Cosecha de éxitos palpables, ruta a seguir para Biden

Opinión. Su triunfo será restaurar el orden político de EU, pero las fuerzas que llevaron al poder a Trump no han desaparecido.

El demócrata puede ser un líder afortunado, aunque el daño económico por el covid-19 estuvo lejos de ser excepcional. Evan Vucci/AP
Martin Wolf
Londres /

¿Tendrá éxito el presidente Joe Biden? Al igual que muchos otros, en casa y en el extranjero, espero con desesperación que así sea. Pero primero tenemos que ponernos de acuerdo sobre lo que quiere decir “éxito”. Significa, sobre todo, restaurar el orden de la política de su país. Eso requiere hacer que la dirección actual del Partido Republicano sea políticamente insostenible. Sin eso, la esperanza de restaurar la estabilidad democrática en el país y tener un papel de liderazgo para Estados Unidos en el mundo puede ser en vano. 

En su conmovedor discurso inaugural de la semana pasada, tan diferente a las diatribas sobre “la carnicería estadunidense” de su predecesor, Biden declaró: “Aprendimos una vez más que la democracia es valiosa. La democracia es frágil. Y a estas horas, amigos míos, la democracia prevaleció”. Tenía razón en todos los puntos. 

Sin embargo, “a estas horas” no es para siempre. Las fuerzas que llevaron al poder a Donald Trump no han desaparecido. Como señala Jan-Werner Müller, experto en populismo de la Universidad de Princeton, “populistas más inteligentes que Trump asfixian lentamente a la democracia a través de maquinaciones legales y constitucionales”. Trump ya se fue. El trumpismo no. Como señaló el escritor indio Kapil Moireddi, la fusión de las grandes empresas con la intolerancia es potente. Los ricos de Estados Unidos sin duda prosperaron.

En el imperio romano se decía que todos los caminos llevan a Roma. Esta vez, tienen que salir de allí. Si Estados Unidos no recupera la salud política, poco puede hacer. El triunfo del engaño, la incompetencia, la imprevisibilidad, la indiferencia y la xenofobia bajo el gobierno de Trump dañó la confianza en EU entre sus aliados y el respeto por ese país entre sus oponentes.

Las bellas palabras de Biden o incluso acciones tan bienvenidas como el regreso a la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el acuerdo climático de París no las van a restablecer. Serán restaurados por un éxito palpable en su país. Trump siguió después de Barack Obama. La próxima transición puede ser para alguien peor.

Como la ahora confirmada secretaria del Tesoro, Janet Yellen, dijo al Congreso hace unos días: “Con las tasas de interés en mínimos históricos, lo más inteligente que podemos hacer es actuar en grande”. El “plan de rescate estadunidense” de la administración, que propone un gasto de 1.9 billones de dólares (alrededor de 9 por ciento del producto interno bruto), es un comienzo sensato. Si lo aprueba el Congreso, deberá fortalecer la confianza y apoyar la recuperación, pero, ¿se aprobará algo como esto? Después de volver a descubrir la rectitud fiscal que abandonaron al aprobar los recortes de impuestos de Trump en 2017, los republicanos lucharán duro para evitarlo.

Sin embargo, como señala Ezra Klein, del New York Times, para tener éxito, la administración necesita un éxito visible, suficiente para evitar la derrota en las elecciones al Congreso de 2022 desde una posición ya frágil. Los demócratas tienen que demostrar que el gobierno puede funcionar, contra la oposición de un partido decidido a demostrar lo contrario. Hacer fracasar al gobierno es la estrategia de los republicanos. No lo abandonarán.

El momento oportuno lo es todo en política, en gran parte suerte. Biden puede ser un líder afortunado. Aunque el daño económico a Estados Unidos por el covid-19 estuvo lejos de ser excepcional, la tasa de mortalidad y el golpe al empleo se encuentran entre los peores. Pero la combinación de vacunación con estímulo puede generar una recuperación vigorosa este año y el próximo.

¿Dónde encaja el resto del mundo en este drama? Es un espectador. El Peterson Institute for International Economics elaboró un valioso conjunto de ensayos sobre lo que una administración estadunidense competente puede hacer por el mundo y viceversa. Estos dejan en claro —en particular los de Maurice Obstfeld, ex economista jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI), y Lawrence Summers, ex secretario del Tesoro de EU— lo que la participación activa de Estados Unidos, en especial en el necesario programa global de recuperación, puede significar para el mundo y la Unión Americana. Pero por bueno y deseable que sea ese compromiso, no puede responder preguntas sobre el futuro papel de EU en el mundo, porque eso depende de lo que suceda en casa.

Los próximos años pueden dar respuestas a algunas preguntas importantes. ¿EU se comprometerá, será indiferente o será hostil? ¿Puede restaurar una relación de confianza con sus aliados? ¿Forjará una relación duradera con China que equilibre la necesidad de competir con el requisito de cooperar y evitar un conflicto más grave? ¿Desempeñará un papel de liderazgo en lidiar con los desafíos del medio ambiente y la pobreza mundial?

La respuesta a todas estas preguntas dependerá en última instancia de la pregunta más importante de todas: ¿Estados Unidos volverá a ser una democracia estable? Biden espera que así sea, pero si el Partido Republicano es incapaz de volver a ser un partido conservador normal y, en cambio, sigue siendo el de las mentiras y fantasías del populismo de derecha, las perspectivas son sombrías.

Muchos de los resentimientos raciales, sociales y culturales, al igual que la sobrerrepresentación política de la derecha. Pero el cambio necesario todavía puede ocurrir, siempre que la administración Biden demuestre con rapidez que un gobierno competente por parte de personas que creen en él puede cumplir. Debe mostrar que la famosa declaración de Ronald Reagan de que “las nueve palabras más aterradoras en el idioma inglés son: soy del gobierno y estoy aquí para ayudar” es incorrecta. La confianza en un gobierno democrático y decente no es el enemigo de la libertad, sino una de sus garantías más importantes.

¿Quién, además de la administración, puede ayudar a que este cambio funcione? La respuesta son las empresas y los ricos. Se les dio un advertencia de los peligros de unir la búsqueda de sus intereses con el populismo de derecha que consume al Partido Republicano. Si tienen algo de decencia, se detendrán. Biden puede ser una última oportunidad para la democracia estadunidense. 


Al alza, confianza del consumidor

La confianza del consumidor en Estados Unidos anotó un avance moderado en enero, aunque las persistentes preocupaciones sobre la pandemia llevaron a un mayor deterioro en las percepciones de los hogares sobre el mercado laboral. El Conference Board señaló que su índice de confianza del consumidor subió a una lectura de 89.3 este mes desde 87.1 en diciembre. El ligero aumento probablemente reflejó el despliegue de vacunas contra el coronavirus, lo que elevó las expectativas a corto plazo.

Vive el mercado de vivienda auge

Pese a la incertidumbre sobre el futuro, el mercado de la vivienda sigue en auge. El índice de precios de la vivienda S&P CoreLogic Case-Shiller en 20 áreas metropolitanas subió un 9.1 por ciento respecto al año anterior en noviembre tras subir 8 por ciento en octubre. La pandemia ha provocado una migración desde el centro de las ciudades a los suburbios. La demanda también se ha visto impulsada por tasas hipotecarias históricamente bajas.


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