La firma, en crisis durante los últimos cinco años, ya gastó miles de millones de dólares para abordar problemas de calidad y fabricación; se quiere un “cambio de cultura”, asegura director ejecutivo
Boeing reportó una pérdida de 6 mil millones de dólares en el tercer trimestre e informó que seguirá perdiendo efectivo el año que viene, ya que el nuevo director ejecutivo, Kelly Ortberg, advirtió que el fabricante de aviones debe reformar su cultura para poner fin a una crisis de varios años que sacude la confianza de los clientes y los inversionistas.
El director financiero, Brian West, dijo que el fabricante de aviones seguirá utilizando efectivo en 2025 mientras se prepara para aumentar la producción de su modelo 737 Max y aumenta el inventario del 777X, aunque dijo que la compañía utilizará menos que en 2024. La empresa indicó que consumió rápidamente 2 mil millones de dólares en efectivo este trimestre, lo que eleva el total a 10 mil millones este año.
“Va a cambiar en la segunda mitad (de 2025), y luego vamos a salir con más impulso a medida que la producción en las fábricas se recupere”, señaló.
Ortberg afirmó que es “demasiado pronto” para decir si la compañía se apegará a un objetivo que Boeing estableció en 2022 para generar 10 mil millones de dólares en flujo libre de efectivo en 2025 o 2026.
Además dijo a los empleados e inversionistas que el fabricante se encuentra “en una encrucijada” y que “graves fallas de desempeño” condujeron a una erosión de la confianza, un aumento de la deuda y la decepción de los clientes.
Quería estabilizar el negocio, mejorar sus procesos de producción de aeronaves y que los ejecutivos estuvieran “estrechamente integrados con nuestro negocio y las personas que hacen el diseño y el armado de nuestros productos”.
Sus comentarios se produjeron el mismo día en que los 33 mil maquinistas de la firma en Washington votaron el acuerdo propuesto con la compañía para poner fin a una huelga de casi seis semanas.
Los trabajadores en la región estadunidense de Seattle rechazaron de forma categórica la última oferta de contrato, extendiendo el paro.
Casi dos tercios (64 por ciento) de los miembros del Distrito 751 de la Asociación Internacional de Maquinistas y Trabajadores Aeroespaciales mostraron su oposición al pacto, informó el sindicato en la red social X.
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La oferta incluía aumentar los salarios 35 por ciento en cuatro años, una bonificación por desempeño y mejores prestaciones de jubilación, pero no reincorpora la pensión de beneficio definido que muchos trabajadores siguen enfadados por haber perdido luego de una amarga pelea en 2014.
A diferencia de su predecesor Dave Calhoun, Ortberg se trasladó al centro de fabricación de Boeing en Washington después de unirse a la compañía. “Necesitamos estar en las plantas de producción, en los talleres y en nuestros laboratorios de ingeniería”, dijo. “Necesitamos saber qué está pasando”.
La firma también necesita desarrollar un nuevo avión “en el momento adecuado en el futuro”, señaló, “pero tenemos mucho trabajo por hacer antes de eso”, incluido “restaurar el balance para que tengamos un camino hacia el próximo avión comercial”.
La compañía, que ha estado en crisis durante gran parte de los últimos cinco años, ya gastó miles de millones de dólares en efectivo este año mientras intenta abordar los problemas de calidad y fabricación a raíz de que un panel de puerta estalló y se desprendió en un vuelo comercial en enero. Ortberg informó este mes sobre un recorte de 17 mil puestos de trabajo en su intento de reducir la fuerza laboral “para alinearla con nuestra realidad financiera”.
Además va a asumir un cargo de 5 mil millones de dólares durante el tercer trimestre, al tiempo que reportaba pérdidas de 9.97 dólares por acción —casi cuatro veces más grandes que el tercer trimestre de 2023— sobre 17 mil 800 millones de dólares en ingresos.
Alrededor de 2 mil 600 millones de dólares en cargos se derivaron de retrasar las entregas de aviones 777X un año más hasta 2026, seis años después de la promesa original de entrega que se les hizo a las aerolíneas. Otros 2 mil millones provinieron de pérdidas en contratos de defensa a precio fijo y alrededor de 400 millones se derivaron del paro laboral y de la decisión de la compañía de dejar de fabricar el modelo 767 en 2027, aunque seguirá fabricando la versión militar del carguero, el avión cisterna de reabastecimiento KC-46A.
Pero Ortberg dijo que Boeing no va a abandonar los contratos deficitarios de defensa, que construyen productos críticos para su cliente más importante, el gobierno de EU. “Retirarse no es una respuesta”, dijo.
Boeing indicó que podía vender hasta 25 mil millones de dólares en acciones en tres años, pero se negó a hacer más comentarios sobre el tamaño o el momento de la ampliación de capital. El fabricante tenía 10 mil 500 millones de dólares en efectivo y valores negociables al final del tercer trimestre, justo por encima del umbral que requiere para las operaciones, y está “administrando activamente la liquidez”.
Las acciones de Boeing cayeron 1.8 por ciento y están 37.6 por ciento por debajo de donde comenzaron el año.