters).
Rana Foroohar
Londres /

Apple tiene un alcance mundial y una confianza del consumidor mucho mayores que la mayoría de los bancos. Entonces, ¿a alguien le sorprende que se esté convirtiendo lenta pero inexorablemente en una institución financiera? Incluso antes de lanzar, junto con Goldman Sachs, una cuenta de ahorro líder en el mercado que paga 415 veces más que la tasa más baja de instituciones tradicionales como Chase o Bank of America, ya tenía su propia tarjeta de crédito, su capacidad de préstamo entre particulares, su aplicación Wallet y un servicio de “compra ahora, paga después” que permite a los clientes pagar sus compras --sin intereses-- a plazos utilizando sus monederos digitales.

Mientras, los bancos anunciaron la semana pasada una pérdida de 60 mil millones de dólares en salidas de depósitos en el primer trimestre, justo cuando Apple anunciaba su nueva cuenta de ahorros.

Se puede discutir si la unión entre los grandes grupos de tecnología y los bancos es positiva para la competencia, pero Apple parece estar bien ubicada para resolver algunos de los problemas que desde hace años aquejan a la banca tradicional. Por ejemplo, el programa BNPL. De hecho, la compañía financia los préstamos en gran medida con su propio balance, que contaba con la considerable cantidad de 165 mil millones de dólares en efectivo y valores negociables en el primer trimestre de 2023, con una deuda total de 111 mil mdd.

Esta proporción contrasta con la de la mayoría de los bancos, que realizan su actividad diaria con 90 por ciento o más de dinero prestado. Gran parte de esa deuda consiste en depósitos y préstamos a corto plazo que pueden retirarse rápido. Esto es justo lo que vimos durante la crisis de Silicon Valley Bank, cuando los inversionistas intentaron retirar 42 mil millones de dólares del banco en un solo día.

Esta abundancia de efectivo puede, en teoría, permitir a Apple eludir un problema común en la industria financiera: al utilizar muchos más fondos de capital, Apple es mucho menos frágil.

Anat Admati, profesor de Stanford que desde hace mucho tiempo aboga por un mayor nivel de financiamiento de los bancos con el capital, dijo: “Los directores ejecutivos de los bancos olvidan a veces que los depositantes son acreedores, porque los depositantes no se comportan como acreedores normales, sino que confían en el seguro de depósitos, y tal vez en los reguladores, para asegurarse de que se les pagará. Las entidades no bancarias ni soñarían, y ni siquiera pueden hacerlo, con financiar su negocio con tanta deuda y tan poco capital”.

Otra ventaja de Apple sobre muchos bancos tradicionales es su marca. La compañía suele estar en la cima de las listas de empresas “más admiradas”, mientras que es difícil encontrar un banco (con la posible excepción de JP Morgan) que haga lo mismo.

El amor de los consumidores por Apple se debe en parte a la intimidad de nuestra relación con la compañía. Los estudios demuestran que la gente toca su smartphone más de 2 mil 600 veces al día. No es una conexión que se consiga entrando en una sucursal bancaria (si es que se puede encontrar una).

La confianza, o al menos la percepción de la misma, es algo que Apple ha comercializado activamente en un esfuerzo por distinguirse de compañías como Google o Meta, que dependen en gran medida de la publicidad dirigida, o el llamado capitalismo de vigilancia, para su riqueza.

Apple sigue ganando la mayor parte de su dinero vendiendo dispositivos, pero a medida que se adentra en el negocio de los servicios digitales, tendrá que caminar por una línea más fina entre la explotación de su ecosistema con fines de lucro y la explotación de sus consumidores de maneras que van a plantear preocupaciones regulatorias.

Hay que considerar que para tener una cuenta de ahorro de Apple se necesita una tarjeta de crédito de la compañía, lo que significa que se necesita un iPhone. El sistema es sin duda fácil de usar, la cuenta de ahorro no tiene comisiones ni depósitos mínimos ni requisitos de saldo. Todas las ofertas amplifican a las demás, en un ejemplo clásico del efecto red, pero eso significa que, una vez dentro del ecosistema, a los usuarios puede resultarles difícil abandonarlo.

¿Cambiarías a un teléfono Android si hicieras operaciones bancarias con Apple, por ejemplo? ¿Será menos probable que buscaras un préstamo en otro sitio? Estas preguntas entran de lleno en el terreno que interesa a los reguladores antimonopolio de la Comisión Federal de Comercio. ¿En qué momento una oferta seductora para el consumidor se convierte en un problema de monopolio?

Apple no está tratando de convertirse en un banco en ningún sentido oficial, con una carta y todos los beneficios de rescate que van con ella. Probablemente sea una decisión acertada, teniendo en cuenta cómo les ha ido a otras compañías de tecnología cuando han intentado entrar en el negocio financiero tradicional. (Meta, por ejemplo, pasó años intentando crear Diem, una stablecoin (activo digital creada para dar estabilidad al mercado de las criptomonedas) respaldada por dólares, antes de desechar el proyecto).

Pero el hecho de que Apple parezca, huela y actúe como un banco plantea dudas sobre los efectos disruptivos de la tecnología financiera y de las grandes empresas de tecnología en general. A Silicon Valley le encanta el arbitraje regulador, moverse rápido y romper moldes en cualquier sector que se quiera disrumpir (comercio minorista, atención de salud, banca y transporte, por nombrar algunos) antes de que los responsables de la formulación de políticas se den cuenta de que no se están siguiendo las mismas reglas que otros participantes del sector. Así es como las startups del sector de atención de salud evaden las normas de la Ley de Portabilidad y Responsabilidad de Seguros de Salud y las compañías de criptomonedas siguen timando a los inversionistas.

Si Apple acelera el éxodo de depósitos del sector bancario tradicional de forma que empiece a socavar a unas instituciones financieras ya con problemas, sospecho que los reguladores van a examinar más de cerca el modelo de negocio. La compañía también tendrá que tener cuidado para evitar comprometer los datos de los consumidores de forma que se planteen problemas antimonopolio.

Pero hasta entonces, sospecho que vamos a ver que se hagan más operaciones bancarias a través de un iPhone.

Financial Times Limited. Declaimer 2021

LAS MÁS VISTAS

¿Ya tienes cuenta? Inicia sesión aquí.

Crea tu cuenta ¡GRATIS! para seguir leyendo

No te cuesta nada, únete al periodismo con carácter.

Hola, todavía no has validado tu correo electrónico

Para continuar leyendo da click en continuar.