Joe Biden propuso a Jerome Powell para un segundo mandato como presidente de la Reserva Federal de EU, optando por la continuidad en un momento delicado para la economía estadunidense, que enfrenta a una inflación alta y una recuperación irregular del mercado laboral.
Lael Brainard, considerada la más feroz competidora de Powell para el cargo, fue elegida como vicepresidenta, cargo actualmente ocupado por Richard Clarida.
Biden dijo que Powell y Brainard contribuyeron a “guiarnos a través de la peor recesión de la historia moderna de Estados Unidos y ponernos en el camino de la recuperación”.
“Estoy seguro de que el enfoque del presidente Powell y de la doctora Brainard de mantener la inflación baja, los precios estables y el empleo, hará que la economía sea más fuerte que nunca”, añadió Biden.
“Juntos, también comparten mi profunda convicción de que es necesario tomar medidas urgentes para hacer frente a los riesgos económicos que plantea el cambio climático y adelantarse a los riesgos emergentes en nuestro sistema financiero”.
Biden no nombró a nadie para el pequeño grupo de puestos vacantes en el consejo de la Fed, incluida la vicepresidencia de supervisión, responsable de la regulación bancaria. “El presidente tiene la intención de hacer esos nombramientos a partir de principios de diciembre, y está comprometido a mejorar la diversidad en la composición de la junta”, dijo la Casa Blanca.
Lo anterior pone fin a meses de especulaciones sobre el deseo de la administración Biden de remodelar la Fed en un momento en el que el banco central debate cómo afinar la política monetaria ante las disrupciones relacionadas con la oferta y las crecientes presiones inflacionarias.
La Fed ya comenzó a reducir su programa mensual de compra de activos por valor de 120 mil millones de dólares (mdd), con la intención de poner fin a este estímulo el próximo verano.
Pero los recientes datos sobre la inflación, que mostraron que el crecimiento de los precios al consumidor en EU subió el mes pasado al ritmo más rápido en casi tres décadas, aumentaron la posibilidad de que la Fed descarte su enfoque a la política monetaria acelerando la “reducción” del programa de compra de bonos antes de subir las tasas de interés varias veces el próximo año.
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Powell, de 68 años, ascendió a la presidencia de la Fed como nominado de Donald Trump en 2017 después de trabajar como gobernador desde 2012 y una vez trabajó como un alto funcionario del Tesoro bajo el gobierno de George HW Bush. Se le consideraba la opción menos controvertida para Biden, sobre todo porque el amplio apoyo bipartidista de Powell probablemente facilitará el paso de su proceso de confirmación por el Senado.
Los partidarios de Powell argumentaron que, en un momento de incertidumbre económica tan pronunciada, un cambio de liderazgo generaría volatilidad innecesaria en los mercados.
Después de encabezar la contundente respuesta del banco central a la pandemia, Powell se ganó los elogios por evitar un pánico extremo en los mercados y dirigir la economía estadunidense a través de una de las peores contracciones de la historia.
Al quedarse con Powell, un republicano, Biden hizo caso omiso de las críticas de los progresistas, dando lugar a lo que, según ellos, fue una dilución de las reglas posteriores a la crisis para las instituciones financieras más grandes.
Elizabeth Warren, la senadora demócrata de izquierda por Massachusetts, dijo: “No es ningún secreto que me opongo a que se vuelva a nominar Jerome Powell, y votaré en su contra. Apoyaré la propuesta de Lael Brainard como vicepresidenta”. Las fallas de Powell en materia de regulación, clima y ética hacen que el puesto aún vacante sea muy importante”.
Biden y su equipo tomaron la decisión después de hablar con demócratas progresistas y moderados en el Capitolio, incluyendo una reunión con Warren en la Casa Blanca, según una persona familiarizada con el asunto. Esta persona dijo que Biden habló de su decisión tanto con Powell como con Brainard el viernes.
Brainard se opuso a la flexibilización de los requisitos de capital y liquidez para los bancos estadunidenses durante el mandato de Powell, así como a las modificaciones de las directrices de la regla Volcker sobre las operaciones bursátiles por cuenta propia.
Tras el anuncio, una medida de las expectativas de las tasas de interés que se sigue de cerca en el mercado, los futuros de eurodólares, indicaron que ya se contemplan al menos tres aumentos de las tasas de interés de un cuarto de punto para diciembre de 2022. El rendimiento de los bonos del Tesoro a dos años, que se mueve con las expectativas de las tasas de interés, subió a su nivel más alto desde marzo de 2020.
Los nombramientos de Biden se tienen que confirmar en el Senado. Los primeros comentarios de los legisladores sugieren que los republicanos apoyarán en gran medida que se vuelva a nominar a Powell.
Sherrod Brown, el senador demócrata que preside el comité bancario del Senado, y que supervisará las audiencias de confirmación y que “espera con interés” trabajar con Powell, y elogió a Brainard, diciendo que “pasó su vida luchando por una economía más fuerte y más justa”.
Pat Toomey, el homólogo republicano de Brown en el comité bancario, aseguró que apoyará a Powell, y fue menos firme en su apoyo a Brainard. El republicano destacó que, si bien le “preocupan las políticas regulatorias, apoyaría a la gobernadora Brainard”, “espera reunirse con ella para discutir diferentes asuntos”.
Los comentarios de Toomey fueron secundados por Kevin Cramer, otro republicano del comité bancario, quien dijo que también tiene “preocupaciones” sobre las posiciones de Brainard, aunque espera reunirse con ella.
La elección de Biden se ajusta a la tradición, que pocas veces se rompe, de volver a nombrar a un presidente de la Fed durante el primer mandato.