EU debe evadir la falsedad que trae el proteccionismo

Las fuerzas motrices detrás de esta práctica son la xenofobia y la nostalgia, pese a alegar seguridad nacional

El empleo de los adultos en edad productiva está cada vez más rezagado respecto al de la mayoría de los miembros del G7. Jeff Kowalsky
Martin Wolf
Londres /

El proteccionismo está de vuelta, sobre todo en Estados Unidos. Las fuerzas motrices detrás de él son la xenofobia y la nostalgia. Se pueden hacer argumentos por un grado de autosuficiencia, por motivos de seguridad nacional, pero se tienen que evaluar meticulosamente. Esto no es lo que está sucediendo, sin duda no bajo Donald Trump, pero aunque el tono es diferente bajo el gobierno de Joe Biden, la realidad no es así. Al contrario, la protección se ha convertido en uno de los pocos asuntos en los que hay consenso bipartidista. 

En el comunicado de los líderes del G7 se declaró que “estamos de acuerdo… en… asegurar nuestra prosperidad futura al defender un comercio más libre y más justo dentro de un sistema comercial reformado”. Esto oculta los problemas entre EU, cada vez con más dudas sobre el comercio y, digamos, Alemania, que depende del comercio para su prosperidad, como ocurre también con todos los países pequeños de altos ingresos.

No es una sorpresa que un país grande con una economía sofisticada y recursos diversos, como EU, suele comerciar con menos intensidad que los más pequeños y por tanto le importa menos. Obtiene muchos de los beneficios del comercio a través de la especialización interna. Pero, como Anne Krueger argumenta en su libro, International Trade (Comercio internacional), el comercio ha sido el esclavo del crecimiento económico, en todo el mundo, desde la Segunda Guerra Mundial.

Además, incluso si el comercio es menos vital para EU que para otros miembros del G7, esto no significa que sea una víctima indefensa de las malas prácticas del resto del mundo y en especial de China. Por el contrario, recurrir a la protección es como buscar las llaves bajo el alumbrado público, no porque ahí es donde se perdieron, sino porque ahí es donde más brilla.

El problema de EU es que la protección —un impuesto sobre la economía nacional, principalmente a los consumidores, para el beneficio de los productores— es un sustituto aceptable, pero ineficaz para una red de seguridad social bien diseñada. Los europeos tienen mucho que aprender de EU, sobre todo en materia de innovación. Pero en cuanto a combinar el comercio abierto con la seguridad económica personal y así ajustarse al comercio, están muy por delante.

En una espléndida polémica reciente, el economista Adam Posen se enfrenta con los argumentos proteccionistas. En particular, señala, lejos de estar excepcionalmente abiertos al comercio, EU está cerrado. Lejos de haber sufrido un grado excepcional de apertura en las últimas dos décadas, se ha ido retirando de la apertura. Lejos de verse afectado por las importaciones procedentes de China, por cada pérdida ante la competencia china, se perdieron cerca de 150 puestos de trabajo debido a “conmociones similares en otras industrias”. Y lejos de ser una víctima única de la disminución del empleo en la industria de fabricación, lo mismo ha estado sucediendo en todos los países de altos ingresos.

Sin duda, la economía de EU sufre por una alta y creciente desigualdad y un mal desempeño de la fuerza laboral, y el empleo de los adultos en edad productiva que se queda cada vez más rezagado respecto al de la mayoría de los miembros del G7, pero estos fenómenos no pueden deberse al comercio, ya que EU es menos abierto que los demás, incluso Japón. Las verdaderas explicaciones incluyen la aparición de nuevas fortunas en sectores innovadores, al comportamiento de extracción de las rentas en toda la economía y, no menos importante, la falta del apoyo a los ingresos y el trabajo (sobre todo, lo segundo, para las madres). 

¿Por qué las pérdidas de empleos industriales han sido tan importantes desde el punto de vista político? Una parte de la respuesta es que eran empleos de trabajadores predominantemente blancos y hombres. Pero también se debe a que, en EU, la ausencia de una atención de salud universal y el casi nulo apoyo para volver a capacitar y la búsqueda de empleo hacen que la pérdida de un trabajo signifique también la de la seguridad básica. Una economía moderna se vuelve más flexible al separar la seguridad de un trabajo específico.

En ausencia de lo que los daneses llaman “flexiseguridad”, el proteccionismo puede parecer inevitable. Pero nada va a recuperar los viejos trabajos industriales. Los robots van a reemplazar a los trabajadores en las líneas de producción en todas partes. La fabricación terminará como la agricultura, productiva, mientras que casi no empleará trabajadores de producción. Como afirma Posen, la nostalgia no es una política sensata.

Aparte de la nostalgia y la búsqueda de seguridad en el lugar equivocado, está la xenofobia, pero los días en que China era la fuerza abrumadora en el suministro de productos de fabricación baratos quedó atrás. El debate ahora se centra en la seguridad nacional.

Existe la opinión, por ejemplo, de que la pandemia demostró los peligros de las cadenas de suministro extendidas. Ocurre justo lo contrario. Después de la escasez inicial, debido a que la inesperada y fuerte demanda, la oferta se disparó. Depender en la propia producción no habría resuelto esto. En la actualidad existe un problema con el suministro de vacunas, pero eso se debe a la escasez mundial de capacidad de producción y la fuerza de la demanda de los ricos.

Sí, hay razones para mantener el liderazgo tecnológico en sectores vitales y para la seguridad del suministro de productos esenciales. Pero estas preocupaciones deben definirse y abordarse con precisión. Sobre todo en la competencia económica con China, la estabilidad democrática y la inversión en las personas, infraestructura e innovación serán los factores decisivos.

Mientras, la continuación del comercio en todo el mundo cimentará la interdependencia mutua y apoyará la prosperidad, en especial para los países más pobres, como subraya el excelente Informe sobre el desarrollo mundial 2020 del Banco Mundial sobre cadenas de suministro y desarrollo. Esto también es compatible con la lucha contra el cambio climático, en el contexto de las políticas adecuadas acordadas a escala global. El G7 tiene razón en que el sistema de comercio necesita una reforma, pero esto no debe significar destrucción. No debemos desechar el comercio liberal por las razones equivocadas y de la manera equivocada


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