Cristiano Ronaldo representa un delicado acto de equilibrio en Arabia Saudita

FT Mercados

El sportwashing de Cristiano Ronaldo.

El Al-Nassr de Cristiano Ronaldo fue eliminado de la final de la Supercopa saudí. (Reuters)
Samer al Atarash
Ciudad de México /

Cuando Cristiano Ronaldo saltó a la cancha la semana pasada para debutar en Arabia Saudita voló confeti dorado. El público del estadio Rey Fahd en Riad rugió. Segundos después, cuando Lionel Messi salió para enfrentarse a su eterno rival, el público estalló.

Hace apenas una década, pocos de los espectadores que abarrotaron el estadio Rey Fahd habrían imaginado esta escena. Mujeres —a las que ni siquiera se les permitía entrar en el estadio— y hombres se balanceaban juntos al ritmo del hip-hop mientras esperaban el partido.

El equipo de Messi, el Paris Saint-Germain, se enfrentaba a un combinado saudí de estrellas en el que figuraba Ronaldo, cuyo fichaje por el Al Nassr por 200 millones de dólares (mdd) anuales hizo las delicias de una nación de fanáticos del futbol cuyos clubes nunca antes habían sido capaces de atraer a jugadores de la talla del delantero portugués.

Messi, un deportista muy popular en el reino, anotó el primer gol. “Deberíamos haber comprado a Messi”, se lamentó un aficionado. Cuando el partido terminó con un 5-4 a favor del Paris SaintGermain, los aficionados ya apoyaban a cualquiera de los dos equipos. Los fuegos artificiales coronaron la fiesta.

Después del partido, Ronaldo regresó a su lujosa suite del Four Seasons, donde vive con su novia Georgina. Aunque las relaciones sexuales entre parejas no casadas están prohibidas en Arabia Saudita, las autoridades adoptaron un enfoque pragmático de “no preguntar, no comentar” con los extranjeros.

El reino lleva a cabo profundas reformas económicas y sociales bajo el mandato del príncipe heredero Mohammed bin Salman (MBS), cuya popularidad se inclina hacia el sector más joven de la población. Neutralizó a la policía religiosa y permitió que las mujeres conduzcan.

Pero MBS, como se le conoce, también se enfrenta a intensas críticas en el extranjero por abusos contra los derechos humanos, incluida una reciente oleada de ejecuciones y duras condenas.

“La contratación de Cristiano Ronaldo por el Al-Nassr encaja en un patrón más amplio de ‘sportwashing’ (limpiar la imagen por medio del deporte) en Arabia Saudita”, dijo Amnistía Internacional.

Pero la campaña de Turki al-Sheikh, el emperador del espectáculo del reino, es mucho más que eso. La semana pasada, el príncipe MBS anunció un nuevo fondo de inversión para crear más infraestructuras de esparcimiento.

El jueves, cuando terminó el partido, los aficionados salieron del estadio bailando al ritmo del éxito del cantante de rai argelino Khaled “C’est La Vie”. “¿Qué más quieren?”, gritó un aficionado. “Ahora lo tenemos todo. Todo el mundo es VIP”.

Financial Times Limited. Declaimer 2021

SGS

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