La administración de Donald Trump dio a conocer un plan que apunta a legalizar las importaciones de algunos medicamentos de Canadá, en contra de los deseos de los grupos farmacéuticos, ya que trata de atraer a los pacientes que batallan con los altos precios de los tratamientos.
El plan preliminar tiene el objetivo de abordar lo que Trump calificó como “gorroneo global”, el hecho de que países como Canadá, más otros en Europa, tengan precios de medicamentos más bajos se debe a que negocian con las compañías farmacéuticas sobre ellos. Dijo que los estadunidenses financian el costo de la investigación y desarrollo de los grupos farmacéuticos al pagar más.
Estados como Florida, Colorado y Vermont aprobaron leyes que permitirían la importación de medicamentos desde Canadá, donde los precios tienen un rango desde un tercio hasta una décima parte de los precios de lista en Estados Unidos.
Pero necesitan la aprobación del Departamento de Salud y Servicios Humanos de EU, que tiene que crear un plan que garantice que la importación es segura. La Administración de Alimentos y Medicamentos de EU (FDA, por sus siglas en inglés), que regula la seguridad de los fármacos, apoya el plan.
Alex Azar, el secretario de Salud de EU, dijo que este es el “siguiente paso importante” en el trabajo de la administración para poner fin al “gorroneo extranjero y poner en primer lugar a los pacientes estadunidenses”.
“El presidente Trump fue claro: durante mucho tiempo los pacientes estadunidenses han pagado precios exorbitantes por medicamentos de receta que están disponibles en otros países a precios más bajos”, dijo en un comunicado.
La mayoría de las demás propuestas de la administración para reducir los precios de los medicamentos se han estancado. Recientemente retiró su plan para reformar los reembolsos —los pagos que van a los intermediarios y las aseguradoras— que recibió el respaldo de las compañías farmacéuticas. Un juez detuvo otro plan para obligar a los grupos farmacéuticos a poner el precio de lista de los medicamentos en los anuncios de televisión.
Pero los candidatos presidenciales demócratas impulsan planes radicales para atraer a los votantes abrumados por los costos de la atención médica. El fin de semana, Bernie Sanders viajó a Canadá con un grupo de pacientes con diabetes para comprar insulina en la frontera, donde es una décima parte del precio, para tratar de llamar la atención sobre cuánto más pagan los estadunidenses.
En el debate de las primarias de los candidatos presidenciales demócratas del martes, Elizabeth Warren, una senadora de Massachusetts, Amy Klobuchar, una senadora de Minnesota, y Steve Bullock, el gobernador de Montana, protestaron contra los altos precios de los medicamentos.
Los grupos farmacéuticos expresan su rechazo de permitir la importación desde Canadá. Las acciones de los principales fabricantes de insulina cayeron, con las de Novo Nordisk y las de Sanofi que registraron un deslizamiento de 1 por ciento y las de Eli Lilly con un precio 0.7 por ciento más bajo.
Stephen Ubl, presidente y director ejecutivo del importante grupo de cabildeo de fabricantes de medicamentos PhRMA, calificó el plan como “demasiado peligroso para los pacientes estadunidenses”.
“En lugar de renunciar a la seguridad de los estadunidenses mediante la importación de políticas fallidas de países de un solo pagador, deberíamos trabajar en soluciones aquí en casa que reduzcan los costos que salen del bolsillo de los pacientes en el mostrador de las farmacias”, dijo.
Umer Raffat, analista de Evercore, dijo que la propuesta no es el “bombazo” que Wall Street temía. Dijo que había muchas exclusiones, incluidos los medicamentos biológicos y los medicamentos intravenosos, productos inhalados y cualquier fármaco sujeto a un programa de la FDA diseñado para mitigar riesgos de seguridad en específico.
El departamento de salud presentó dos propuestas preliminares. En una, los estados, los mayoristas o las farmacias podrían desarrollar proyectos piloto que el departamento aprobaría si llega a creer que son seguros y reduciría los costos para los consumidores. En la otra, los fabricantes podrían usar un nuevo código nacional de medicamentos para importar sus propios medicamentos desde el extranjero.
“La administración tiene razones para creer que los fabricantes podrían usar este camino como una oportunidad para ofrecer a los estadunidenses versiones de bajo costo de sus propios medicamentos”, informaron las agencias en un comunicado.
Ned Sharpless, comisionado interino de la FDA, comentó que la agencia trabajó estrechamente con el departamento de salud y la Casa Blanca para identificar formas de importar medicamentos recetados de manera segura. “Nos centramos en garantizar que los enfoques de importación que esbozamos no supongan ningún riesgo adicional para la salud y la seguridad del público”, aseguró.
David Maris, analista de Wells Fargo, dijo que la FDA durante mucho tiempo luchó contra esta idea. “La noticia de hoy nos parece que es un cambio”, agregó.
CLAVES
TODO UN LUJO
Según la OCDE, los estadunidenses pagan una media de mil 200 dólares al año en medicamentos recetados, más que los ciudadanos de cualquier otro país.
CONTRABANDO
El precio de la insulina, vital en el tratamiento de la diabetes, se ha más que triplicado en la última década, obligando a pacientes a contrabandear dosis desde Canadá o México.
ASUSTAN
La agrupación de empresas investigadoras y desarrolladoras de medicamentos en EU advierte que el plan “puede empeorar la crisis de los opioides y poner en peligro la seguridad pública”.
MALES
Entre los medicamentos incluidos están la insulina para la diabetes y otros fármacos utilizados para tratar la artritis reumatoide, las enfermedades cardiovasculares y el cáncer, se anunció en un comunicado.
SIN FECHA
Las agencias HHS y FDA no hablaron de una fecha para la implementación del plan, que con seguridad encontrará la oposición de la industria farmacéutica.