El futuro será difícil para Stellantis en Reino Unido

Crisis. La firma adelanta que frenará la fabricación de autos eléctricos si su operación no es competitiva; el brexit prevé aranceles de 10% .

La firma tiene una planta en Ellesmere Port, Cheshire. Bill Pugliano/Reuters
Helen Thomas
Londres /
“Si el costo de fabricación de vehículos eléctricos en Reino Unido deja de ser competitivo y se vuelve insostenible, las operaciones van a cerrar”, advirtió el fabricante de automóviles Stellantis en una investigación parlamentaria sobre el futuro suministro de baterías para esas unidades en la región.

El primer reto es que los requisitos bajo el acuerdo del brexit pueden añadir aranceles de 10 por ciento a los coches que se comercializan entre Reino Unido y Europa a partir de 2024.

Pero Stellantis, que fabrica camionetas van eléctricas en su planta de Ellesmere Port,Cheshire, también planteaba una cuestión más amplia: la industria automotriz británica se enfrenta a un futuro en el que puede tener cada vez más dificultades para competir.

El endurecimiento de las reglas de origen en virtud del brexit es un problema para los fabricantes de autos en ambos lados del canal. (Para los aficionados al acuerdo, ésta puede ser una situación en la que Mercedes Benz y BMW hagan cabildeo con los gobiernos europeos para que tomen medidas). A partir de enero, 45 por ciento del contenido de los vehículos eléctricos debe proceder de la Unión Europea y Reino Unido, y los mismo que 60 por ciento de las baterías, para exención de aranceles.

Los grupos automotrices indican que la industria europea de baterías no se ha desarrollado lo suficiente como para que esto sea factible. El costo de algunas materias primas clave también se disparó después de la invasión de Rusia a Ucrania. En la mayoría de los casos, no pueden surtirse de manera local y sus costos más altos sesgan las hipótesis de los fabricantes de automóviles. (Para complicar aún más las cosas, los aranceles elevarán los costos de los vehículos eléctricos justo cuando entran en vigor los objetivos de ventas en Reino Unido, que exigen a las armadoras un aumento constante de la participación de los autos de emisiones cero en sus ventas totales.

La Unión Europea puede tener un incentivo para retrasar el endurecimiento de los requisitos. Con 30 gigafábricas para producir baterías en proyecto, el desarrollo de su industria está más avanzado que el del Reino Unido.

En última instancia, sus grupos automotrices deben salir beneficiados; sin embargo, fuentes de la industria dicen que la Comisión Europea se muestra reacia a modificar las reglas diseñadas a forzar la deslocalización de la fabricación de baterías desde Asia.

En cualquier caso, Reino Unido tiene un problema de largo plazo. Stellantis señaló que los “costos logísticos más altos” de importar baterías del extranjero pondrán a los grupos automotrices británicos en desventaja competitiva, lo que significará que la producción se trasladará al extranjero.

No cabe duda de que la poca disposición del gobierno británico hacia la estrategia industrial frena el desarrollo de la fabricación de baterías, pero el enorme aumento de la intensidad energética que plantea pasar de la producción de motores de combustión interna a la de vehículos eléctricos con baterías también significa que los altos costos de la energía en Reino Unido —que durante mucho tiempo han sido un fastidio para los que hacen un uso intensivo de ella, como el sector siderúrgico— se están convirtiendo en un grave problema también en el sector automotor.

La contribución de Nissan a la misma investigación señala que los costos de la energía se han convertido en un factor “perjudicial para la competitividad internacional de Reino Unido”. Según el regulador del sector, los precios de la electricidad duplican con creces los de otras fábricas de vehículos de la Unión Europea, y los del gas son 60 por ciento más elevados.

Una de las quejas es que, si bien la fabricación de baterías califica para las ayudas que hay disponibles para las industrias con un uso intensivo de energía, los propios fabricantes de automóviles no lo hacen. En cualquier caso, las ayudas que se ofrecen quedan por debajo de los niveles disponibles en el continente. UK Steel señala que los descuentos disponibles en los precios mayoristas de la electricidad comienzan a partir de 120 libras por MWh (megavatio hora) en Alemania (y es más generoso), en comparación con 185 libras por MWh en Reino Unido. De acuerdo con el organismo, la industria paga 15 libras por MWh por cargos de red en Reino Unido, frente a una libra en Alemania y una cantidad aún menor en Francia.

En febrero, el gobierno dijo que consultará sobre un “supercargador para la industria británica” con la promesa de abordar esto, pero el país tiene un largo historial de dejar que sus industrias de fabricación soporten costos más altos. Se espera que las tarifas de energía relativas desempeñen un papel clave en la inminente decisión de Tata Motor sobre si una fábrica de baterías para Jaguar Land Rover se instala en Reino Unido, de acuerdo con David Bailey, de la Universidad de Birmingham.

Abordar las normas de origen del brexit es apenas una de las etapas de la carrera por asegurarse una participación de mercado para los vehículos de baterías. Una en la que Reino Unido inicia con desventaja considerable


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