El Banco de Inglaterra (BoE, por sus siglas en inglés) encontró debilidades generalizadas entre los challenger banks (pequeños bancos de reciente creación que compiten con los establecidos) de Reino Unido en las pruebas de estrés que mostraron que las nuevas firmas toman atajos en una búsqueda agresiva de crecimiento.
Un regulador senior del banco central escribió a los directores ejecutivos esta semana, ordenándoles que endurezcan los estándares y corrijan el modelo de riesgo “excesivamente optimista”.
En lo que para algunos de ellos fue una evaluación abrumadora, el Banco de Inglaterra descubrió que muchos bancos nuevos mostraban una “incapacidad para explicar los supuestos” en sus modelos de prueba de estrés y un enfoque “agresivo” en el crecimiento, aunque suelen otorgar préstamos más arriesgados.
La intervención muestra que a los reguladores les preocupa el comportamiento de los challenger banks, cuyo ascenso se alentó por un intento por relajar el dominio de los cinco grandes bancos comerciales.
Se produce después de un escándalo en el Metro Bank, que tuvo que recortar los planes de crecimiento y recurrir a los inversionistas para una emisión de acciones de emergencia por valor de 375 millones de libras después de admitir que tenía préstamos mal clasificados y que no tenía suficiente capital.
John Cronin, analista de Goodbody & Co, dijo que los hallazgos de la Autoridad de Regulación Prudencial (PRA, por sus siglas en inglés) “servirán para reconfirmar los sesgos negativos hacia los challenger banks en el caso de algunos participantes del mercado”.
La prueba de estrés confidencial del BoE examinó 20 nuevos bancos de Reino Unido de rápido crecimiento y otros depositarios. Descubrió que los bancos subestimaban las posibles pérdidas crediticias en una desaceleración, atenuada por las “condiciones crediticias relativamente benignas” que existen desde su creación.
“La mayoría de las empresas de rápido crecimiento eran demasiado optimistas sobre el impacto potencial de un escenario de estrés en su negocio”, escribió la supervisora senior Melanie Beaman en la carta. “Esperamos que todas las firmas demuestren un compromiso y desafío efectivos por parte de la alta dirección y los consejos de administración, con pruebas de estrés integradas en el negocio”.
Desde la crisis financiera, políticos, responsables de políticas y reguladores han tratado de romper el monopolio de los bancos comerciales como parte de los esfuerzos para impulsar la competencia y evitar tener instituciones que son “demasiado grandes para quebrar”.
La PRA otorgó licencias bancarias a más de una docena de nuevos bancos en los últimos años en un esfuerzo por fomentar la competencia. Sin embargo, estos nuevos bancos han luchado para romper el dominio de los cinco grandes: HSBC, Lloyds, Royal Bank of Scotland, Barclays y Santander.
De una revisión más general que se hizo al mismo tiempo, el BoE observó que los nuevos bancos suelen tener un gran apetito por el riesgo, pero con un modelo de riesgo que no necesariamente refleja esto. Algunos tienen estándares de suscripción particularmente débiles para préstamos comerciales.
La PRA no dio los nombres de los 20 bancos challengers que revisó, aunque todos tenían un balance de al menos 750 millones de libras, una tasa de crecimiento de al menos 10 por ciento desde 2010 o desde su creación, o un enfoque en los préstamos comerciales.
Bancos nuevos
Se trata de pequeños bancos de reciente creación que intentan competir con las instituciones ya consolidadas, esto por medio de prácticas de mercado más agresivas, como prestar a segmentos de mayor riesgo.
Medición
La prueba que se les hizo utilizó el mismo escenario del fin del mundo que en la prueba anual de estrés de los bancos, publicada por el Banco de Inglaterra.
Escenario
La Autoridad de Regulación Prudencial señaló que dado que algunos challenger banks son tan nuevos, las debilidades que se encontraron en el estudio “no fueron inesperadas”.