China tomará represalias contra las barreras comerciales de Estados Unidos y la Unión Europea al iniciar una investigación antidumping sobre las importaciones de productos químicos.
El Ministerio de Comercio anunció una investigación sobre las importaciones de copolímero de polioximetileno, un termoplástico que se utiliza ampliamente en las industrias de electrónica de consumo y automotriz, procedentes de la Unión Europea, EU, Japón y Taiwán.
La medida de Pekín sugiere que tomará medidas de ojo por ojo contra las barreras comerciales extranjeras, pero la investigación también pone de relieve los límites de su capacidad de respuesta, dados los enormes superávits comerciales que mantiene con EU y la Unión Europea.
Su acción se produjo después de que la administración Biden anunciara esta semana una serie de aranceles sobre productos chinos, entre ellos tecnologías de energía limpia y chips de computadora. El más sorprendente fue que se cuadruplicaron los aranceles sobre los vehículos eléctricos para llegar a ciento por ciento, con el objetivo de impedir que participantes como BYD y Nio se afiancen en la industria automotriz estadunidense.
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La Casa Blanca indicó que 18 mil millones de dólares en bienes en “sectores estratégicos” se verán afectados por los aumentos de aranceles, alegando que darán tiempo a las empresas estadunidenses para alcanzar a sus rivales chinos en tecnología de energías limpias.
En respuesta, China prometió tomar “medidas firmes para defender sus derechos e intereses”. La acción de ojo por ojo sigue un patrón establecido durante la presidencia de Trump, donde Washington introdujo aranceles sobre una amplia gama de importaciones chinas y Pekín respondió con acciones específicas sobre una gama más reducida de productos.
La investigación de Pekín sobre los productos químicos durará un año, pero puede extenderse seis meses, informó el Ministerio de Comercio.
La investigación sigue a una serie de revisiones realizadas por la Unión Europea sobre los subsidios del gobierno chino a la industria de fabricación.
Bruselas inició en octubre una investigación antisubsidios sobre los vehículos eléctricos chinos, en medio de acusaciones de que Pekín apoyaba a la industria con enormes subsidios estatales e inundando el mercado europeo con vehículos eléctricos baratos. La investigación determinará si las políticas de Pekín “causaron daños económicos” a los fabricantes europeos.
Según un análisis de Transport and Environment, se prevé que los vehículos eléctricos chinos representen una cuarta parte de todas las ventas de automóviles de baterías en la Unión Europea este año, frente a 19.5 por ciento de 2023.
El anuncio de Pekín se produce antes de la fecha límite del 4 de julio para que la Comisión Europea decida si impondrá aranceles o cuotas provisionales a los vehículos eléctricos chinos.
La Comisión Europea “estudiará cuidadosamente el contenido” de la investigación de Pekín “antes de decidir los próximos pasos”.
En abril, la Unión Europea inició investigaciones sobre dos fabricantes chinos de paneles solares a los que acusó de beneficiarse de subsidios que distorsionaban el mercado.
La industria europea de energía solar culpa a sus rivales chinos de ofrecer precios inferiores a los suyos, algo que provocó enormes pérdidas y el cierre de varias plantas en todo el continente.