Covid-19 acelera desacoplamiento económico global

FINANCIAL TIMES

Prevén riesgos. México se ha beneficiado del proceso, pues firmas de EU mudaron cadenas de suministro cerca de casa.

El barrio chino en Incheon, Corea del Sur, perdió su vida durante febrero. Ahn Young-joon/ap
Rana Foroohar
Londres /

El coronavirus puso en el centro de la atención el desacoplamiento económico de China y de algunos países desarrollados. Con algunas plantas cerradas y el consumo paralizado, las empresas multinacionales se vieron obligadas a cambiar su producción a otros lugares. Apple advirtió a los inversionistas que sus ingresos van a recibir un golpe gracias al brote.

Un desacoplamiento gradual de las economías mundiales se encuentra en marcha desde hace algunos años. Samsung, el grupo de electrónica de Corea del Sur, por ejemplo, ha cerrando plantas chinas y abre otras en Vietnam. México se benefició de que algunas corporaciones estadunidenses muevan sus cadenas de suministro más cerca de casa. Pero el desacoplamiento sin duda se va a acelerar a medida que la opacidad de Pekín en la gestión de la epidemia del coronavirus ponga de relieve los riesgos de hacer negocios en China.

Hay marcadas similitudes entre el virus y el mismo desacoplamiento. Está lo que se puede ver en la superficie (máscaras y pánico o cambios en la cadena de suministro y advertencias de ganancias) y luego está lo que no se puede saber: cuántas víctimas va a reclamar el brote o cómo se verá el mundo económica y políticamente en cinco o 10 años, a medida que se disuelve la globalización y se profundiza la división.

Aún así, el trabajo de un columnista es exponerse al riesgo, así que permítanme hacer algunas predicciones sobre lo que puede acechar a la vuelta de la esquina si continúa el desacoplamiento. Un mayor riesgo de violencia en Taiwán, la incapacidad de Europa para defender sus propios valores democráticos liberales y un mundo en el que los dispositivos inteligentes ya no pueden comunicarse entre sí más allá de las fronteras son posibilidades claras. Y todas estas cosas fundamentalmente podrían dar una nueva forma a la economía global y a la geopolítica.

La cuestión más apremiante a corto plazo es Taiwán, cuyas empresas fabrican la mayor parte de los semiconductores del mundo. La mayoría son producidos por Taiwan Semiconductor Manufacturing Company, un fabricante de chips por contrato que abastece a compañías de EU, entre ellas Apple, y a una serie de empresas chinas. Los semiconductores son un área clave en la que los chinos todavía no son tecnológicamente autosuficientes. En hardware (desde routers hasta conmutadores y teléfonos móviles), áreas de software y servicios de alta tecnología, los chinos ya se desacoplaron en gran medida de Estados Unidos. Considere el éxito de las empresas locales como el fabricante de smartphones Xiaomi. O los esfuerzos del grupo de telecomunicaciones Huawei para construir sistemas operativos chinos a medida. O el hecho de que muchas de las nuevas aplicaciones móviles más innovadoras se desarrollan en China.

Pero los semiconductores requieren grandes cantidades de inversión de capital y esfuerzo de investigación. Podría pasar una década antes de que China pueda desarrollar completamente su propia industria. En tanto, dependerá de Taiwán, que no solamente abastece a las empresas de EU, sino que también es un lugar donde está creciendo el apoyo a la democracia. Esto plantea la pregunta de si, o tal vez cuándo, la industria de semiconductores de Taiwán podría convertirse en una papa caliente política, ya que China y EU tratan de desarrollar sus propios sectores independientes de alta tecnología.

Es difícil imaginar que Taiwán pueda operar en ambas órbitas indefinidamente. Como me dijo recientemente un analista de telecomunicaciones: “Lo que sucedió en Hong Kong es fascinante y perturbador en parte porque plantea la pregunta, ¿qué pasa si ocurre lo mismo en Taiwán?” 

El desacoplamiento también presenta un reto existencial para Europa. La semana pasada, la Unión Europea presentó un nuevo marco ético para la inteligencia artificial, parte de su intento de forjar un sistema de “tercera vía” de gobernanza tecnológica que pueda existir entre el estado de vigilancia de China y el dominio de las grandes compañías de tecnología en Estados Unidos. Pero el mercado de telecomunicaciones de Europa depende del equipo de Huawei, que es más barato que el de sus competidores. Como me admitió un funcionario de la Comisión Europea, “usar Huawei en el 5G es una conclusión inevitable”. Esto en gran medida se debe a que los sistemas 2G, 3G y 4G de gran parte de Europa se basaron en ellos. Sería demasiado caro adaptar el sistema para construir el 5G sin Huawei en la actualidad.

Si el uso de Huawei presenta un riesgo para la seguridad (y muchos europeos y estadunidenses tanto en el sector público como en el privado me han dicho que lo hace), entonces uno debe preguntarse si Europa realmente tiene control de su gobernanza tecnológica. ¿Tiene la capacidad de defender sus propios valores liberales sobre la privacidad y los derechos de datos en un mundo digital? El desacoplamiento puede, para Europa, volverse similar al debate sobre la defensa en general. Incluso si la Unión Europea tiene su propia estrategia, ¿será capaz de hacerla cumplir?

Es posible, por supuesto, que EU y Europa se unan en algún tipo de alianza transatlántica de estándares de tecnología. Es probable que esto implique subsidios del gobierno de Estados Unidos para el 5G, dadas las presiones financieras sobre la industria europea de telecomunicaciones.

Pero si eso no sucede, es posible que estemos avanzando hacia un mundo que recuerda a décadas pasadas, cuando un viaje de negocios de Estados Unidos a Japón o Europa implicaba tener que llevar un teléfono 3G completamente diferente. Sin embargo, esta vez la brecha de comunicaciones existiría en todo el listado de tecnología, tanto en el internet del consumidor como en el industrial.

Imagina un mundo en el que la banca transfronteriza, las compras en línea y el intercambio de datos se dividan en dos sistemas. Esa es una realidad hacia la que podemos estar dirigiéndonos. Apple y otras firmas de tecnología sin duda recibirán un golpe en su valoración en un futuro así. Pero lo mismo pasaría en muchas otras industrias más allá de la tecnología. Igual que con el coronavirus, los efectos del desacoplamiento serán tanto impredecibles como exponenciales. 

Espera intenso golpe económico

China intensificará los ajustes de política para ayudar a amortiguar el golpe en la economía de un brote de coronavirus que las autoridades aún están tratando de controlar, dijo ayer el presidente Xi Jinping. “En la actualidad, la situación epidémica sigue grave y compleja, y el trabajo de prevención y control se encuentra en la etapa más difícil y crítica”, dijo Xi, según Reuters.

Medidas de prevención

La autoridades implementaron una serie de medidas para apoyar una economía. Las provincias de bajo riesgo deberán restaurar el trabajo y la producción de manera integral, las de riesgo medio deberían apuntar a una reanudación ordenada del trabajo, mientras que las regiones de alto riesgo deberían enfocarse en los controles epidémicos, afirmó Xi.


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