La matriz china de TikTok se enfrenta a una reacción negativa cada vez mayor en casa, agravando los problemas de la compañía a medida que la administración Trump aumenta la presión sobre su tan popular aplicación de redes sociales.
El viernes, el presidente Donald Trump emitió una orden ejecutiva con la que se le pide a ByteDance completar la venta de la operación estadunidense de TikTok dentro de un plazo de 90 días. La compañía está en conversaciones con Microsoft para un acuerdo.
Esto provocó la ira entre los usuarios y analistas en China de que el grupo de internet va a ceder a la presión de Estados Unidos en un momento en que aumentan las tensiones entre Washington y Pekin.
“ByteDance nunca se va a poner de pie de nuevo después de ponerse de rodillas” ante el gobierno de EU, escribió un usuario en Weibo, el servicio parecido a Twitter de China. “No tenemos solidaridad con los cobardes”.
Los analistas dijeron que la demanda del gobierno estadunidense puso a ByteDance en una posición incómoda ya que busca negociar un acuerdo para su operación estadunidense sin alinear a su audiencia en China. Douyin —el nombre de marca de TikTok en China— tenía 613 millones de usuarios activos en julio, en comparación con 20 millones hace tres años.
“ByteDance no complació ni a China ni a EU”, dijo un ejecutivo de una compañía rival de internet cuya base está en Pekin. ByteDance “corre el riesgo de vender mal TikTok y perder popularidad en su país de origen”.
ByteDance, con sede en Pekín, se ha esforzado por intentar adaptar su modelo de negocios a los mercados internacionales a medida que se expande fuera de China.
Igual que muchas compañías chinas de propiedad privada, ByteDance tiene un comité del Partido Comunista que garantiza que todos los textos y contenido de video cumplan con las restricciones que establece el partido, como evitar material con temas políticamente sensibles. Emplea un ejército de censores que ayuda a filtrar el contenido considerado tabú.