Las acciones de Ericsson cayeron bruscamente después de que Borje Ekholm, director ejecutivo del fabricante sueco de equipos de telecomunicaciones, admitió que es posible que haya realizado pagos a la organización terrorista ISIS en Irak.
Ericsson indicó a última hora del martes que una investigación interna que se llevó a cabo a partir de 2019 encontró graves violaciones de las normas de cumplimiento en Irak, que incluía pagos por rutas de transporte para evadir las aduanas locales.
“Lo que estamos viendo es que se compraron rutas de transporte que cruzaban áreas que han sido controladas por organizaciones terroristas, incluido ISIS”, dijo Ekholm al periódico sueco Dagens Industri.
Las acciones de Ericsson cerraron ayer con una caída de 14 por ciento en la Bolsa de Estocolmo.
Ericsson pagó más de mil millones de dólares en diciembre de 2019 para resolver las investigaciones penales y civiles de Estados Unidos sobre corrupción en el extranjero en países como China, Indonesia, Vietnam, Yibuti y Kuwait.
El grupo sueco informó en octubre que el Departamento de Justicia de Estados Unidos advirtió que había incumplido sus obligaciones en virtud de un acuerdo de procesamiento diferido al no proporcionar documentos e información. Las acusaciones sobre Irak no fueron la causa del incumplimiento de octubre, de acuerdo con una persona familiarizada con la situación.
Ericsson indicó que las denuncias de gastos inusuales que se remontan a 2018 provocaron una investigación interna que encontró violaciones graves de sus normas de cumplimiento y ética por “mala conducta relacionada con la corrupción”.
Las pruebas incluían la realización de donaciones sin un beneficiario claro, el pago a proveedores sin documentos, el uso de proveedores para realizar pagos en efectivo, viajes y gastos inapropiados y el uso indebido de agentes de ventas y consultores. También se encontraron violaciones de los controles financieros internos de Ericsson, conflictos de interés, incumplimiento de las leyes fiscales y obstrucción de la investigación, añadió la empresa.
Sus investigadores no pudieron determinar el destinatario final de los pagos por rutas de transporte alternativas, pero se produjeron en un momento en que el ISIS y otras organizaciones terroristas controlaban algunas de las vías. La investigación también encontró pagos en efectivo que “potencialmente crearon el riesgo de lavado de dinero”.
El grupo sueco indicó que “no pudo identificar que ningún empleado de Ericsson estuviera directamente involucrado en el financiamiento de organizaciones terroristas”, pero añadió que varios trabajadores “fueron apartados de la empresa”.
Ekholm declaró a Financial Times: “Es una vergüenza estar en esta situación. Te encuentras con un eco, una sombra del pasado. Al mismo tiempo, es justo decir que estamos en un viaje para cambiar la cultura. Uno de los elementos de ese viaje es lidiar con el pasado”.
Añadió que Ericsson no reveló la investigación interna en 2019 porque no podía establecer quiénes eran los beneficiarios de los pagos y si eran organizaciones terroristas o no.
“Se vuelve difícil cuando no puedes fundamentar nada para comunicarlo”, añadió.
Las revelaciones constituyen una gran dificultad para Ekholm después de que trató de dejar atrás la investigación por corrupción como parte de su reestructuración del grupo sueco, que recuperó su corona como el fabricante de equipos de red más grande del mundo gracias a su éxito en los contratos de telecomunicaciones 5G.
Steve Peikin, entonces codirector de la división de cumplimiento de la Comisión de Bolsa y Valores de EU (SEC, por su sigla en inglés), dijo en 2019 que Ericsson había “participado en un plan de soborno atroz durante años, que abarca múltiples continentes, mediante el uso subrepticio de fondos secretos y canalizando dinero a través de intermediarios ficticios”.
Ekholm dijo entonces: “Hemos trabajado incansablemente para implementar un sólido programa de cumplimiento. Este trabajo nunca se detendrá”.