La revolución tecnológica avanza a una velocidad vertiginosa, transformando industrias, economías y hasta la geopolítica mundial. Desde la irrupción de nuevas empresas que desafían a gigantes consolidados, como DeepSeek frente a Nvidia, hasta el impacto de la ciberseguridad en la vida cotidiana, los cambios son constantes. En este contexto, Ernesto Piedras Feria, CEO de The Competitive Intelligence Unit (CIU), explica que la regulación de sectores clave, como las telecomunicaciones y la inteligencia artificial, se vuelve un tema crucial, especialmente en acuerdos internacionales como el Tratado entre México, Estados Unidos (EU) y Canadá (T-MEC).
¿Cómo desafía DeepSeek el futuro de la inteligencia artificial?
Debemos estar muy atentos. DeepSeek nació como empresa en 2023 y, en cuestión de semanas, entre diciembre y enero, desarrolló y lanzó un producto que sacudió a la empresa más grande de microprocesadores. Si consideramos a Nvidia como el líder indiscutible del sector, con más de 50 por ciento de este enorme mercado, la irrupción de DeepSeek logró reducir su valor en 18 por ciento durante varias horas e incluso días, fue su peor pérdida desde marzo de 2020.
Si bien Nvidia ya logró recuperar parte de su valor, este evento le quitó el sueño y afectó su valoración en el mercado. Además, su impacto no pasó desapercibido: el modelo generó entusiasmo entre investigadores, pero también desató incertidumbre en Wall Street. Es por ello que este acontecimiento marca un momento clave en la competencia mundial por la inteligencia artificial.
¿Por qué es importante que el T-MEC se revise con frecuencia?
El acuerdo comercial, desde su última revisión, incluyó un capítulo sobre economía digital, y considero que este debe seguir evolucionando. La tecnología cambia a una velocidad sin precedentes y continuará haciéndolo. Antes, los avances tecnológicos ocurrían cada tres o cinco décadas; hoy, la innovación se transforma en cuestión de segundos. Lo mismo sucede con la regulación, los marcos legales y los mercados, que deben adaptarse constantemente. Por ello, el T-MEC debe ser revisado de manera continua para responder a los desafíos de adopción, oferta y demanda en los países que se involucran.
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Hoy, la innovación se transforma en cuestión de segundos".
¿Cómo afecta la volatilidad del tipo de cambio a la rentabilidad del sector en México?
El sector de telecomunicaciones es especialmente sensible a estas variaciones, ya que opera en un mercado internacional. Su estructura de costos está determinada por precios mundiales: torres, antenas, fibra óptica, servidores y dispositivos móviles, aunque algunos se fabriquen en México, se comercian y tasan en divisas extranjeras. Sin embargo, los ingresos provienen de consumidores que pagan en pesos. Esta diferencia genera lo que los economistas llaman “estrangulamiento de márgenes”: si el tipo de cambio sube y los precios de los servicios en pesos no se ajustan al mismo ritmo, la rentabilidad del sector se ve afectada.
Esta disyuntiva es una constante en el sector de telecomunicaciones, especialmente en tiempos de volatilidad. A pesar de ello, la demanda de mayor ancho de banda sigue en aumento. Un dato interesante refleja este cambio en el consumo: al inicio de la pandemia, 66 por ciento de los teléfonos inteligentes en México eran de gama baja, mientras que hoy, 82 por ciento son de gama media y alta.
El presidente Trump fortaleció su relación con las big techs, ¿Qué impacto tendrá?
Este escenario plantea interrogantes sobre el alcance de su influencia, dado que estas compañías no solo dominan la industria automotriz y aeroespacial, sino que también tienen acceso a información privada de los ciudadanos. Conocen nuestros hábitos de consumo, nuestra capacidad de gasto y preferencias en el mercado, lo que les otorga un poder creciente. Se trata de un tema complejo que continuará evolucionando en el futuro.
¿Qué desafíos debe superar México para hacer del 5G una realidad?
Las “G” representan las generaciones de tecnología celular. El 1G permitía solo llamadas de voz, y a medida que el número aumenta, también lo hace la capacidad de transmisión de datos. Aunque suele asociarse con una navegación más rápida, el 5G fue diseñado principalmente para aplicaciones industriales, más que para la descarga de contenido a alta velocidad. Con 3G y 4G, la mayoría de las personas y familias pueden satisfacer sus necesidades digitales, mientras que en países más avanzados sectores como la construcción ya operan con 5G.
En México, el 5G sigue siendo una aspiración lejana debido a la falta de inversión y la infraestructura necesaria, como una mayor densidad de torres y antenas. Además, el acceso a esta tecnología requiere la asignación de espectro radioeléctrico, un proceso que aún no se ha concretado debido a disputas entre el Instituto Federal de Telecomunicaciones y la naciente Agencia de Conectividad y Telecomunicaciones, lo que sugiere un conflicto con tintes políticos.
Para que el 5G sea una realidad en el país, es necesario alinear factores tecnológicos, regulatorios y económicos, tanto para las empresas como para los consumidores. No avanzar en esta dirección significaría frenar el desarrollo tecnológico de México, una opción que el país no debería considerar.
¿Cómo hacer de la ciberseguridad un hábito diario en el país?
La ciberseguridad es un desafío constante, similar a la salud pública: cada día surgen nuevas amenazas, y debemos preguntarnos cuál es el nuevo virus, la nueva vulnerabilidad o el próximo ciberataque. Antes, la protección parecía más sencilla: bastaba con instalar un antivirus que se actualizaba.
Sin embargo, a medida que la tecnología avanza, también lo hacen los ataques cibernéticos contra empresas y gobiernos. De hecho, existen estadísticas que indican que muchas amenazas ya están infiltradas en sistemas críticos y podrían activarse dentro de uno o dos años. Si esto ocurre en grandes corporaciones y gobiernos, el riesgo para individuos y familias es aún mayor, pues en juego están nuestras finanzas y la seguridad de datos.
Debemos desarrollar el hábito de verificar la seguridad de nuestra información digital. La ciberseguridad debe convertirse en una práctica cotidiana, ya que las amenazas evolucionan constantemente y requieren una vigilancia permanente.
GSC