Boeing necesita más supervisión de los reguladores internacionales, de acuerdo con el jefe de la seguridad aérea de la Unión Europea, después de que las debilidades en la supervisión de Estados Unidos quedaron expuestas tras los dos accidentes mortales de los aviones 737 Max.
Patrick Ky, director ejecutivo de la Agencia de la Unión Europea para la Seguridad Aérea (EASA, por su sigla en inglés), informó que el régimen de seguridad estadunidense carecía de la “rigidez” de procesos de Europa que podrían haber planteado preguntas acerca de la clasificación que se le dio al software de control de vuelo de Boeing que después se consideró como un factor importante en los accidentes —en los que murieron 346 personas— como “no crítico para la seguridad”.
“Lo que salió mal fue la forma como Boeing realizó un cierto número de evaluaciones y la forma como la Administración Federal de Aviación de EU (FAA, por su sigla en inglés) tomó en cuenta esas evaluaciones”, indicó.
Si bien cualquier regulador podría cometer errores, Europa tenía un “proceso mucho más estructurado, y rígido”, abundó. “Si Airbus hubiera realizado un tipo de análisis similar, creo que habríamos podido detectar antes que la criticidad de seguridad no era tan baja como se describió”.
Bajo el arreglo del sistema global actual a los fabricantes de aeronaves se les permite llevar a cabo por sí mismos pruebas sustanciales y certificaciones de seguridad, sujetas a la supervisión de sus reguladores nacionales de aviación.
Sin embargo, la FAA fue el centro de las críticas en EU por su excesiva proximidad con Boeing y sucumbir a la presión de minimizar los requerimientos de certificación. A Boeing también se le acusó de ocultar información al regulador. En un informe que se publicó en octubre se concluyó que la FAA no ejerció suficiente control propio sobre Boeing durante el proceso de certificación.
Los resultados socavaron la confianza en la FAA, considerada desde hace mucho tiempo como el principal regulador de seguridad del mundo, y plantearon dudas sobre la fragmentación del sistema mundial de reconocimiento mutuo de la certificación de seguridad. Algunas agencias internacionales, como la EASA, insisten en llevar a cabo sus propias evaluaciones de seguridad en la recertificación del 737 Max, en lugar de confiar en la FAA como hubiera sido el caso anteriormente.
Ky, hablando desde la sede de EASA en Colonia, dijo que se mantiene comprometido con el sistema global. Sin embargo, la relación de EASA con el fabricante de aviones y con la FAA “en los casos de Boeing” tendrá que cambiar.
El esfuerzo actual a escala global para establecer la seguridad del 737 Max podría ofrecer un camino a seguir. “Creo que estamos trabajando muy bien, con una verdadera complementariedad entre los equipos técnicos, con un verdadero trabajo en equipo y total transparencia”, subrayó.
Antes de la puesta en tierra de los aviones Max, la más larga en la historia de Estados Unidos, continuó, los reguladores hacían las cosas a un ritmo diferente, con diferentes velocidades y con diferentes plazos.
Mientras tanto, el jefe de EASA dijo que espera aprobar la vuelta al servicio del 737 Max en Europa a finales de febrero.
Ky dijo que espera dar luz verde más o menos al mismo tiempo que la FAA, apagando las preocupaciones de que Europa va a retrasar la recertificación del avión.
“Sería lo mejor para todos”, dijo, aunque podría haber una pequeña diferencia de unos cuantos días o semanas.
Explicó que los hitos restantes incluyeron la validación de un nuevo software en la computadora de control de vuelo, pruebas de simulador y vuelos de prueba, que se tienen programados para enero, y también se tuvieron que establecer los requisitos de capacitación.
Los comentarios de Ky sobre el momento serán una buena noticia para Boeing, que esta semana anunció que va a suspender la producción del avión durante enero a la luz de la prolongada puesta a tierra, la más larga en la historia de EU. Miles de empleos podrían estar en riesgo si la prohibición continúa por varios meses más.
Boeing enfrenta varios miles de millones de dólares en costos como resultado de la crisis, y algunos analistas estiman que estos podrían ascender a más de 4 mil millones de dólares por trimestre mientras los aviones permanecen en tierra. También es demandado por las familias de las víctimas.
Ejercieron presión
La compañía fue reprendida a principios de este mes por la FAA por aparentemente presionar al regulador para que acelerara la certificación del Max.
Regreso al servicio
La FAA dijo que sigue un proceso exhaustivo, no un cronograma prescrito, para hacer que el Boeing 737 Max esté de vuelta al servicio de los pasajeros.
Centro de críticas
La FAA fue el centro de las críticas en EU por su excesiva proximidad con Boeing y sucumbir a la presión de minimizar los requerimientos de certificación.
Sin confianza
La FAA, considerada el principal regulador de seguridad en el mundo, ha sido desestimada y otras agencias internacionales como la EASA insisten en llevar a cabo sus propias evaluaciones de seguridad en la recertificación del 737 Max.
Pérdidas
La empresa Boeing se encuentra presionada por varios miles de millones de dólares como resultado de enfrentar esta crisis, los analistas prevén que la cifra pueda aumentar más por las demandas familiares y la inactividad de las aeronaves que permanecen en tierra.