Tomó años y millones de dólares traer el musical Six a Broadway. Hizo falta una orden del gobernador de Nueva York para cerrarlo en la noche del estreno. Era el 12 de marzo de 2020 y los neoyorquinos empezaban a darse cuenta de que la pandemia de coronavirus (covid-19) había invadido su ciudad. A Kevin McCollum, el productor del espectáculo, le tocó dar la noticia a su elenco: Broadway iba a cerrar.
“Incluso en los mejores tiempos es un negocio muy artesanal que lo hace maravilloso, hermoso y tan especial”, mencionó McCollum.
Broadway resistió muchas cosas a lo largo de los años. Sus teatros estuvieron abiertos durante la pandemia de la gripe española de 1918 y a lo largo de las Guerras Mundiales. Soportó huracanes, tormentas invernales, la crisis del SIDA y conflictos laborales. Después de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, Broadway cerró un martes y volvió a abrir el jueves.
En una era de video sobre demanda, logró convencer a la gente de pagar costosos boletos, hacer el esfuerzo por llegar a una hora determinada y rendirse a una experiencia compartida.
Pero en marzo del año pasado, Broadway se detuvo de una manera como nunca había ocurrido. Mientras los confinamientos intermitentes se volvieron la norma mundial durante el último año, los teatros de Nueva York destacaron por vivir un congelamiento total.
Existe una fe compartida de que, al final, el espectáculo va a continuar, acelerado por una campaña de vacunación cada vez más rápida en Estados Unidos y la acumulación de la demanda de los amantes del teatro. Pero hay preguntas profundas con respecto a cómo va a suceder, y si el último año infligió un daño perdurable.
“Todos hablan de volver a abrir en el otoño, simplemente no lo sé”, dijo un productor. “No sé si la gente va a estar lista para meterse en una sala de mil 500 personas, sentados hombro con hombro”.
También existe la duda de si los inversionistas van a estar dispuestos a inyectar los millones de dólares necesarios para financiar una producción.
McCollum prevé que Broadway experimentará una recuperación prolongada de la pandemia, no una cura rápida.
Mientras tanto, hay una sensación de pérdida y desorientación. El propietario de un teatro batalla con las aseguradoras por los pagos que le dicen que debe por la interrupción del negocio. Los bailarines batallaron para mantenerse ágiles y los actores se las arreglan al realizar monólogos para amigos en Zoom. Otros se fueron por completo, incapaces de depender de los trabajos de restaurante que alguna vez los hubieran ayudado.
David Rockwell, un arquitecto y diseñador de teatro, dijo que el cierre de los espectáculos es “como perder el punto culminante de la ciudad”.
Lo Dice...“No sé si la gente va a estar lista para meterse en una sala mil 500 personas, sentados hombro con hombro.”
En los últimos meses, se encontró frecuentando teatros inactivos. “Un teatro de Broadway es realmente una forma inerte sin la gran cantidad de personas que le dan vida”, dijo Rockwell. Sin ellos, “los edificios solo son un equipo”.
Entre los artistas se encuentra Brian Stokes Mitchell, una estrella de Broadway que fue golpeado por el covid en abril. Después de recuperarse, se dedicó a dar una serenata a los trabajadores de la salud desde la ventana de su departamento todas las noches.
“Ha sido una época de gran pánico”, dijo Stokes Mitchell, quien también es presidente de la organización benéfica Actors Fund. Su organización generalmente distribuye alrededor de 2 millones de dólares (mdd) al año para ayudar a los artistas con dificultades. Este año entregó 20 mdd y ayudó a muchos actores a encontrar otros trabajos.
Antes de la pandemia, Broadway disfrutaba de otro año excepcional. Los ingresos de la temporada 2018-2019 superaron los mil 800 millones de dólares con una asistencia récord de 14.7 millones de espectadores. Casi una quinta parte de ellos eran turistas internacionales.
Al menos, el cierre reveló un reconocimiento entre los funcionarios electos de que Broadway no es solo un adorno cultural para la ciudad, sino un motor económico vital. Representa 97 mil empleos locales, según Broadway League.
El paquete de estímulo del presidente Joe Biden está programado para brindar a Broadway y a cientos de teatros regionales casi mil 500 mdd de apoyo. La esperanza es que esos fondos les permitan llegar al otro lado después de la pandemia.
Es posible que se tenga que volver a formar un elenco nuevo en los espectáculos porque el talento se fue. Se tendrán que intensificar las campañas de mercadotecnia para crear el ruido necesario para llenar los asientos de los teatros. “Necesitamos meses de preparación”, dijo el productor Ken Davenport.
Hay especulaciones frenéticas sobre cuándo podrían volver a abrir los espectáculos. La mayor parte de la charla ahora se centra en el otoño, lo que permitiría a los espectáculos capturar la vital temporada navideña.
Una de las primeras obras en recibir un compromiso de un teatro durante el cierre es Thoughts of a Colored Man (Pensamientos de un hombre de color), del dramaturgo Keenan Scott II. Todavía no se confirma la fecha de estreno. Muchos esperan que sea una señal de que surgirá un Broadway más inclusivo.
Pero las preguntas se ciernen sobre la salud y la seguridad y la voluntad de las audiencias de regresar. Los ejecutivos de Broadway hablan de que los asistentes al teatro alternen sus llegadas y otros ajustes para limitar un congestionamiento.
Sin embargo, en general, no creen que el distanciamiento social sea viable por más de un periodo breve. “Si funcionas con 50 por ciento de tu capacidad en Broadway, estás cerrado. Los factores económicos simplemente no lo respaldan”, dijo Davenport.
srgs