El final polémico en el Gran Premio de Abu Dhabi

FT MERCADOS

Christian Horner habla sobre cómo se intensificó la rivalidad entre Red Bull y Mercedes, luego de que Verstappen le arrebatara el campeonato a Hamilton.

Christian Horner, jefe de Red Bull Racing
Samuel Agini
Ciudad de México /

El jefe de Red Bull Racing, Christian Horner, acababa de ver a Max Verstappen ganar su primer campeonato mundial de Fórmula 1 en una de las finales más polémicas de la historia del deporte.

Así que en lugar de una celebración triunfal, Horner pasó el periodo posterior a la carrera luchando por su equipo mientras sus rivales de Mercedes, que había ganado el campeonato de pilotos durante siete temporadas consecutivas, protestaban el resultado.

“Después de la competitividad de la temporada, siempre hay cierta controversia”, dice Horner en el campus de Red Bull en Milton Keynes. “Interpretamos la situación correctamente, reaccionamos adecuadamente y conseguimos el resultado al final”.

Verstappen y su rival de Mercedes, Lewis Hamilton, llegaron a Abu Dhabi en igualdad de puntos. Pero todo parecía perdido para Red Bull, ya que Hamilton dominó el Gran Premio y se puso en camino de conseguir su octavo título, un récord. Hasta que un piloto de la parte inferior de la parrilla se estrelló y puso la carrera en pausa.

Lo que se produjo fue un drama apto para la nueva generación de aficionados que crecieron con las series de F1 de Netflix, y la Fédération Internationale de l’Automobile (FIA), el organismo rector del deporte, se vio obligada a iniciar una investigación y reconocer que su manejo del accidente estaba “empañando la imagen del campeonato”.

Lejos de las cámaras de televisión, Horner muestra un comportamiento mucho más tranquilo que cuando arremetió contra las protestas “desesperadas” de la escudería de Mercedes después de la carrera, respondiendo a las preguntas con tranquilidad en su oficina.

Christian Horner, de 48 años de edad, casado con la estrella de música pop Geri Halliwell, bromea diciendo que todavía es el director de equipo más joven del paddock de la F1 cuando se le recuerda que es el más veterano. Ocupa su puesto desde que Dietrich Mateschitz, propietario de la marca de bebidas energéticas Red Bull, lo nombró en 2005, a los 31 años, para dirigir el equipo recién adquirido por el multimillonario.

Horner, que ya había cosechado éxitos con su propia escudería fuera de la F1, se incorporó a Red Bull en una época en la que el deporte todavía estaba dirigido por Bernie Ecclestone, que comparaba su propio gobierno como el jefe supremo de las carreras con el de un ¡dictador benévolo! Todo cambió en 2017, cuando el grupo estadounidense Liberty Media tomó el control en un acuerdo de 8,000 millones de dólares (mdd) y transformó la Fórmula 1 para la era digital, invirtiendo en redes sociales y llevando a los aficionados tras bambalinas en una serie documental de Netflix.

Como señala un rival, la voluntad de Horner para pelear por Red Bull no se ha visto mermada por sus 17 años en el deporte, una cualidad que utiliza para motivar a sus mecánicos y a su personal, a la vez que aprovecha su experiencia para navegar por el desafío técnico de competir en la F1.

“Una vez que has experimentado la victoria, ya sabes, es casi como una adicción. No quieres perderla”, dice. “Quieres experimentarlo una y otra vez, y otra vez”.

La controversia se centró en cómo el director de carrera Michael Masi manejó las consecuencias del choque, que obligó a los pilotos a seguir un auto de seguridad a velocidad reducida para protegerlos.

En una etapa tan avanzada, cuando parecía una posibilidad que la carrera no se reanudara, Horner sabía que tenía que hablar en nombre de su equipo.

“¿Por qué no estamos sacando estos coches del camino? Solamente necesitamos una vuelta de la carrera”, instó a Masi por radio.

Masi permitió que los coches se movieran, sin aplicar la misma regla en otra parte de la pista, y llamó al coche de seguridad antes de tiempo en lugar de esperar hasta el final de la siguiente vuelta como sugiere el reglamento.

Con las llantas nuevas, Verstappen se acercó a Hamilton, que estaba en desventaja, lo rebasó, se defendió y cruzó la meta. El piloto de Horner había ganado, pero la confusión reinaba mientras los espectadores se esforzaban por comprender la interpretación de las reglas por parte de Masi.

Toto Wolff, que posee un tercio del equipo Mercedes, afirmó más tarde que Masi dejó a Hamilton “como una presa fácil” con una “lectura libre del reglamento” que “robó” a Hamilton, aunque Mercedes decidió finalmente no acudir al Tribunal Internacional de Apelación de la FIA.

Desde entonces, la FIA destituyó a Masi como director de carrera. También fue un recordatorio de que los pilotos no tienen su destino en sus manos, pero Horner no se arrepiente. 

“Mi trabajo es presionar todo lo que pueda por los mejores intereses de este equipo y si no lo hiciera no estaría haciendo bien mi trabajo”, dice.

Fue el primer trofeo importante de Horner desde que llevó a Red Bull a cuatro campeonatos dobles consecutivos de 2010 a 2013, un periodo de éxito que se acabó con la aparición de la escudería de Mercedes, y del director-accionista austriaco Wolff.

Para romper el dominio de Wolff fue fundamental retener a Verstappen durante los años de vacas flacas. Entonces, ¿cómo convenció al talentoso piloto para que se quedara mientras el coche de Red Bull no podía alcanzar a los Mercedes? “Ha sido grandioso, ha tenido oportunidades de irse a otros equipos, se mantuvo leal y creyó en el proyecto”, dice Horner.

La decisión en 2018 de cambiar de Renault a Honda fue otro “catalizador”, dice, ya que el grupo japonés desarrolló un motor capaz de vencer a Mercedes.

Más recientemente, dice Horner, la rivalidad se intensificó debido a la nueva división de Powertrains de Red Bull, que está construyendo motores para el equipo tras la decisión de Honda de abandonar la F1 al final de la temporada 2021, lo que lleva a la competencia por el personal.

La competitividad entre los dos equipos aumentó aún más cuando Max Verstappen y Lewis Hamilton lucharon tan ferozmente por el campeonato de 2021.

Fuera de la pista, la acritud llegó a un punto de ebullición en el Gran Premio de Qatar, donde Christian Horner y Toto Wolff compartieron escenario en una rueda de prensa, cuando el jefe de Red Bull Racing cuestionó si el diseño del alerón trasero de Mercedes se ideó para flexionar de una manera que no cumplía con las reglas del deporte, con el fin de obtener una ventaja de velocidad. Mercedes rechazó la acusación.

Cuando los pilotos volvieron a entrar en contacto en la pista en Arabia Saudita, Wolff se desquitó con unos audífonos. “El hecho de que se agitara, que se enojara de manera tan pública... nunca había estado en esa posición, nunca se le había desafiado, nunca se le había presionado, y lo hicimos como equipo”, dice Horner.

Pero, ¿a qué costo? Verstappen ganó el campeonato, pero la pregunta es: ¿la agotadora carrera por el título distrajo a Red Bull de la preparación de su nuevo coche para esta temporada, en medio de una reforma de los requisitos técnicos de la F1?

“¿Habrá una sorpresa y alguien habrá pensado en algo que nosotros no?”, se pregunta Horner. “Tengo toda la confianza en que tendremos un coche decente esta temporada”.


GAF

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