Pocas personas se han vuelto tan ricas por la crisis del coronavirus como Eric Yuan. Como fundador y CEO de Zoom, la aplicación que se ha convertido en sinónimo de videoconferencias para las multitudes que están en distanciamiento social, Yuan disfruta de lo que solo puede describirse como una vergüenza de riqueza.
La semana pasada, el valor de su participación personal en la compañía se elevó por primera vez por encima de 10,000 millones de dólares (mdd), con lo que saltó a la exclusiva lista de los decamultimillonarios de Silicon Valley.
Pero es un alivio ver que todavía puede cometer el mismo error que el principiante más confundido con la tecnología. En una conferencia con Wall Street para anunciar los últimos resultados de su compañía, el ejecutivo de 50 años de edad olvidó activar el micrófono, lo que llevó al tipo de pantomima que se ha interpretado en las pantallas de todo el mundo durante la crisis. Aún así los inversionistas entendieron el mensaje, elevando las acciones de Zoom a nuevas alturas.
Con un promedio de 300 millones de participantes en reuniones cada día en abril, la crisis colocó a Yuan en el centro de la atención mundial, culminando su ascenso como el habitual líder nacido en China de una exitosa startup de Silicon Valley. Pero también expuso a su compañía al escrutinio y provocó protestas por las fallas de seguridad y privacidad.
Lo dice...El ascenso de Yuan como el nuevo líder empresarial destacado de Silicon Valley se produjo en un momento de creciente tensión entre EU y China.
A pesar de la gran cantidad de ingenieros nacidos en China que mantienen activo a Silicon Valley, pocos se han convertido en jefes de destacadas compañías de tecnología. Yuan se mudó a Estados Unidos (EU) en la década de 1990 para convertirse en ingeniero en el servicio de conferencias WebEx. Después de que Cisco adquirió la empresa, una carrera dentro del gigante de equipos de redes resultó atractiva. Cuando Cisco se negó a respaldar su idea de una aplicación sencilla diseñada para el nuevo mundo de los smartphones, renunció para desarrollarla él mismo.
El ascenso de Yuan como el nuevo líder empresarial más destacado de Silicon Valley se produjo en un momento de creciente tensión entre EU y China, con los mercados de tecnología como una fuente clave de fricción. Para aumentar su incomodidad, casi un tercio de la fuerza laboral de Zoom se encuentra en China, el acuerdo que alguna vez fue natural para una empresa global en ciernes, pero que ahora parece una carga.
Después de que la pandemia convirtió a Zoom en un nombre conocido, se desencadenó lo que Eric Yuan denunció como “rumores desalentadores y desinformación”, un cúmulo de cuestionamientos sobre sus lealtades y sospechas sobre si su posición establecida en China convirtió a Zoom en un puesto para el espionaje patrocinado por el Estado. El mes pasado, emitió un comunicado declarando su propia identidad estadounidense •se volvió ciudadano en 2007• y subrayando las raíces de Zoom en EU.
Después de un reciente viaje a China, le dijo a conocidos que ahora se siente más en casa cuando está en EU, dice Santi Subotovsky, uno de los primeros patrocinadores de capital de riesgo de Zoom. “Sus hijos nacieron y se criaron aquí, se identifica con esta cultura”, dice el inversor de riesgo.
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Claramente se siente incómodo por las contracorrientes geopolíticas en las que se ha visto atrapado. En una entrevista con FT el año pasado, predijo que el interés mutuo entre EU y China prevalecería, asegurando un futuro en el que las dos economías se mantendrían estrechamente interconectadas. Eso ahora parece cada vez más improbable.
Además de la controversia provocada por sus raíces chinas, la popularidad de Zoom atrajo otras formas de atención no deseada. El “Zoom-bombing” •la infiltración y disrupción de las reuniones privadas• es la última incorporación al léxico de la mala conducta en línea. Una serie de problemas técnicos con el software se sumaron a los conflictos políticos, a lo que le siguió una revisión por parte de los reguladores estadounidenses.
La crisis de seguridad sacó lo que sus partidarios dicen que son sus mejores cualidades. La mayor de ellas es la humildad. Yuan dice que su actitud desde que llegó a suelo estadounidense se moldeó por el consejo de su padre sobre lo que se necesita para tener éxito en un nuevo país: “trabajar duro y permanecer humilde”.
“Es un líder de frente, no se esconde de la controversia”, dijo Carl Eschenbach, inversionista de capital de riesgo de Zoom y miembro del Consejo de Administración. Esa descripción incluye a Yuan asumiendo públicamente la responsabilidad por los errores.
La decisión de poner todo en espera mientras Zoom soluciona los problemas que enfrenta destaca una determinación que los partidarios de Yuan dicen que también es una fortaleza. “No se va a rendir”, dice Subotovsky.
Incluso después de las duras lecciones por las que ha pasado este año, Yuan todavía tiene problemas para tender un puente entre los mundos del software empresarial, donde Zoom tiene sus raíces, y el mercado de consumo más general en el que se metió. Esta semana causó un pequeño revuelo al decir que no tenía la intención de ofrecer codificación de extremo a extremo a los usuarios de consumo de Zoom, ya que eso le impediría cooperar con las fuerzas del orden.
srgs