El banco de desarrollo de América Latina se convirtió en el último campo de batalla en la lucha por la influencia global entre Estados Unidos y China, después de que su jefe advirtió que el banco había ayudado a Pekín a aumentar su presencia en la región.
Mauricio Claver-Carone, el presidente recientemente electo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), dijo que Washington permitió que China ganara una posición económica en América Latina al aportar lo suficiente al banco durante años y hacerse de la vista gorda sobre cómo Pekín utilizó su membresía de la institución para ganar una parte desproporcionada de contratos.
“Durante décadas, Estados Unidos, en todo el espectro político, subestimó al BID”, afirmó Claver-Carone en una entrevista con Financial Times. “Como resultado, China llenó ese vacío financiero a su favor. Esperemos que esa lección ya se haya aprendido”, añadió.
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El BID, fundado en 1959, es uno de los bancos de desarrollo más antiguos del mundo y un actor con influencia en América Latina, y el año pasado entregó casi 13 mil millones de dólares en préstamos. China es uno de los 48 miembros de la institución con sede en Washington y se unió en 2009, lo que la hace elegible para licitar para proyectos financiados por el banco.
Claver-Carone, un ex funcionario de la administración Trump, se convirtió el año pasado en el primer estadunidense en liderar el banco luego de una campaña agresiva que recibió el respaldo de Donald Trump y recibió la oposición de Joe Biden. Desde entonces, ha presionado para que EU apoye un aumento de capital para la institución para contrarrestar la influencia de China en América Latina.
Para respaldar su argumento, Claver-Carone señaló cifras que muestran que China ganó una gran parte de los contratos financiados por el BID durante la última década a pesar de ser el accionista más pequeño del banco, con una participación de 0.004 por ciento.
Las compañías chinas de ingeniería y construcción obtuvieron contratos financiados por el BID por valor de mil 700 millones de dólares entre 2010 y 2020, lo que convierte a ese país en el cuarto mayor receptor de acuerdos detrás de Brasil, Argentina y Perú, según datos del banco.
Durante el mismo periodo, empresas de EU (el mayor accionista del BID con una participación de 30 por ciento) obtuvieron contratos por valor de 249 mdd, lo que subraya cómo China utiliza su pequeña participación para expandir su presencia en América Latina.
La atención en el BID y China, que también ha otorgado miles de millones de dólares en préstamos directos a países de la región para financiar proyectos de infraestructura, se produce cuando Pekín enfrenta un mayor escrutinio sobre su influencia económica mundial en América Latina, África y Asia.
La campaña de Claver-Carone por un aumento de capital cuenta con el apoyo de algunos demócratas de alto nivel, entre ellos Bob Menéndez, presidente del comité de relaciones exteriores del Senado, pero no cuenta con el respaldo universal de los legisladores del partido.
Menéndez dijo a Financial Times que China “explotó al BID” para su propio beneficio económico y dijo que el hecho de que contribuyó con menos de la mitad del 1 por ciento del financiamiento básico del BID plantea “preguntas serias sobre cómo China maniobró para convertirse en uno de los principales socios de adquisiciones del banco”.
El Senado debate actualmente un paquete de proyectos de ley dirigidas a China que impulsarán el escrutinio de las prácticas económicas chinas en América Latina, incluida una disposición para exigir a las agencias de inteligencia estadunidenses que examinen cómo Pekín está influyendo en las decisiones de instituciones como el BID, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.
La legislación en consideración también autorizará al gobierno de Biden a solicitar un aumento de capital para el BID financiado por Estados Unidos.
Una persona con información sobre el debate dijo que la administración Biden mantiene una mentalidad abierta sobre una ampliación de capital hasta que se complete un estudio sobre el BID que se encargó a principios de este año.
Algunos legisladores, entre ellos Patrick Leahy, jefe demócrata del comité de asignaciones del Senado, se oponen a un aumento, pero otros dicen que EU debe hacer más para contrarrestar la influencia de Pekín.
“A medida que Pekín continúa explotando a naciones vulnerables a través de la diplomacia de la trampa de la deuda, debemos permanecer vigilantes y proteger nuestros intereses en instituciones multilaterales como el BID”, dijo a Financial Times Marco Rubio, el republicano de más alto nivel del comité de inteligencia del Senado.
Mark Lopes, quien fue el representante de EU en el consejo directivo del BID de 2015 a 2018, dijo que Washington tiene que cargar con parte de la culpa por permitir que China se convirtiera en un actor de inversión cada vez más importante en América Latina.
Lopes agregó: “EU ha observado con preocupación desde hace mucho tiempo los avances de China en América Latina, pero los países no han tenido una oferta mejor. EU ha subestimado históricamente al BID”.