Demócratas no descartan la victoria de Donald Trump

FT MERCADOS

A pesar de las encuestas positivas a favor de Joe Biden, la derrota de Donald Trump no es un hecho.

Donald Trump presidente de Estados Unidos.
GIDEON RACHMAN
Ciudad de México /

Hubo un trasfondo de miedo en la Convención del Partido Demócrata de hace dos semanas. Pero la ansiedad que carcomía al partido no se centró en las preocupaciones de que el presidente republicano Donald Trump realmente ganara las elecciones presidenciales de Estados Unidos (EU). Sino era que el presidente se las robaría, saboteando el voto o negándose a admitir la derrota. La comediante Sarah Cooper resumió la opinión predominante cuando dijo: “Donald Trump sabe que no puede ganar de manera justa y limpia”. 

Después de todo, el presidente se ha negado a comprometerse a aceptar los resultados de las elecciones. Pero, al centrarse en el peligro de un voto robado, los demócratas corren el peligro de subestimar un riesgo más convencional: que Trump pueda ganar sin hacer trampa. 

Es cierto que las encuestas muestran que Joe Biden, el candidato demócrata, está muy por delante de Trump. A quienes señalan que las encuestas también predijeron la victoria de Hillary Clinton en 2016, se les recuerda que la ventaja promedio actual de Biden de alrededor de 9 puntos porcentuales es mucho mayor que la de Clinton. 

Pero ventajas como la que disfruta actualmente Biden se han superado anteriormente. En 1988, el demócrata Michael Dukakis contaba con 17 puntos de ventaja después de la convención de su partido, pero perdió en noviembre. El sistema de colegios electorales también favorece estructuralmente a los republicanos, lo que significa que Biden podría necesitar contar con una ventaja de cuatro puntos en el recuento nacional para estar seguro de la victoria. 

Los mercados de apuestas ciertamente no descartan la posibilidad de una victoria de Trump. Las probabilidades recientes colocan las posibilidades de reelección del presidente entre 36 y 43 por ciento. 

Él dice...

Al centrarse en el peligro de un voto robado, los demócratas corren el peligro de subestimar un riesgo más convenional: que Trump pueda ganar sin hacer trampa.

Incluso algunas de las encuestas que muestran que Biden tiene mucha ventaja, contienen detalles que sugieren que puede haber un apoyo oculto para el presidente. 

Una encuesta de Monmouth realizada en julio en Pensilvania —un estado clave en disputa— mostró una ventaja de 13 puntos para Biden. Pero cuando se les preguntó a los votantes quién pensaban que ganaría el estado, optaron por Trump por un estrecho margen de 46-45 por ciento. El 57 por ciento de los encuestados creía que había “votantes secretos” en su comunidad que votarían por Donald Trump

Algunos políticos demócratas experimentados en estados en disputa están nerviosos. Debbie Dingell, una congresista de Michigan, dijo a The Atlantic en julio, que una encuesta que mostraba a Joe Biden con una delantera de 16 puntos en Michigan era “una tontería”. 

La congresista señaló el número de carteles de “Blues Lives Matter” (Las vidas azules importan) que ha visto en su distrito, expresando su apoyo a la policía contra el movimiento Black Lives Matter. Resumió sus preocupaciones sobre el sentimiento de los votantes citando una publicación viral en las redes sociales que se quejaba: “Solía pensar que yo era más o menos una persona normal. Pero nací blanco en un hogar con ambos padres, que ahora me etiqueta como privilegiado, racista y responsable de la esclavitud”. 

Incluso citar un pasaje como ese podría ser controvertido en los círculos del Partido Demócrata, ya que algunos partidarios podrían considerarlo como dar credibilidad y apoyo tácito al sentimiento racista. Los demócratas inicialmente reaccionaron a la derrota en 2016 con la determinación de comprometerse con los problemas de la clase obrera blanca. Pero eso fue desplazado por la indignación sobre la conducta del presidente y un enfoque apasionado en la injusticia racial. 

Eso, potencialmente, le presenta a Trump una oportunidad. Su estrategia electoral está dirigida precisamente a atizar la ira y el resentimiento de los votantes blancos. Él le dará la bienvenida a una elección que se centre en cuestiones de raza. 

Aun así, Donald Trump se enfrenta a obstáculos formidables. El coronavirus y la alta tasa de mortalidad en Estados Unidos dejó cruelmente patente su incompetencia administrativa. También destacó la importancia de temas que son buenos para los demócratas, como la atención médica y las licencias con derecho a remuneración. El presidente planeaba llevar su campaña sobre la base de una economía fuerte, pero el covid-19 le puso fin a esa idea. 

Él dice...

Al centrarse en el peligro de un voto robado, los demócratas corren el peligro de subestimar un riesgo más convenional: que Trump pueda ganar sin hacer trampa.

Muchos demócratas tienen dificultades para entender cómo alguien podría votar por Trump; asumen que debe ser racismo o incapacidad mental. Pero esa misma incapacidad para reunir solidaridad o comprensión por las personas que están considerando votar por ellos, es la mayor debilidad de los demócratas. La campaña de Trump hará todo lo posible para convencer a sus votantes de que siguen siendo, en palabras de Clinton, los “deplorables”, un grupo oprimido y despreciado. Esa estrategia de resentimiento ha funcionado y le da a Trump la oportunidad de ganar de nuevo.

srgs

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