El presidente Joe Biden regresa a Estados Unidos esta semana después de una gira por el extranjero con un tema recurrente: la lucha contra el cambio climático.
Pero regresa a una ciudad de Washington donde su propio partido siente una ansiedad cada vez mayor de que la agenda climática de su administración se quedará corta en casa.
“Si no hay clima, no hay acuerdo”, dijo Jeff Merkley, senador demócrata de Oregón. “Cuando el barco zarpa en infraestructura, la infraestructura energética no puede quedarse en los muelles”.
Las conversaciones bipartidistas sobre las propuestas de infraestructura de Biden —que gastará miles de millones de dólares en carreteras, puentes y túneles, así como sumas récord para la energía limpia— están flaqueando. Mientras republicanos y demócratas moderados tratan de reducir el paquete, los progresistas advierten que van a retirar su apoyo si se eliminan las provisiones climáticas.
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Los líderes del Partido Demócrata ahora exploran otro camino para promulgar el plan climático de Biden. Chuck Schumer, líder de la mayoría del Senado, se reunió el miércoles con miembros del comité de presupuesto para encontrar caminos para financiar una electricidad más verde, vehículos con cero emisiones de carbono y fabricación y agricultura que mantengan intactos muchos de los objetivos climáticos.
Si bien es potencialmente más viable, la estrategia también puede debilitar las políticas climáticas de Biden. La legislación se introducirá en el proceso de reconciliación presupuestaria del Senado, un procedimiento especial que permite a los demócratas utilizar su escasa mayoría pero limita el alcance de lo que puede aprobarse.
Estas nobles políticas climáticas fueron un elemento central de la diplomacia de Biden en su primer viaje internacional. Dijo a los líderes del G7 en Cornualles que el calentamiento global es “el problema existencial que enfrenta la humanidad”, y ayudó a lanzar un fondo de 2 mil millones de dólares para que los países se alejen del carbón.
Sin embargo, en Washington parece poco probable que los demócratas aprueben una legislación climática ambiciosa con el apoyo de los republicanos, dado que los partidos se dividen el Senado en una relación 50 a 50 y las reglas requieren al menos 60 votos para impulsar los proyectos de ley más importantes.
“Creo que hay motivos para preocuparse”, dijo Dan Lashof, director de EU del World Resources Institute sobre el destino de las propuestas climáticas en el Congreso.“Obtener inversiones muy sustanciales en infraestructura y tecnologías de energía limpia es crucial para alcanzar los objetivos de emisiones de EU”, agregó.
El proceso de reconciliación propuesto por Schumer requiere una mayoría simple de votos, pero las reglas lo limitan a medidas fiscales y de gasto. Las iniciativas de gran alcance para reducir las 6 mil 500 millones de toneladas de emisiones de carbono anuales de EU estarán en peligro.
El uso de la reconciliación dificultará establecer un “estándar de electricidad limpia”, una parte fundamental de los planes de Biden para hacer frente a las emisiones. El estándar establecerá objetivos de emisiones cada vez más estrictos para las empresas de servicios públicos de electricidad, que son la fuente de una cuarta parte de las emisiones de gases de efecto invernadero del país.
“El estándar de electricidad limpia es una disposición mucho más difícil de promulgar mediante la reconciliación y la razón es bastante simple: es un estándar”, dijo Paul Bledsoe, asesor estratégico del Progressive Policy Institute.
Una solución alternativa que se discute entre los demócratas es pagar incentivos por electricidad limpia, logrando algunos de los objetivos del estándar de electricidad mientras se ajusta a las pautas de reconciliación.
“Implicaría que el gobierno federal se convierta en un socio en la transición, ayudando con inversiones financieras a las empresas de servicios públicos que logran avances al ritmo y escala necesarios”, dijo Leah Stokes, profesora asistente de ciencias políticas de la Universidad de California, Santa Bárbara.
Otras partes de la agenda climática de Biden —incluida la expansión de los créditos fiscales para la energía eólica y solar y el almacenamiento de energía y la creación de un crédito para las líneas de transmisión eléctrica— serán más sencillas bajo el proceso de reconciliación. Las políticas que no dependen de la legislación, como las normas sobre emisiones de vehículos, pueden ser impuestas por la administración de Biden y se esperan pronto.
Algo que agrega urgencia al impulso legislativo son las elecciones de mitad de periodo en 2022, cuando los demócratas corren el riesgo de perder el control del Senado o de la Cámara de Representantes.
“El resto del mundo está íntimamente familiarizado con las elecciones de mitad de periodo y con el funcionamiento del Senado de EU, porque les preocupa que el cumplimiento nacional de las promesas climáticas se vea amenazado por la política tóxica aquí”, dijo Rachel Kyte, decana de la escuela Fletcher en Universidad de Tufts.
Mientras tanto, no todos los senadores demócratas están alineados. Es probable que Joe Manchin, de West Virginia, un estado productor de carbón, tenga una influencia decisiva en la forma de cualquier propuesta climática, ya que su voto será necesario para aprobar proyectos de ley bipartidistas o de reconciliación.
Los expertos en energía reconocen que lograr electricidad sin emisiones de carbono para 2035 sería abrumador incluso si se aprobara un estándar de electricidad limpia, debido al envejecimiento de la red estadunidense.
Patrick Luckow, analista de IHS Markit, espera que la demanda de energía aumente en la próxima década a medida que más vehículos y sistemas de calefacción domésticos funcionen con electricidad.
Los demócratas aseguran que el presidente Biden necesita una victoria en el asunto del clima tanto por razones políticas como ambientales.