El presidente Joe Biden bloqueará la adquisición de US Steel por parte de Nippon Steel después de que su administración llegó a la conclusión de que la transacción de 14 mil 900 millones de dólares plantea un riesgo para la seguridad nacional que no puede ser mitigado por las compañías.
Varias personas cercanas al asunto dijeron que la Casa Blanca va a impedir la adquisición del grupo con sede en Pittsburgh por motivos de seguridad nacional.
La decisión de Biden, que se espera que llegue en los próximos días, se produce en un momento en el que Kamala Harris, la candidata presidencial demócrata, intensifica su campaña para conseguir votos de clase trabajadora en Pensilvania, un estado clave que puede decidir las elecciones estadunidenses de noviembre.
En un discurso en Pensilvania el lunes, Harris dijo que la icónica siderúrgica de Estados Unidos debe seguir siendo “de propiedad estadunidense y operada por estadunidenses”, coincidiendo con la postura que adoptó Biden después de que Nippon dio a conocer el acuerdo el año pasado.
Aunque el presidente expresó su oposición al acuerdo, el mismo era evaluado por el Comité de Inversión Extranjera en Estados Unidos (Cfius, por su sigla en inglés), el panel gubernamental dirigido por el Departamento del Tesoro que examina los acuerdos de empresas internacionales en busca de amenazas a la seguridad nacional.
Dos personas familiarizadas con el caso dijeron que el Cfius recientemente informó a Nippon Steel que el acuerdo plantea preocupaciones de seguridad nacional que no se podían superar.
El momento del anuncio que bloquea el acuerdo sigue sin estar claro, pero Harris viajará hoy a Pittsburgh para realizar un mitin. Kamala y el candidato republicano, Donald Trump, que también se opone a la adquisición de Nippon Steel, participarán en un debate presidencial en Filadelfia la próxima semana.
Las acciones de US Steel registraron una fuerte caída ante la noticia de la intervención que planea Biden, pues cayeron 22 por ciento o 7.75 dólares para llegar a 27.85 dólares por título, en comparación con el valor de 55 dólares de la oferta que presentó Nippon Steel en diciembre.
US Steel advirtió que miles de puestos de trabajo estarán “en riesgo” en Pensilvania si la adquisición se viene abajo, y añadió que la falta de un acuerdo planteará “serias dudas” sobre la posibilidad de mantener su sede en Pittsburgh.
La Casa Blanca no hizo comentarios sobre si Biden bloqueará el acuerdo, pero un funcionario dijo: “Cfius todavía no transmite una recomendación al presidente, y ese es el siguiente paso en este proceso”.
Tanto el Tesoro como Nippon Steel no hicieron comentarios.
La administración Biden espera que la decisión aumente el apoyo entre los trabajadores sindicalizados en Pensilvania, donde Harris y Trump están empatados. El republicano dijo que bloqueará el acuerdo “inmediatamente” si gana las elecciones.
El gobierno de Biden describió anteriormente la adquisición propuesta por Nippon como un riesgo de seguridad, algo de lo que muchos expertos en política exterior y algunos funcionarios de la administración en privado se han mofado. Japón es el aliado estadunidense más importante en el Indo-Pacífico y trabaja muy de cerca con Washington en una serie de esfuerzos para contrarrestar a China.
“Por desgracia, ambos lados del pasillo (los dos partidos políticos) parecen ver el bloqueo de este acuerdo como una medida política inteligente en un año electoral”, dijo Nancy McLernon, directora de Global Business Alliance, que representa a las multinacionales extranjeras en EU. “Sin embargo, son los trabajadores de Pensilvania y, en última instancia, el país, los que pagarán el precio de esta postura corta de miras”.
El acuerdo ha sido rechazado por varios legisladores demócratas y republicanos en Pensilvania y por Sherrod Brown, un influyente senador demócrata en Ohio, donde US Steel también tiene operaciones. Brown enfrenta una reñida lucha por la reelección en noviembre.
Los accionistas de US Steel aprobaron la transacción a principios de este año. Además de la revisión de Cfius, el Departamento de Justicia de EU lleva a cabo una revisión antimonopolio sobre las implicaciones del acuerdo para la industria estadunidense.