El hemisferio norte está sudando durante un segundo largo verano de coronavirus (covid-19). A medida que la variante Delta gana terreno en Estados Unidos (EU), Europa e incluso China, los contornos del desafío económico mundial ahora son claros.
Los libertarios y los estatistas deberían deponer las armas, ya que no existe un equilibrio fundamental entre vidas y medios de subsistencia. A través de diferentes estrategias, los países que controlaron mejor el virus han disfrutado de una mayor libertad y un mejor desempeño económico en los últimos 18 meses.
Los datos que surgen del segundo trimestre muestran cómo China y Corea del Sur, que originalmente optaron por confinamientos severos, superaron sus niveles máximos de producción anteriores a la pandemia, a diferencia de los grandes países europeos.
Casi tan importante, como mantener un control sobre las infecciones, ha sido compensar a los afectados económicamente por el covid. Prácticamente ningún nivel de apoyo ha sido suficiente. Las economías avanzadas comprendieron rápidamente esta característica de la pandemia. Los países emergentes y en desarrollo no tenían las mismas posibilidades de un endeudamiento extremadamente barato. EU tuvo un mejor desempeño que Europa en este frente, aunque las economías dependientes del turismo como España y Grecia podrían haber hecho un poco más.
Los errores cometidos por los países en la fase de crisis de la pandemia o en la gestión cíclica de la recuperación se pueden corregir en gran medida en los próximos años. Las divergencias de desempeño económico deberían reducirse con el tiempo. Al final, lo que importará para la economía mundial y para los países individuales será minimizar las cicatrices económicas de largo plazo que deje la pandemia sanitaria.
El Dato...14.6%
Se contrajo la economía de la eurozona en los dos primeros trimestres de 2020, pero solo perdió 0.9% durante los seis meses de la segunda ola de covid-19
El alcance de esos daños es aún muy incierto. Pero el año 2021 trajo cuatro noticias, tres de las cuales son alentadoras. Estas ayudan a explicar las mejores perspectivas económicas mundiales desde enero y el cambio en la estrategia óptima de la contención estricta del covid-19 hacia la coexistencia.
La primera es que el daño a largo plazo será mucho menor que el de la crisis financiera de 2008-2009. La pandemia afectó a las economías casi como una conmoción inesperada y no como resultado de un problema fundamental en el sistema que necesitaba ser arreglado. Regresar lo más cerca posible de la economía anterior a la pandemia es algo que debe celebrarse en lugar de temer.
En segundo lugar, ahora sabemos que las economías avanzadas y modernas pueden adaptarse mejor a las restricciones de la pandemia de lo que parecía posible en la primera ola del virus. La economía de la eurozona, por ejemplo, se contrajo 14.6 por ciento en los dos primeros trimestres de 2020 pero, después de registrar una fuerte recuperación el verano pasado, solo perdió 0.9 por ciento de su tamaño durante los seis meses de la segunda ola de infecciones.
Las vacunas eficaces son la tercera bendición para la salud a largo plazo de la economía mundial. Aumentan la perspectiva de que las personas puedan vivir sus vidas de manera más normal sin temor a restricciones permanentes y severas a la socialización y el movimiento.
La única mala noticia importante ha sido el aumento de la transmisibilidad de la variante Delta, lo que hace que los confinamientos sean menos efectivos para el control del virus a largo plazo.
Para la salud y la economía mundiales, tenemos que asegurar el éxito de una campaña de vacunación internacional. Como dijo la semana pasada Gita Gopinath, economista jefe del FMI, cualquier programa de vacunación no puede limitarse al mundo rico. “La recuperación no está asegurada hasta que se haga retroceder a la pandemia a nivel mundial”, dijo.
Hasta ahora, no hay mucha evidencia de acaparamiento por parte de los gobiernos de los países ricos, a pesar de que se registró algo de escasez inicial de los suministros de vacunas y su deber de proteger a sus propias poblaciones. Pero a medida que mejoren los suministros de inmunización, será imperativo vacunar al mundo entero.
Naturalmente, todavía existen grandes riesgos. Pueden surgir variantes que escapen a la protección que ofrece la vacunación. La inmunidad parece disminuir con el tiempo, por lo que es probable que se necesite un suministro de vacunas aún mayor. La indecisión ante las vacunas en muchos países aumenta la posibilidad de graves consecuencias sanitarias y económicas incluso con vacunas eficaces disponibles.
A pesar de estos peligros, lo más probable es que estemos entrando en una fase de recuperación duradera después de una crisis aguda. La eficacia de las vacunas contra el covid-19 nos permitió ver un camino claro para salir de la crisis. Todavía está plagado de obstáculos, pero debemos ser optimistas.
srgs