Pocas horas después de que un juez de Nueva York le ordenó pagar 454 millones de dólares (mdd) por inflar fraudulentamente el valor de sus propiedades, Donald Trump celebró un acto de recaudación de fondos en su lujoso complejo de Mar-a-Lago, en Palm Beach.
Los mayores donantes recibieron gorras firmadas con el lema: Make America Great Again (MAGA). También bebieron una cosecha 2020 de vino Trump Meritage y se sentaron en sillas Opera para un discurso en el que Trump arremetió contra el fallo, según una persona presente.
El color de las sillas, el “MAGA” en las gorras y las letras “Trump” de la botella de vino eran todos iguales: dorados.
Parte de la recaudación del evento se destinó a un grupo que paga a sus abogados. Esa misma noche, los seguidores de Trump vieron nuevos anuncios en Facebook que conducían a una página de donaciones que decía: “No van por mí. Van por ti”.
“Es un luchador”, dice Bryan Eure, corredor de seguros y donante de Trump en el evento del 16 de febrero. “No es coincidencia que todos estos casos judiciales estén ocurriendo al mismo tiempo. Es simplemente ridículo”.
La campaña de Trump de 2024 no se parece a ninguna otra. Llega dinero para enviarlo a la Casa Blanca. Pero con la misma rapidez, una parte sale directamente a protegerlo de la cárcel.
Trump ha utilizado cada una de sus cuatro acusaciones como herramientas de recaudación de fondos, vendiendo camisetas con su fotografía de la ficha policial, lo que ayudó a los grupos a favor de Trump a recaudar aproximadamente 190 mdd en 2023. Pero los mismos grupos también gastaron más de 50 mdd en sus honorarios de abogados.
Aunque lleva la delantera en la mayoría de las encuestas para las elecciones de noviembre, la campaña de Trump se encuentra en una enorme desventaja financiera frente a Joe Biden.
Los grupos a favor de Biden entraron en 2024 con alrededor de 118 mdd disponibles, en comparación con alrededor de 66 mdd para Trump. La diferencia --52 mdd-- fue igual a los gastos legales que desembolsaron los grupos a favor de Trump.
A finales de febrero, la campaña de Biden y el Comité Nacional Demócrata (CND) tenían más del doble de dinero disponible que Trump y el Comité Nacional Republicano (CNR). En marzo, la campaña de Biden abrió docenas de oficinas en estados en disputa, mientras que el CNR despidió a docenas de empleados, cuando la campaña de Trump tomó el control.
Future Forward, un súper PAC a favor de Biden, ya reservó más de 130 mdd en anuncios este año, según los datos de AdImpact. Maga Inc, un superPac a favor de Trump, solo reservó 6.5 mdd.
Mientras reúne 175 mdd para pagar la fianza y apelar su caso en el tribunal civil de Nueva York, Trump concedió licencias de su imagen para vender tenis y reproducciones de su traje. Durante Semana Santa, incluso ofreció a sus seguidores Biblias con temática Trump, a 59.99 dólares cada una.
El dinero importa en las elecciones de Estados Unidos (EU); suele ganar el candidato al Congreso o a la presidencia el que más tiene. En 2020, Joe Biden superó ampliamente a Trump y se convirtió en el primer candidato presidencial, en la historia de EU, en recaudar más de mil mdd de donantes. La nueva contienda de 2024 podría resultar aún más costosa.
“Una vez que te quedas rezagado en la carrera por el dinero, actúa como una nube oscura que sigue tu campaña de manera negativa”, dice el veterano estratega republicano Scott Reed, quien trabajó en un súper PAC a favor de Mike Pence.
El mártir republicano
El déficit también es importante porque podría tener un impacto en la forma en que afronta las elecciones. Trump ahora trata de cortejar a dos tipos muy diferentes de donantes, cada uno con puntos de vista opuestos sobre qué tipo de campaña quieren que lleve a cabo y sobre qué tipo de administración dirigiría.
Trump tiene su propio grupo de leales, donantes que abrazan la retórica MAGA y disfrutan del mensaje de “retribución”, que le permitió superar fácilmente a sus oponentes en las primarias republicanas. Esto incluye a cientos de miles de pequeños donantes, que se emocionan con sus ataques contra una élite “progre” y su defensa de los que participaron en la insurrección del 6 de enero.
Trump armó “el mayor regreso político de la historia”, dice Omeed Malik, miembro de Mar-a-Lago e inversionista en medios de Tucker Carlson, que prometió este año recaudar millones para el expresidente.
“Los demócratas decidieron convertirlo en mártir”, añade Malik. “Si conviertes a alguien en mártir, la gente se congregará en masa con él”.
Sin embargo, la campaña de Trump también busca apoyo entre los megadonantes republicanos más tradicionales, que se concentran en el mundo financiero de Nueva York.
Muchos de ellos se muestran cautelosos a la hora de entregar dinero, que terminará pagando las facturas legales del candidato y es poco probable que apoyen su plan radical de imponer un arancel de 10 por ciento a todas las importaciones.
Los multimillonarios Ken Griffin, Stanley Druckenmiller, Paul Singer y Warren Stephens gastaron en conjunto más de 13 mdd para ayudar a la rival de Trump, Nikki Haley, en las primarias; Jeff Yass gastó aproximadamente 5 mdd en Vivek Ramaswamy y Stephen Schwarzman gastó 2 mdd en un súper PAC a favor de Chris Christie.
La mayoría de ellos ahora sopesan sus opciones: si pasarse a Trump, a Biden, apoyar a un tercer grupo o permanecer al margen. Los movimientos de los donantes republicanos de élite indicarán si creen que Trump ganará.
El inversionista de fondos de cobertura John Paulson es uno de los donantes tradicionales del Partido Republicano en los que Trump puede apoyarse, será el anfitrión de una recaudación de fondos para el expresidente en Palm Beach, Florida, el 6 de abril, que se espera que alcance los 33 mdd.
Pero las preferencias políticas de Paulson concuerdan con el tipo de cuestiones que muchos donantes republicanos de la vieja escuela presionarán en la campaña de Trump: un tono y un conjunto de intereses muy diferentes a los de sus partidarios más leales. Paulson dice que su lista de deseos para su segundo mandato incluye: “reducir nuestro déficit comercial y restaurar nuestra competitividad global de fabricación”, “apoyar una industria energética nacional fuerte" y “asegurar nuestras fronteras”.
Durante las primarias, Trump amenazó a los donantes de Haley, la exgobernadora de Carolina del Sur, con dejarlos en la lista negra. Ahora quiere su apoyo, aunque ha hecho poco para atraer a sus votantes.
Art Pope, presidente de una cadena minorista con sede en Carolina del Norte y donante de Haley, dice que nunca votará por Biden, pero está indeciso sobre Trump. “Depende de…si acoge a los conservadores tradicionales y los escucha en temas en los que hay diferencias”, dice, y “si lleva a cabo una campaña positiva en lugar de una campaña de agravios”.
El Partido Republicano necesita urgentemente nuevas fuentes de financiamiento. El CNR solo tenía 11 mdd disponibles a finales de febrero, en comparación con más de 26 mdd del CND. El ejército de pequeños donantes de Trump también parece haber disminuido desde el último ciclo: entró en el año electoral 2024 con aproximadamente 200 mil donantes menos que en 2019.
Pero los fanáticos de Trump dicen que el dinero llegará. Tiene una ganancia inesperada que potencialmente tendría una valoración de miles de millones de dólares a través de su empresa de redes sociales Truth Social, aunque hay un periodo de bloqueo antes de que pueda vender sus acciones. Tampoco está claro si Trump pondría algo del dinero de esa empresa en su campaña, pero podría usar los ingresos para pagar sus honorarios de abogados.
Sus partidarios señalan que Trump no se convirtió en el presunto candidato hasta marzo, lo que le permite recaudar más dinero por persona para él y el CNR. Incluso sus abogados están colaborando; Chris Kise, quien representó a Trump en el caso de Nueva York, fue coanfitrión de una recaudación de fondos para él con dos de los socios de su bufete en Miami.
El hacedor de donantes
Trump llevó a sus propios grandes donantes. Cuatro días después del veredicto de Nueva York, Trump se dirigió a la casa del desarrollador de casinos Wallace Cheves en Carolina del Sur, para una recaudación de fondos de 7 mdd.
Tres de los principales donantes del evento --Cheves, el inversionista Scott Bessent y el abogado de lesiones de Florida Dan Newlin-- dieron una variedad de razones políticas y personales por las que apoyaban a Trump.
Cheves, un fan del antiguo programa de Trump en NBC, The Apprentice, quiere que Trump detenga el flujo de fentanilo. Pero también quiso expresar su gratitud por la decisión de la administración Trump de aprobar una solicitud que le permite desarrollar un casino en Carolina del Norte con una tribu nativa americana.
“Pensé que tener un hombre de negocios que entendía (el negocio de) los juegos de azar era lo ideal para mí”, dice Cheves. “Él es un verdadero hacedor. Para nosotros celebrar un evento de agradecimiento en mi casa fue un absoluto placer”.
Bessent, que se une a Paulson en la lista de posibles candidatos de Trump para secretario del Tesoro, dice que los “ataques coordinados de los sistemas e instituciones de justicia” contra Trump resultaron contraproducentes y aumentaron su popularidad.
Bessent, fundador de la firma de inversiones Key Square Group, dice que Trump hará un mejor trabajo que Biden al abordar la deuda estadounidense --culpa a la pandemia por los 7.8 billones de dólares que se sumaron durante la Casa Blanca de Trump-- y cree que 2024 será probablemente “la última oportunidad para salir del problema sin aumentar sustancialmente los impuestos y desacelerar el crecimiento”.
Newlin, cuyos espectaculares son muy conocidos en el centro de Florida, dio cantidades relativamente pequeñas a los demócratas en el pasado, incluida Hillary Clinton en 2016. Pero en 2021, conoció a Trump cuando organizó un concierto para el público en honor a los militares con el cantante de country Toby Keith. Trump llamó al programa y le agradeció por organizar el evento.
“Cuando tienes a alguien que hace eso, dices, ¿sabes qué? Ese tipo es una persona común y corriente. Realmente cree en lo que es correcto para EU”, dice Newlin. “Seamos sinceros…si el presidente Trump se hubiera retirado y hubiera decidido no postularse para el cargo, ninguno de todos estos juicios y demandas civiles en Nueva York, nada de esto habría ocurrido”.
En la recaudación de fondos de febrero, Newlin usó una gorra roja que decía “Make America Great Again” y se tomó una foto con Trump. Newlin preguntó cómo el expresidente pondría fin a la guerra entre Rusia y Ucrania; Trump respondió que debido al “enorme poder militar” de Rusia, no serán miles de millones en ayuda estadounidense los que proporcionen la paz, sino un acuerdo diplomático.
“Él es la persona adecuada para poner fin a esto”, dice Newlin. “Veremos algún tipo de acuerdo entre Ucrania y Rusia”.
Entre los donantes republicanos establecidos, Trump espera depender del magnate petrolero de Oklahoma Harold Hamm y de la magnate de los casinos Miriam Adelson, quienes se mantuvieron neutrales en las primarias.
Pero ya atrajo a nuevos multimillonarios: Tim Mellon, un descendiente de la familia de banqueros Mellon que quiere “construir el muro”; los titanes petroleros de Texas, Kelcy Warren y Tim Dunn; Trish Duggan, una ciencióloga de Florida divorciada del capitalista de riesgo Bob Duggan; la cofundadora de World Wrestling Entertainment, Linda McMahon; la distribuidora de techos de Wisconsin Diane Hendricks y su viejo amigo de Sin City (Las Vegas), Phil Ruffin, propietario del Treasure Island Hotel & Casino y parte del hotel Trump International Las Vegas.
Hamm dice que la ventaja de Biden en la recaudación de fondos no ayudará mucho. “Hemos visto que todo el dinero del mundo no beneficia a algunos candidatos”, añade Hamm. “La gente no cree en él”.
Una de las grandes preguntas que enfrenta ahora el equipo de Trump es si también se podrán robar a los donantes de sus rivales de las primarias. Dick y Liz Uihlein, los multimillonarios del envío y paquetería, dieron más de 3 mdd a Ron DeSantis, pero cambiaron para ahora apoyar a Trump.
Liz Uihlein dice que quiere ver a DeSantis postularse nuevamente. “Creo que es el trabajo más exigente y tenemos a dos personas mayores”, dice. Pero añade que los casos judiciales de Trump le ayudaron “enormemente” con los votantes en las primarias del partido. “El pueblo estadounidense ve a través de las cosas”, dice. “Es tan manipulado”.
Aunque apoya las políticas de Trump, dice que nunca hablaría como él a sus casi 10 mil empleados.
“Hay muchas cosas que me gustan de él”, dice Liz Uihlein. “Pero nadie puede controlar su parte mala, simplemente cuando dice cosas terribles sobre la gente”.
Tom Klingenstein, presidente del derechista Claremont Institute, dice que siempre ha sido “un gran admirador de Trump” y quiere que Trump despida a los “generales progres” y nombre a Vivek Ramaswamy, a quien apoyó en las primarias republicanas, como su “zar de estado antiadministrativo” el próximo año.
Robert Bigelow, un promotor inmobiliario de Las Vegas que también financió investigaciones sobre ovnis, fue el principal donante de DeSantis, pero cambió por Trump después de que Hamás invadió Israel; dice que quiere “a lo mejor” como comandante en jefe.
La caja negra
Las conexiones personales también importaban. Bigelow le dijo al Financial Times el año pasado que descubrió que DeSantis “utiliza a las personas” después de que no recibió una llamada que esperaba para discutir la política sobre el aborto. En enero, Bigelow dijo a Reuters que disfrutó de una cena de dos horas con Trump en Mar-a Lago y que comprometió 1 millón de dólares para los honorarios legales del expresidente y 20 mdd para la candidatura de 2024.
Bigelow va a copresidir la recaudación de fondos de Paulson para Trump el sábado junto con el director ejecutivo de Cantor Fitzgerald, Howard Lutnick, el exsecretario de Comercio Wilbur Ross, los megadonantes conservadores Robert y Rebekah Mercer; y los exembajadores estadounidenses de Trump en el Reino Unido, España y Francia: Woody Johnson, Duke. Buchan y Jamie McCourt.
Después de abandonar la contienda, DeSantis, Tim Scott, Doug Burgum y Ramaswamy respaldaron a Trump, pero Mike Pence, su vicepresidente, y Christie dijeron que no lo harían. Haley todavía tiene que decidir si apoyará a Trump.
Uno de los mayores desafíos de recaudación de fondos para la campaña de Trump es recuperar a los donantes con mucho dinero de Haley.
En los últimos días de su campaña, Haley advirtió que Trump utilizaría las finanzas del partido como una “caja negra para gastos legales”. La nueva copresidenta del CNR, Lara Trump, nuera del expresidente, dijo a NBC que los donantes republicanos podrían “optar por no” contribuir a los abogados de Trump.
Americans for Prosperity Action, un súper PAC respaldado por la red del multimillonario Charles Koch, apoyó a Haley y advirtió que Trump arrastraría al resto del partido en 2024. Los republicanos intentan conservar la Cámara de Representantes de EU y hacer un cambio en el Senado.
“Los últimos tres ciclos electorales han pintado una imagen muy clara de lo que podemos esperar de los votantes que rechazaron consistentemente a Donald Trump y su impacto en la marca del Partido Republicano”, escribió la asesora principal de AFP Emily Seidel en un memorando en febrero. “Y deberíamos esperar que esto aumente aún más a medida que avancen los juicios penales”.
El grupo se mantendrá ahora al margen de la campaña presidencial. Los ricos donantes de Haley también se preguntan si deberían hacer lo mismo.
Francis Rooney, excongresista y embajador en el Vaticano bajo el mandato de George W. Bush, se opone al “aislacionismo” y los aranceles de Trump, y tiene una profunda preocupación por sus tendencias autoritarias, desde que “incitó” a una turba el 6 de enero hasta hoy, cuando sigue promoviendo afirmaciones “ridículas” y falsas de que ganó las elecciones de 2020. “Tal vez tenga que volver a votar por Jeb (Bush)”, dice Rooney.
A Chris Redlich, un donante de más de un millón de dólares de Haley y ejecutivo naviero retirado, también le aterra la elección de noviembre próximo. “Posiblemente sea la peor elección presidencial de la historia del país”, dice Redlich.
Se burló de la política energética de Biden y del caos en Gaza, y criticó a Trump por “incitar a opiniones extremas”, un “enfoque muy ingenuo” con respecto a Ucrania y su “mal comportamiento” el 6 de enero.
Cuando se le preguntó acerca de si apoyaría a Trump o a Biden, Redlich replicó: “Estaré en las Bahamas”.
Información adicional de Jamie Smyth.
DJR