La Comisión de Bolsa y Valores de EU (SEC, por sus siglas en inglés) investiga a BMW por sus prácticas de reportes de ventas, algo que se suma a una lista de dolores de cabeza legales que enfrenta la compañía con sede en Múnich.
Un portavoz del grupo automotriz alemán confirmó que la SEC contactó a la compañía, y dijo que está “cooperando plenamente con su investigación”.
El Wall Street Journal, que fue el primer medio en informar sobre la investigación de la SEC, dijo que el regulador investiga una práctica conocida como punching (golpeo). Un método muy conocido para aumentar las estadísticas de ventas, esta actividad implica que los concesionarios compran carros aparentemente para su uso como reemplazos temporales para clientes cuyos vehículos están en reparación, solo para venderlos poco después.
En 2016, Automotive News informó que Ludwig Willisch, exdirector ejecutivo para América del Norte de BMW, reconoció que el punching existe en la industria, mientras al mismo tiempo aceptó que “hay mucha presión” dentro de las filas del grupo automotriz para aumentar las cifras de ventas.
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BMW no quiso decir qué es lo que investiga la SEC.
La marca no será el primer fabricante que es blanco del regulador estadunidense por sus métodos de informes de ventas.
En septiembre, la SEC multó al grupo italoestadunidense Fiat Chrysler Automobiles (FCA) con 40 millones de dólares por engañar a los inversionistas sobre las cifras mensuales de vehículos vendidos a los clientes en EU.
El regulador alegó que durante cuatro años hasta 2016, FCA presumió falsamente de tener un “crecimiento ininterrumpido de ventas mensuales año con año” en los comunicados de prensa, cuando de hecho las ventas cayeron en septiembre de 2013.
Y ADEMÁS
REGULADOR ALEMÁN YA LA SANCIONÓ
En noviembre, BMW reiteró que “hay más probabilidad que ocurra a que no ocurra” que la Comisión Europea emita una multa significativa por las acusaciones de que “los fabricantes se coludieron para evitar la competencia en el desarrollo de sistemas para limpiar las emisiones de los vehículos de pasajeros de gasolina y diésel”. BMW prometió que va a impugnar con firmeza esos cargos.
Semanas más tarde, la autoridad responsable de la regulación de competencia y de los derechos de los consumidores de Alemania (Bundeskartellamt) multó a BMW junto con sus rivales Volkswagen y Daimler, por prácticas anticompetitivas en relación con la compra de productos de acero. BMW accedió a pagar una multa de alrededor de 28 millones de euros.