Aquí está una medida del aprieto democrático de Estados Unidos (EU). Los candidatos que hacen fila para desafiar el dominio del bipartidismo tienen casi la misma edad que los que están en funciones.
Joe Biden tiene 81 años. Donald Trump cumple 78 en junio. Todos sus posibles rivales tienen 70 años o más. Robert F. Kennedy Jr., de 70 años, Joe Manchin, de 76, Jill Stein, de 73, Marianne Williamson, de 71, y Cornel West, de 70, están pensando entrar en la refriega como independientes. Las viejas formas le fallaron a EU, dicen estos boomers.
En el Capitolio, la edad promedio en el Senado de EU es de 65 años, que es la edad en la que los pilotos de líneas aéreas estadounidenses deben jubilarse.
El abanderado de la izquierda en el Senado sigue siendo Bernie Sanders, de 82 años. Su antigua rival, y en ocasiones aliada, es Elizabeth Warren, de 74 años.
¿Quién dice que Biden es un caso atípico? Con 58 años, la edad promedio de la Cámara de Representantes se acerca ligeramente a la de la población estadounidense en su conjunto. Pero todavía está muy desfasada. Solo 7 por ciento de los miembros del Congreso de EU tienen menos de 40 años. La edad promedio de EU es 38.9 años, lo que significa que la mitad de su población es más joven.
¿Qué explica el dominio de los viejos sobre una nación que es tan joven? Parte de esto es la comodidad del cargo.
Decirles a los viejos y experimentados que se les acabó el tiempo requiere agallas. No es casualidad que los grupos de edad más escépticos con respecto a la democracia sean los más jóvenes. Los millennials y centennials son las generaciones menos prodemocráticas de la historia de EU, según las encuestas.
Esto no es típico de los jóvenes de épocas anteriores, que luchaban por más democracia. Es mucho más probable que los centennials y millennials más jóvenes cuestionen el papel militar mundial de EU, pero se sienten mucho más cómodos con la globalización. Están mucho más preocupados por el cambio climático y son mucho más abiertos a la diversidad. También son los menos propensos a creer en el excepcionalismo estadounidense. Está de moda bromear sobre la capacidad de atención de los jóvenes, adictos a la tecnología. Tienen algo que decir. Es urgentemente necesario involucrar sus mentes.
DJR