EU debe priorizar a China sobre los aliados europeos

Esto no significa abandonar a los aliados de EU en el continente, sino que se basa en una evaluación sobria de capacidades militares

El ascenso como superpotencia del país asiático obliga a replantear medidas. SHUTTERSTOCK
Elbridge Colby
Ciudad de México /

Esto no significa abandonar a los aliados de EU en el continente, sino que se basa en una evaluación sobria de capacidades militares

El autor es director de la Marathon Initiative y se desempeñó como líder del Pentágono para la Estrategia de Defensa Nacional de 2018.

Cada vez es más común escuchar a los estadunidenses decir que debemos centrarnos más en China y Asia y menos en Europa. Como era de esperar, esta perspectiva no siempre es bien recibida. Los comentaristas a menudo acusan de que este tipo de consejos tiene sus raíces en el “aislacionismo”, la “debilidad” o las agendas personales de determinados líderes.

No es así. Tiene sus raíces en profundas realidades estructurales. El hecho es que EU tendrá que dar prioridad a China y Asia sobre Europa en los próximos años, independientemente de quién esté a cargo, la primacía de Asia y el ascenso de China como superpotencia obligan a eso.

A muchos de los que se oponen a una reorientación hacia Asia les gusta envolverse en el legado de la guerra fría. Pero si bien la lógica de la estrategia de la guerra fría -es decir, impedir que cualquier potencia que potencialmente pueda ser hostil domine la región industrializada más importante del mundo- solía llevar a Estados Unidos a Europa, hoy indica que Estados Unidos debe concentrarse en Asia.

Además, el rival estadunidense más importante está en Asia: China. Si bien la economía china es más pequeña que la de Estados Unidos en términos de dólares, es comparable, si no más grande, en términos de paridad de poder adquisitivo, más relevantes desde el punto de vista geopolítico. El ejército de China ha crecido a un ritmo vertiginoso mientras el país compite en la vanguardia de las principales tecnologías militares y de doble uso.

Nadie sabe qué decidirá Beijing, pero China parece estar haciendo casi todo lo que corresponde para prepararse para una guerra con Estados Unidos. Intenta proteger su economía de las sanciones y condiciona a su población para que esté preparada para las tormentas que se avecinan.

Por lo tanto, cualquier administración estadunidense responsable debe prepararse para la posibilidad de una guerra con China. Lo ideal sería que la política estadunidense tratara de disuadir disuadir el conflicto con la capacidad manifiesta de negarle a China una invasión exitosa de Taiwán (o de cualquier otro aliado en Asia). Lamentablemente, esa capacidad no es algo que se pueda asumir. De hecho, fuentes creíbles indican que Estados Unidos va en camino de perder esa guerra.

Muchos lo admitirán, pero dirán que Estados Unidos aún debería seguir siendo capaz de proporcionar la mayor parte de la defensa a sus aliados tanto en Asia como en Europa. Pero esto simplemente no es realista. Es un hecho que EU no tiene un ejército lo suficientemente grande o adecuadamente diseñado para librar dos guerras importantes, especialmente si estallan combates simultáneamente con China y Rusia. Y hay una superposición muy significativa entre las necesidades de una lucha por Taiwán y otra en Europa, la falta de recursos suficientes para todos y una demanda urgente de que EU recupere el terreno perdido en Asia.

Desafortunadamente, estos déficits no pueden remediarse rápida ni fácilmente. Entonces, ¿cuál es la respuesta estratégica adecuada?

A pesar de la agitada retórica de los líderes del Congreso y de la prensa, una política exterior de primacía estadunidense simplemente no es posible. No tenemos el ejército para eso, e incluso si el presupuesto estuviera disponible, no lo podríamos desplegar a tiempo. Mientras tanto, existe una creciente preocupación por la magnitud de los déficits de Estados Unidos, y muchos advierten sobre el aumento de nuestra ya elevada carga de deuda. Por tanto, la primacía no es una opción seria.

Pero tampoco lo es el aislacionismo. Regresar a nuestras propias costas y permitir que las fichas caigan donde puedan conduciría casi con toda seguridad a una Asia dominada por China, con graves consecuencias para la economía estadunidense. Nuestros intereses en Europa y Medio Oriente no saldrían mejor parados.

La respuesta se encuentra entre esos dos extremos, en el establecimiento de prioridades estratégicas: afrontar la realidad de la escasez y la necesidad de tomar decisiones difíciles, concentrar los recursos y la fuerza de voluntad donde los intereses más importantes de Estados Unidos están en peligro: Asia.

Pero esto no significa abandonar Europa. Más bien, implica inducir a nuestros aliados europeos a asumir la responsabilidad primaria de su propia defensa. En 1988, sólo Alemania Occidental contaba con un ejército de 12 divisiones activas y tres de reserva listas. Si realmente queremos seguir el ejemplo de la guerra fría, entonces el rearme europeo es el camino.

La mejor manera de avanzar es afrontar la realidad, reconocer que Europa debe tomar las riendas de su propia defensa y hacer juntos la transición como parte de una OTAN reformada pero más sostenible. Desafortunadamente, esto implicará vulnerabilidades: EU debe retener fuerzas de Europa que puedan ser necesarias para Asia, incluso en el caso de que Rusia ataque primero. Esto se debe a que si EU reduce o pierde fuerzas clave para la defensa de Taiwán en una lucha europea menos significativa, lo que hace es pedirle a China que ataque. Pero esto no significa abandonar Europa; significa trabajar juntos en un plan para manejar estas vulnerabilidades lo mejor que podamos.

¿Esta es una solución perfecta? No. Pero no estamos en un mundo de soluciones perfectas. Aquellos que pretenden que lo estamos pueden ser los más peligrosos de todos. Es mejor enfrentarse a la realidad e implementar estrategias para eso. Ese es el único camino responsable.

Financial Times Limited. Declaimer 2021

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