El ministro de Finanzas de Alemania, Olaf Scholz, dijo que buscará un acuerdo con la administración entrante de Joe Biden sobre reglas globales para impuestos corporativos, a medida que aumentan las esperanzas en Berlín de que el final de la presidencia de Donald Trump marque el comienzo de una nueva era de cooperación multilateral.
En una conferencia de Reuters en Berlín, Scholz señaló que la idea es llegar a un acuerdo para el verano sobre un plan fiscal que presentó el año pasado la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
El conjunto de principios que presentó la OCDE en octubre, y que cuenta con un fuerte respaldo de Alemania, revolucionará la tributación de las corporaciones multinacionales y generará cerca de 100 mil millones de dólares en ingresos fiscales adicionales en todo el mundo.
La OCDE busca el consenso entre más de 135 naciones sobre las reformas, que según dice permitirán a las autoridades fiscales recaudar hasta 4 por ciento más de impuestos corporativos.
El objetivo del proyecto de la OCDE es garantizar que las compañías multinacionales, incluidos los grupos estadunidenses de tecnología y las firmas europeas de artículos de lujo, paguen impuestos corporativos sobre algunas de sus utilidades donde hacen negocios, en lugar de donde registran las filiales, al tiempo que se introduce una tasa mínima global de impuestos corporativos para evitar una carrera hacia el fondo (una relación que se produce cuando se incrementa la competencia entre países sobre ciertos sectores productivos y comerciales, y cuando se incentiva a los gobiernos a reducir las regulaciones empresariales, los derechos laborales, las leyes medioambientales y los impuestos corporativos).
El plan recibió un fuerte apoyo en París, Madrid, Londres y Roma, que sostienen que compañías como Apple, Facebook y Google tienen grandes utilidades en el mercado europeo mientras realizan contribuciones mínimas a las haciendas nacionales.
La cuestión de respaldar el plan de la OCDE será una de las primeras pruebas de la administración entrante de Joe Biden. La oposición de Estados Unidos fue una de las principales razones por las que se estancó el progreso hacia un acuerdo político.
EU respaldó el proceso, pero en junio del año pasado suspendió las conversaciones con los países europeos y afirmó que las discusiones habían llegado a un “punto muerto”. El secretario del Tesoro de EU, Steven Mnuchin, también amenazó con imponer aranceles a cualquier país que cobrara sus propios impuestos digitales.
El enfoque de la OCDE tiene dos pilares: permitirá a los países tener algunos derechos para gravar las utilidades obtenidas sobre la base de las ventas en su jurisdicción. Esto no solo se aplicará a las operaciones de los gigantes estadunidenses de tecnología en el extranjero, también le dará a Estados Unidos, por ejemplo, el derecho a gravar a las compañías europeas de artículos de lujo.
El segundo pilar es una tasa mínima global de impuestos corporativos. Esto tendrá como objetivo evitar que los países reduzcan sus tasas en un intento de atraer la sede de las empresas.
Francia se negó a esperar a que otros estados respaldaran el enfoque de la OCDE y el año pasado siguió adelante con su propio impuesto sobre los servicios digitales. En noviembre, las autoridades fiscales francesas comenzaron a exigir millones de euros a compañías estadunidenses como Facebook y Amazon en pago del nuevo impuesto para 2020.
Washington denunció el impuesto francés como un ejemplo de una práctica comercial desleal porque afecta en gran medida a las empresas estadunidenses.
Inicialmente dijo que tomará represalias mediante la imposición de un arancel de 25 por ciento a bolsos y maquillaje franceses a partir de enero, pero la oficina del representante comercial de EU dijo la semana pasada que va a suspender los aranceles y que en su lugar los va a coordinar con cualquier arancel que pueda surgir a partir de una serie de investigaciones que inició sobre los impuestos digitales en otros países.
Con información de: Chris Giles
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Llaman a limitar a tecnológicas
El gobierno de Joe Biden debe adoptar medidas para garantizar la libre competencia, como la segregación de gigantes tecnológicos tipo Facebook y Google para evitar casos de posición dominante, según el informe de American Economic Liberties Project, un grupo de expertos antimonopolio que está trabajando con el equipo del presidente electo de Estados Unidos para elaborar su estrategia en materia de competencia. En su informe alerta de que “la concentración del poder económico ha alcanzado proporciones extremas en casi todos los sectores de la economía”.