Contención ante el Covid -19, la lección aprendida de Asia

Una experiencia dolorosa. Enfrentar epidemias previas, como el SARS, H1N1 y otras, llevó a la región a saber cómo contener de mejor forma la nueva pandemia.

El gobierno taiwanés restringió viajes, hizo un agresivo plan de detección, cuarentenas para frenar el impacto del virus y la mayor parte de la gente
Kathrin Hille y Edward White
Taipei y Seúl /

Cuando Su Ih-jen observa las últimas estadísticas del coronavirus, no puede evitar sentirse orgulloso. Con apenas 59 casos confirmados y una muerte hasta el domingo, Taiwán logró evitar el enorme brote de una enfermedad que paralizó al país vecino de China. Aparte de que la mayoría de la gente utiliza máscaras en el transporte público, la vide sigue de manera normal. 

La experiencia es un marcado contraste con 2003, cuando el profesor Su, entonces director del Centro para el Control de Enfermedades de Taiwán, estaba en el frente de la lucha para contener el síndrome respiratorio agudo severo (SARS, por sus siglas en inglés), que tuvo un efecto devastador en el país. 

El estado de ánimo en Taiwán también difiere drásticamente de la sensación de pánico y confusión en Europa y EU, donde la llegada de la pandemia a sus puertas es una sorpresa para muchos. 

“La situación en otros países ahora se parece a la situación en la que estábamos durante las primeras semanas de la propagación del SARS en Taiwán a principios de 2003”, dice el profesor Su. “No estás listo, no tienes experiencia”. 

La buena noticia para los gobiernos occidentales que ahora se esfuerzan por responder es que las medidas que Taiwán y otros países asiáticos aplicaron en los últimos tres meses demostraron que frenan e incluso reducen el impacto de la enfermedad.  

Las restricciones tempranas de viajes, agresividad al realizar pruebas y la detección de contactos y reglas estrictas de cuarentena han sido cruciales. La asistencia de salud universal, las estructuras claras de administración para la respuesta de salud pública y la comunicación proactiva para que la población se incorpore también son de ayuda. 

Estas políticas lograron contener el virus en Taiwán y Singapur y reducir o desacelerar las tasas de infección en Corea del Sur, Hong Kong y Japón. 

Si bien la Organización Mundial de la Salud (OMS) sugirió que otros países aprendan de China, país al que elogió por “tal vez el esfuerzo de contención de enfermedades más ambicioso, ágil y agresivo de la historia”, algunos expertos en salud creen que las democracias de Asia, como Taiwán y Corea del Sur, posiblemente sean mejores modelos para el manejo de epidemias en los países occidentales, al tener en cuenta la diferente naturaleza del sistema político chino. 

“Uno de los factores más importantes en el éxito de nuestra respuesta ha sido la transparencia”, dice Chang Shan-Chwen, uno de los principales expertos en enfermedades infecciosas y coordinador del panel asesor de expertos del Centro de Comando Epidémico Central, que gestiona la respuesta de Taipei. “En el sistema autocrático (de China), todos los ciudadanos se quedarán en casa cuando se les indique. Pero esto es algo que no se puede lograr fácilmente en países libres y democráticos”.

Sin embargo, la mala noticia para los gobiernos occidentales, es que un componente fundamental de la respuesta asiática no se puede copiar. El enfoque de la región se moldeó por los recuerdos traumáticos de otras epidemias recientes —especialmente el SARS— lo que significa que los gobiernos estaban mejor preparados para reaccionar rápida y enérgicamente y las poblaciones mucho más dispuestas a cooperar. 

Leighanne Yuh, experta en historia y cultura coreana de la Universidad de Corea, dice que la experiencia del SARS y de otras epidemias recientes, además de observar la rapidez de la propagación del coronavirus por China, infundió un “sentido de urgencia” y adhesión a “las cortesías sociales” en todo el país. 

“Debido a que Corea del Sur ya ha tenido este tipo de brotes, ellos saben los pasos que hay que tomar y la gravedad del peligro”, comentó. “Si lo comparamos con Estados Unidos, que realmente no ha estado expuesto a estas cosas, al menos desde hace mucho tiempo, su respuesta ha sido bastante diferente”. 

Para Corea del Sur, el país asiático que sufrió el mayor brote aparte de China, hacer las pruebas a la mayor cantidad de personas posible ha sido un pilar clave en su estrategia para combatir el coronavirus. 

En las instalaciones de pruebas drive-through (sin bajar del auto), se puede ver a los funcionarios vestidos con trajes blancos para materiales peligrosos inclinándose hacia los automóviles para tomar muestras de fluidos del conductor y los pasajeros. Los resultados de la prueba se devuelven en cuestión de horas y ayudan a reducir el hacinamiento y la exposición a la contaminación en los hospitales. 

Aún más omnipresentes son las alertas que parpadean en las pantallas de los smartphones con actualizaciones para el público sobre nuevas infecciones en su área, así como las transmisiones dos veces al día de los funcionarios de salud que actualizan los esfuerzos de contención. El enfoque en la comunicación abierta, junto con un sistema en línea para rastrear a las personas infectadas, ayuda a limitar la propagación del virus. 

El enfoque parece estar funcionando. Corea del Sur quedó sorprendida a finales de febrero, después de que un grupo de casos relacionados con la Iglesia de Jesús Shincheonji, una secta semicristiana, vio aumentar el número de infecciones de menos de 50 a más de 5 mil en el transcurso de 10 días. Ahora, 270 mil pruebas e incontables alertas y conferencias de prensa más tarde, el número de casos nuevos diarios cayó de más de 900 en su punto máximo a 76 el domingo, con un total de 8 mil 162 personas infectadas. 

El país todavía no está fuera de peligro, 100 casos descubiertos en un centro de atención telefónica en Seúl la semana pasada dejaron nerviosos a los funcionarios sobre otros grupos. Pero el éxito hasta la fecha refleja que se aprendieron de las duras lecciones del Síndrome Respiratorio del Medio Oriente (MERS, por sus siglas en inglés), que infectó a 185, mató a 38 y causó pánico público en 2015. 

En junio de ese año, un comité especial de la OMS criticó a Seúl por una serie de deficiencias críticas, entre ellas la falta de conocimiento del virus entre los trabajadores sanitarios y el público en general, las malas medidas de control de infecciones en los hospitales y los pacientes infectados que no permanecieron aislados. 

Jegal Dong-wook, profesor de medicina de laboratorio en el Hospital St Mary’s de la Universidad Católica de Corea en Seúl, dice que desde entonces muchos hospitales han sido equipados con unidades de control de infecciones y salas de presión negativa, que se utilizan para aislar pacientes infectados. También se revisaron las pautas de enfermedades infecciosas del país, y se aconsejó a las personas con síntomas respiratorios que primero visiten un centro de detección especializado en lugar de hospitales. 

El brote de MERS también expuso la falta de acceso a kits de prueba adecuados, lo que hizo que los hospitales tuvieran que lidiar con un número cada vez mayor de casos sospechosos. 

Hong Ki-ho, un funcionario de la Sociedad Coreana de Medicina de Laboratorio, dice que se introdujo un nuevo sistema regulatorio para acelerar las aprobaciones de kits de prueba recién desarrollados cuando la nación enfrenta la amenaza de situaciones de emergencia, como brotes de enfermedades infecciosas. 

“Una de las compañías que conozco tardó alrededor de dos semanas desde el punto de aplicación hasta su uso real (durante el brote de coronavirus). Este desarrollo de kits de prueba y su uso para el coronavirus fue posible gracias a la adopción de ese nuevo sistema de aprobación de uso de emergencia”, comentó Hong. 

Fuera de los seguidores de Shincheonji, que representan más de la mitad de los casos de Corea del Sur, la adhesión pública a las medidas de protección de sentido común como el uso de máscaras, el uso de desinfectante de manos y la limitación del contacto de persona a persona es casi universal, lo que deja poca necesidad de estricta aplicación del gobierno. 

Una población dispuesta a cumplir controles estrictos también ha sido clave para que Japón contenga el coronavirus. El manejo del gobierno de la cuarentena fallida en el crucero Diamond Princess y su política de hacer pruebas a relativamente pocas personas fueron muy criticadas. Pero los expertos dicen que las normas sociales y culturales que imponen la autodisciplina y la obediencia a la guía oficial son una de las razones por las que Japón hasta ahora ha logrado limitar el número de infecciones. 

“Existe una norma social, no debes causar problemas a otras personas”, dice Kazuto Suzuki, experto en política internacional de la Universidad de Hokkaido. “Si no te cuidas y te enfermas, causas problemas a otras personas”. 

El brote de coronavirus tuvo como resultado el uso riguroso de lavado de manos y el uso de desinfectantes, mientras que el hecho de no usar una máscara en el tren provocaría la desaprobación inmediata. 

La obsesión de Japón con el uso de máscaras es anterior al Covid-19. Las ventas se dispararon en el brote de gripe porcina H1N1 de 2009. Se espera que ahora las ventas lleguen a 35 mil millones de yenes (330 millones de dólares), superando el pico de 2009 de 34 mil millones de yenes, indica la investigadora Fuji Keizai. 

El gobierno de Hong Kong es de los más proactivos. La ciudad suspendió las clases, cerró la mayoría de las instalaciones públicas y pidió a los residentes evitar las reuniones cuando los casos confirmados de coronavirus eran menos de 20. 

Hong Kong recurrió a una “supercomputadora” de la policía que se usa para investigar delitos complejos para rastrear posibles superportadores y puntos críticos en la ciudad utilizada con éxito durante el SARS. Las autoridades sanitarias también actualizan periódicamente un mapa que muestra en qué edificios viven o se alojaron por última vez los pacientes del Covid-19. 

Caso Taiwán, un ejemplo a seguir

Taiwán modificó su sistema de salud en 2004. Ahora puede contratar laboratorios y examinar a más de 2 mil 400 personas al día, tiene existencias de artículos básicos, por ejemplo 40 millones de máscaras quirúrgicas. Creó el CDC, cuyos expertos tiene el mismo rango que los ministros del gobierno ante emergencias sanitarias. 

Singapur aún no tiene muertes

Singapur, la ciudad Estado no ha registrado muertes por coronavirus hasta el momento pese a ser uno de los primeros fuera de China en ser golpeado por el patógeno. Tiene 5.7 millones de personas y 226 casos confirmados; la mitad ya recuperados, lo que se atribuye a que la mayoría de los infectados son menores de 65 años.


Con información de: Stefania Palma


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