Las consecuencias económicas que podría dejar el coronavirus en todo el mundo

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El Covid-19 podría crear una gran depresión en el mundo; enfrentarla requiere un liderazgo inteligente de los gobiernos.

(AP)
Martin Wolf
Ciudad de México /

La pandemia no fue inesperada, pero la realidad siempre difiere de las expectativas. Amenaza la salud, pero también puede ser una amenaza económica más grande que la crisis financiera de 2008. Enfrentarla requerirá de un liderazgo fuerte e inteligente.

Los bancos centrales tuvieron un buen comienzo, la responsabilidad recae ahora en los gobiernos. Ningún acontecimiento demuestra mejor por qué un Estado con calidad administrativa, dirigido por personas capaces de diferenciar expertos de charlatanes, es tan vital para el público.

Una pregunta central es la profundidad y duración de la emergencia de salud. Una esperanza es que el bloqueo de países (como en España) o de regiones de países (como en China) eliminará el virus. Sin embargo, incluso si esto resultara ser cierto en algunos lugares, es evidente que no lo será en todas partes.

Un extremo opuesto es que hasta 80% de la población mundial podría ser infectada. Con una posible tasa de mortalidad de 1%, eso podría significar 60 millones de muertes adicionales, elequivalente a la Segunda Guerra Mundial. Esta calamidad probablemente también tomará tiempo: la Gripe Española de 1918 se produjo en tres oleadas,durante un año. Sin embargo, es más probable que esto termine en el medio:la tasa de mortalidad será menor, pero la enfermedad no desaparecerá.

Si es así, el mundo podría no volver al comportamiento anterior a la crisis hasta bien entrado 2021. Las personas más jóvenes podrían volver a su comportamiento normal más pronto. Pero los mayores no lo harán. Además, incluso si algunos países eliminan la enfermedad, se mantendrán cuarentenas contra otros. En resumen, es probable que el impacto del coronavirus sea severo y prolongado. Los responsables de la formulación de políticas deben planear sobre esa base.

Efectivo en riesgo

La pandemia ya exprimió tanto la oferta como la demanda. Los bloqueos detienen los suministros esenciales y una amplia gama de compras, especialmente de entretenimiento y viajes. El resultado será una fuerte caída en la actividad en el primer semestre de este año.Sobre todo, está la amenaza de una depresión.

Es probable que muchos hogares y empresas se queden sin dinero pronto.Incluso en los países ricos, un gran porcentaje de la población casi no cuenta con ahorros. El sector privado —sobre todo el corporativo no financiero—también se ha atiborrado de endeudamiento.

Así que, la demanda del consumidor se debilitará aún más. Las empresas irán a la quiebra. Las personas se negarán a venderle a empresas si consideran que irán a la bancarrota, a menos que puedanofrecer el pago por adelantado. Volverán a surgir dudas sobre la salud del sistema financiero.

Existe el riesgo de un colapso de la demanda y la actividad económica que va mucho más allá del impacto directo de la emergencia de salud.

También será particularmente difícil contener la propagación de la enfermedad en países con un seguro social limitado y un control social débil. Esto afectará sobre todo a Estados Unidos (EU): muchas personas enfermas se negarán a ir al hospital y también se verán obligadas a trabajar. El seguro social es eficiente.

El Dato.

80%

de la población mundial podría infectarse, con una posible tasa de mortalidad de 1%

Gobierno al rescate

Como prestamistas de último recurso, los bancos centrales deben garantizar la liquidez manteniendo bajos los costos de los préstamos y financiando la oferta de crédito, tanto directa como indirectamente.

Pero los bancos centrales no pueden ofrecer solvencia. No pueden sostener los ingresos de los hogares ni asegurar a las empresas contra este colapso de la demanda. Como solicitantes de préstamos y gastadores de último recurso, los gobiernos pueden y deben hacerlo.

La deuda pública a largo plazo es tan barata que tampoco necesitan sentir temor de hacerlo: Alemania, Japón, Francia y Reino Unido ahora pueden pedir préstamos durante 30 años a una tasa nominal de menos de 1%, Canadá a 1.3% y EU a 1.4% .Entonces, esta es una crisis de tiempo limitado, con consecuencias económicas y para la salud que los gobiernos deben manejar. A nivel nacional, el mínimo básico es una generosa indemnización  y seguro de desempleo, incluso para trabajadores independientes, durante el periodo de crisis.

Si esto es demasiado difícil, los gobiernos pueden enviar un cheque a todos. Sin embargo, incluso esto no será suficiente para evitar los costos de una bancarrota masiva y la depresión.

Emmanuel Saez y Gabriel Zucman de Berkeley sostienen que “la forma más directa de proveer... el seguro es hacer que el gobierno actúe como comprador de último recurso. Si reemplaza completamente la demanda que se evapora, cada negocio puede seguir pagando a sus trabajadores y mantener su capital social, como si estuviera operando con normalidad”. Anatole Kaletsky de Gavekal recomienda una respuesta similar.


El plan maestro

Brindar este alivio no creará un riesgo moral. Ser ayudado durante una pandemia que ocurre una vez en un siglo difícilmente fomentará la irresponsabilidad escandalosa. Si las empresas se habían endeudado demasiado, de todos modos irán a la bancarrota.

Este plan es mucho mejor que los préstamos y las garantías de préstamos,como propone el gobierno alemán. Las empresas tomarán préstamos solo para asegurar su supervivencia durante la crisis, no necesariamente para pagara sus trabajadores. Además, los préstamos tendrán que pagarse, creando una carga cuando termine la pandemia.No obstante, este programa propuesto indica que los pagos pueden estar supeditados a la permanencia de los empleados.

El programa también terminará naturalmente, con la propia pandemia.Los gobiernos pueden aplicar impuestos adicionales para recuperar los gastos. Es esencial mantener los ingresos y minimizar los costos a largo plazo del colapso de las empresas. Además, dentro de la eurozona será esencial ayudar a los gobiernos cuya capacidad de endeudamiento es limitada.

En el resto del mundo, los países emergentes vulnerables también necesitarán ayuda para gestionar las crisis sanitarias y económicas.También será un punto vital hacer retroceder el nacionalismo de suma cero de las políticas actuales, lo que dificultará la reconstrucción de un orden global cooperativo y saludable.

Esto también pasará, pero no será mañana. La pandemia corre el riesgo de crear una depresión. Salus rei publicae supremalex (la seguridad de la república es la ley suprema). En la guerra, los gobiernos gastan libremente. Ahora, también deben movilizar sus recursos para prevenir un desastre. Piensen en grande, actúen ahora. Juntos.


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