Los negociadores republicanos volverán a la Casa Blanca para “tratar de terminar las negociaciones” sobre el techo de deuda, dijo Kevin McCarthy, aunque advirtió que las dos partes “aún están muy alejadas” en una serie de cuestiones.
Las declaraciones del presidente de la Cámara de Representantes a periodistas en el Capitolio se produjeron cuando falta poco más de una semana para la fecha límite crucial del 1 de junio. Janet Yellen, secretaria del Tesoro de Estados Unidos, advirtió en repetidas ocasiones a los legisladores que si el Congreso no eleva el techo de deuda en cuestión de días, se corre el riesgo de que el gobierno federal caiga en incumplimiento de pagos el próximo 1 de junio.
En un acto con Wall Street Journal, Yellen reiteró su pronóstico al decir que la incertidumbre sobre el techo de deuda ya está causando “cierta tensión en los mercados financieros”, y añadió que los bonos del Tesoro con vencimiento entre principios y mediados de junio “operan a tasas significativamente más altas”.
Los inversionistas han evitado los bonos con vencimiento a principios de junio, algo que provocó una drástica caída del precio de esos títulos. A principios de mayo, el Tesoro se vio obligado a subastar bonos a cuatro semanas con el rendimiento más alto de la historia para atraer a los compradores.
La tensión no se limita al mercado de deuda. Las acciones bajaron esta semana, y tanto el índice S&P 500 como el Nasdaq Composite, que tiene un gran peso de empresas del sector de tecnología, cayeron casi 2 por ciento.
“Creo que esto debe ser un recordatorio de la importancia de llegar a un acuerdo a tiempo”, dijo Yellen, y añadió de que puede haber “crisis sustanciales en los mercados financieros”, incluso en el periodo previo a un acuerdo.
McCarthy se reunió el lunes con Joe Biden en unas conversaciones que ambos líderes calificaron de “productivas”, después de que el presidente estadunidense acortó su viaje a las reuniones del G7 para asistir en Washington a las negociaciones sobre el techo de deuda.
Pero el aparente estancamiento de las negociaciones en los últimos días avivó la preocupación en Washington y en los mercados financieros sobre si las dos partes podrán llegar a un acuerdo a tiempo para evitar un incumplimiento de pagos sin precedente que, advierten los economistas, causará estragos en la economía global.
Cualquier acuerdo que se alcance entre la Casa Blanca y los republicanos del Congreso deberá ser aprobado por las mayorías tanto en la Cámara de Representantes —que los republicanos controlan por un estrecho margen— como en el Senado, que los demócratas dominan por una cantidad pequeña. Tanto Biden como McCarthy están sometidos a una presión cada vez mayor por parte de los flancos de izquierda y derecha de sus partidos, respectivamente, para que rechacen los llamados a hacer concesiones.
Sin embargo, McCarthy insistió en que es posible llegar a un acuerdo y que será capaz de conducirlo por la cámara baja del Congreso.
Los miembros de línea más dura de la delegación de McCarthy desestimaron los temores a un incumplimiento de pagos y sugieren que el Tesoro solo puede priorizar los pagos de la deuda; sin embargo, Yellen señaló: “Nuestros sistemas de pago se construyeron para pagar nuestras facturas, no para decidir qué facturas pagar”.
En un nuevo informe de Brookings, Wendy Edelberg, miembro senior, advertía de los crecientes costos si persiste la tensión en los mercados mientras se prolonga el enfrentamiento por el techo de deuda.
Dado que el mercado de los bonos del Tesoro es el refugio más seguro del sistema financiero mundial, el gobierno de Estados Unidos se ha beneficiado de costos de endeudamiento más bajos que otros países, lo que, según Edelberg, se traduce en un ahorro de intereses de más de 750 mil millones de dólares en la próxima década.
“Si una parte de esta ventaja se perdiera por permitir que el límite de deuda se atascara, el coste para los contribuyentes puede ser significativo”, escribió con su colega Noadia Steinmetz-Silber.